Dieciséis personas murieron y al menos cuatro estaban desaparecidas luego de la inundación provocada por violentas tormentas durante la noche del sábado en el sureste de Francia, un balance que podría aumentar a medida que los socorristas acceden a las zonas siniestradas. Escenas sorprendentes para el marco de ciudades como Cannes o Niza, hablaban de evacuados y custodias policiales para evitar que las casas abandonadas fueran saqueadas. Decenas de trenes quedaron bloqueados. Incluso el centro donde anualmente se realiza el Festival de Cannes fue utilizado para alojar evacuados. Las percipitaciones caídas equivalen a lluvias de un mes. El presidente francés, François Hollande, manifestó “la solidaridad de la Nación” a los damnificados, y se hizo presente en las zonas afectadas, junto al ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

Hollande alertó además sobre el estado en muchas rutas, donde la situación sigue siendo muy peligrosa, y pidió precaución y prudencia.

El sábado por la noche, un intenso temporal que alimentó la crecida del pequeño río costero de la Brague sumergió las calles de varias ciudades muy turísticas de la Costa Azul, entre ellas Cannes, Niza y Antibes.

La oficina del alcalde de Niza estima que en los dos últimos días ha caído en la ciudad el 10 por ciento de su promedio anual de precipitaciones.

Entre los fallecidos figuran tres personas mayores que murieron ahogadas en un centro de ancianos cerca de Antibes, ubicada entre Cannes y Niza. “Se encontraban en la planta baja y fueron cubiertos por una ola”, indicó François-Xavier Lauch, alto cargo de la prefectura departamental de los Alpes Marítimos.

Otras tres víctimas fueron descubiertas dentro de su coche en Vallauris-Golfe-Juan, una pequeña localidad entre Antibes y Cannes. El vehículo fue arrastrado por el agua al entrar en un pequeño túnel.

En la localidad de Mandelieu-la-Napoule, al oeste de Cannes, fueron hallados cuatro cuerpos y se seguía buscando a otras cuatro personas desaparecidas. “En algunos edificios la gente quiso poner su coche a resguardo y fueron arrastrados por el agua”, dijo el prefecto de la región, Adolphe Colrat.

También fallecieron dos personas en Cannes, entre ellas una mujer de unos 60 años que fue hallada sin vida cerca de un estacionamiento, y una en un camping en Antibes.

“Varios vehículos fueron arrastrados hasta el mar –contó el alcalde de Cannes, David Lisnard–. Es muy espectacular, fueron socorridas muchas personas y ahora debemos prevenir fenómenos de saqueos –añadió el alcalde, que albergó con urgencia a 120 personas en un local municipal durante la noche.

Al mismo tiempo, en Niza, una buena cantidad de árboles se desplomó en el famoso Paseo de los Ingleses. Las autoridades llevaron adelante una evacuación en un barrio del noreste de la ciudad.

Las trombas de agua inundaron también campings cerca de la localidad de Antibes. Dos helicópteros de los bomberos trabajaban a destajo para trasladar a lugar seguro a los acampantes, algunos de los cuales “habían buscado refugio encima de sus casas rodantes.”

La red de carreteras secundarias seguía inutilizable en numerosos puntos ayer por la mañana. Parte de la autopista A8, que recorre toda la costa Azul, quedó completamente sumergida por el río de la Brague, a la altura de Antibes.

En esta región, todavía en plena temporada alta turística, más de 500 pasajeros –numerosos británicos y daneses– quedaron bloqueados y fueron atendidos en las terminales del aeropuerto de Niza, con escenas totalmente inusuales para los europeos.

Cientos de personas permanecían en una decena de trenes inmovilizados en estaciones del sureste.

Ciertas vías, sobre todo alrededor de Cannes, seguían sumergidas, impidiendo la circulación ferroviaria.

Los pasajeros de dos trenes tuvieron que ser evacuados por los socorristas, sobre todo un grupo de peregrinos mayores en un tren detenido en Cannes-La Bocca.

Unos 28.000 hogares seguían privados de corriente eléctrica ayer por la mañana.

Los registros del centro meteorológico francés son impresionantes. Entre las 19 y las 22 del domingo, hora local (14 a 17 de Argentina) cayeron 180 milímetros de lluvia en Cannes; 159 en Mandelieu-la-Napoule, y 100 en Valbonne.

En las localidades damnificadas se abrieron estructuras de refugio de emergencia y se esperaban refuerzos de otros departamentos franceses.

El primer ministro Manuel Valls, de visita en Japón, subrayó su “profunda emoción” y su “apoyo a las familias de luto”. Amplias zonas de la costa mediterránea seguían ayer en alerta por tormentas e inundaciones, aunque el servicio meteorológico francés anunció una mejora del tiempo.

Numerosas carreteras secundarias seguían cubiertas de agua. Los automovilistas varados fueron atendidos por la noche con alimentos y mantas.

De todos modos, el balance del fenómeno sigue siendo inferior al de las lluvias torrenciales de 2010 que azotaron a esta misma región, dejando 25 muertos, 31.560 siniestrados y cerca de mil millones de euros de daños.