Sáb 24.10.2015

SOCIEDAD  › UNA MUJER FUE ASESINADA POR LA ESPALDA, DE CUATRO BALAZOS; SOSPECHAN DEL EX MARIDO

Hostigada, espiada y atacada mortalmente

Liliana Gotardo estaba por abrir el garaje cuando un hombre le disparó cuatro balazos y huyó en moto con un cómplice. Los investigadores sospechan que su ex marido, suboficial principal del Ejército, pudo cometer o instigar el crimen.

Una mujer fue asesinada de cuatro balazos en la espalda por un hombre que, tras dispararle en plena calle al atardecer del jueves, huyó en una moto conducida por otro. Liliana Gotardo acababa de cerrar el local del centro de San Miguel donde funciona Carily, su peluquería, y junto con su empleada había cruzado la calle Paunero al 1700 para abrir el portón del garaje donde guardaba la camioneta. En ese momento, relató la empleada, apareció un hombre armado que le disparó cuatro balazos, corrió hasta la esquina y huyó a bordo de una moto conducida por un cómplice. Por el asesinato fue detenido su ex marido, el suboficial del Ejército Rodolfo Maguna, con quien había mantenido un matrimonio conflictivo y de quien intentaba divorciarse hacía dos meses. Familiares de Gotardo declararon que la mujer sufría maltratos constantes por parte de Maguna. Los investigadores creen que el hombre mantenía vigilados los movimientos de su ex mujer mediante un GPS colocado en su camioneta, y procuran establecer si él mismo participó del crimen o lo instigó.

El comisario Héctor González, jefe distrital de San Miguel, informó que semanas atrás Gotardo había hecho una exposición civil para dejar constancia de la separación de la pareja, pero que no había realizado denuncia formal por malos tratos. La causa recayó en la Unidad Funcional de Instrucción 19 de Malvinas Argentinas, Ricardo Romero, quien resolvió la aprehensión de Maguna luego de que el suboficial incurriera en contradicciones durante su declaración. El sospechoso será indagado hoy.

Gotardo fue asesinada el jueves alrededor de las 19. La cámara ubicada en la esquina de Paunero y Tribulato registró el momento en que la mujer y su empleada y amiga cruzaron la calle; también, la reacción de los vecinos ante los disparos y la fuga del asesino, que llevaba puesta una mochila. Luego de los balazos, Gotardo fue trasladada al hospital, donde murió poco después a consecuencia de las heridas.

Los investigadores acreditaron que Gotardo se había separado hacía dos meses de Rodolfo Maguna, de 46 años, suboficial principal que reviste en la Agrupación Aviación de Ejército 601, en Campo de Mayo. Familiares y amigos de Gotardo habían señalado que ella había sufrido agresiones físicas y amenazas por parte de Maguna, que la controlaba permanentemente, inclusive sirviéndose de un GPS que, además de registrar la ubicación del auto en que lo había instalado, le permitía escuchar las conversaciones que ella mantenía a bordo. Por esas declaraciones, el fiscal Ricardo Romero ordenó un allanamiento en la propiedad de San Miguel que había sido el domicilio de la pareja, y donde Maguna vive con su hija, de 19 años. Durante el operativo, el suboficial incurrió en contradicciones, y quedó aprehendido como sospechoso. Los investigadores descartaron que Maguna haya efectuado los disparos mortales, pero no que haya sido el responsable de manejar la moto en la huida; otra hipótesis sostiene que podría haber instigado el delito y contratado sicarios para realizarlo.

Durante el allanamiento, los investigadores secuestraron el GPS que habría estado colocado en la camioneta de Gotardo hasta hace pocos días. De acuerdo con relatos de allegados a la mujer asesinada, antes de la separación, Maguna sospechaba que Gotardo lo engañaba, por lo que instaló en el vehículo de ella un dispositivo para saber adónde iba y con quién hablaba. “No es un aparato muy sofisticado, se consigue por Mercado Libre”, detallaron fuentes de la investigación, que indicaron que el equipo tiene un chip y un micrófono incorporado. Estaba programado para activarse por voz; cuando se iniciaba una conversación dentro de la camioneta, Maguna recibía un llamado en su teléfono celular y podía escuchar cuanto se hablaba.

La hermana de Gotardo aseguró que la violencia contra la mujer era de larga data. “Ese desgraciado la vivía amenazando”, dijo, en referencia a Maguna. La mujer aseguró que Gotardo “vivía con miedo” y durante mucho tiempo “no se podía separar porque siempre la amenazaba con arma”.

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