SOCIEDAD › EL PAPA DICE QUE HAY OTROS TEMAS PARA DEBATIR ADEMáS DE LOS DIVORCIADOS
En un nuevo discurso en el Sínodo del Vaticano, Francisco pidió a los obispos que no vean como único problema el de la comunión a los divorciados vueltos a casar. La Iglesia busca un “lenguaje apropiado” para lo que entiende como “situaciones familiares problemáticas”.
En una nueva sesión del Sínodo sobre la familia que se lleva a cabo en el Vaticano, Francisco aconsejó a los participantes que no se dejen influir ni vean como único problema el de los divorciados vueltos a casar. Para ello, el Papa hizo hincapié en los temas por tratar que conforman la Relatio synodi, documento final que fue votado por los congregantes. No obstante, las personas divorciadas que no pueden recibir los sacramentos es una de las cuestiones que más interés suscitan. En estas primeras sesiones se abordó la necesidad de utilizar un lenguaje apropiado por parte de la Iglesia para describir “situaciones problemáticas”. Los prelados de todo el mundo se explayaron sobre los distintos inconvenientes que tiene la familia en sus respectivos países, tales como violencia hacia las mujeres, trabajo infantil, persecuciones, inmigraciones forzadas, matrimonio por etapas y hasta teología de género. Los temas que se tratan en la asamblea son resumidos en inglés, francés y español, aunque no se suministra el nombre de los oradores.
“No tenemos que dejarnos condicionar o reducir nuestro horizonte sinodal como si el único problema fuera el de dar la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar; hay que tener en cuenta la amplitud de los temas a tratar”, dijo el Papa ante 270 prelados, según reprodujo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. Francisco también puntualizó que los documentos que se deben considerar oficiales para discutir son los que componen la Relatio synodi: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Algunos temas que forman parte de este documento son el contexto sociocultural; la importancia de la vida afectiva; la familia en los documentos de la Iglesia; la indisolubilidad del matrimonio y el gozo de vivir juntos; cuidar de las familias heridas (separados, divorciados no vueltos a casar, divorciados vueltos a casar, familias monoparentales); la atención pastoral por las personas con orientación homosexual; la transmisión de la vida y el desafío de la disminución de la natalidad, entre otros.
Pese a las palabras del Papa de ayer, el tema de que “por estar en pecado” los divorciados no puedan recibir los sacramentos es sin duda el que mayor atención despierta, según informara el relator general de la XIV Asamblea Ordinaria del Sínodo, cardenal húngaro Peter Erdo. Al respecto, el arzobispo italiano Claudio Maria Celli expresó que aún no hay nada cerrado y que el discurso “está abierto”, pues el Sínodo acaba de empezar.
En estas primeras sesiones se abordó la necesidad de utilizar un lenguaje apropiado por parte de la Iglesia “para describir ‘situaciones problemáticas’ y evitar impresiones o juicios negativos de situaciones o personas”, y se destacó la importancia que tiene en la vida de los cristianos el “acompañamiento” de un párroco y su “papel indispensable en la formación de las parejas”, además de abordar el problema de la violencia en el seno de la familia, y de la violencia sobre las mujeres y el trabajo infantil.
Obispos de Africa presentaron a la asamblea los problemas que tienen con el “matrimonio por etapas”, acordado entre familias y a menudo celebrado en diversas fases. Se observó que un “creciente número de parejas conviven ad experimentum, sin matrimonio ni canónico, ni civil”, y se subrayó que la simple convivencia a menudo se elige a causa de la mentalidad general contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos, pero también porque se espera adquirir una mayor seguridad existencial (trabajo y salario fijos). Por su parte, los obispos orientales relataron las dificultades que atraviesa la familia en sus países debido a inmigraciones forzadas o a persecuciones.
A su turno, los prelados latinoamericanos denunciaron “las organizaciones que intentan influir para que se incluya en las legislaciones de los países pobres la llamada teología de género”, cuyo objetivo, además de la ordenación de mujeres, propone una “liturgia inclusiva”, donde no haya diferenciación de género “porque Dios es hombre y mujer al mismo tiempo”.
Ante la decisión de no proporcionar a la prensa los discursos, Lombardi y los colaboradores resumen en inglés, francés y español los temas que se tratan en el Sínodo, sin citar el nombre de los ponentes.
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