Desde hace más de doce años, Elsa Elvira Rotella, Elvis, como le dicen sus familiares y amigos, espera justicia por la muerte de su hijo Lucas Ariel Roldán, asesinado a balazos en marzo de 2003. Los acusados son tres policías federales –un cuarto involucrado ya falleció– absueltos en un primer juicio luego declarado nulo y condenados en noviembre de 2013. “Lo único que espero es que los jueces no se pongan del lado de ellos”, le dijo Elvis a Página/12, luego de asistir a una audiencia, en la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, en la que las defensas pidieron que se revoque la sentencia condenatoria y la querella, que se confirme. En el segundo juicio, el policía Lucio Montero fue condenado a 14 años de cárcel como autor material del hecho, mientras que el inspector Juan Alberto Monteyrú y el sargento Rubén “Percha” Solares (ver aparte), que supo ser el terror de los jóvenes en los barrios del sur de la Capital Federal, recibieron penas de 4 y 3 años por “encubrimiento agravado”.

“Todavía estoy shockeada por los alegatos de los defensores” de los tres policías “porque parece que ellos solos sufren, que nosotros no sufrimos”. En este punto, la mamá de Lucas Roldán, que trabajaba como limpiavidrios, se refirió a lo dicho en la audiencia por Monteyrú, el único condenado que estuvo presente, quien pidió a los jueces una pronta definición respecto de la causa, alegando que “desde hace nueve años no nos sentimos dueños de nuestra vida”.

Elvis, en respuesta a los dichos de Monteyrú, se preguntó: “Si ellos están mal, qué queda para nosotros que hemos perdido a nuestro hijo”. La mujer, acompañada por la abogada querellante Paula Squassi, dijo que esperaba que los jueces de la Sala III de Casación “de una vez por todas confirmen la sentencia, porque si les dan la absolución a los policías, ya no sabría qué creer sobre la Justicia”.

Jorge Fiscalini, el defensor de Solares, cuestionó el fallo condenatorio de su representado, por parte del Tribunal Oral 24, alegando una supuesta contradicción en la imputación al Percha, porque en algún momento del fallo se dice que el delito fue “no haber denunciado” el hecho ocurrido en marzo de 2003 y en otro se señala que se los acusa de “haber aportado datos falsos” a la causa. Según Fiscalini, habría dudas sobre si le cabe la acusación “por encubrimiento o por falso testimonio”.

Lucas Roldán estuvo desaparecido seis días, hasta que su cuerpo fue hallado en un Fiat Duna robado, con cuatro balazos, un arma que la policía dijo que era suya y un kilogramo de cocaína. La versión policial fue que hubo una persecución y un supuesto “enfrentamiento”, pero nunca quedó claro por qué razón no se informó de inmediato sobre lo sucedido, ya que los que los persiguieron fueron los policías imputados, en un Ford Falcon sin identificación de la Brigada de la comisaría 52. En el segundo juicio, se dejó sentado que Roldán mal podría haber escapado a bordo de un auto porque no sabía manejar.

Con posterioridad, los defensores de Montero y Monteyrú pidieron también la absolución, mientras que la abogada querellante, Paula Squiassu, solicitó que se confirme la sentencia en una causa “que lleva muchos años y que, en el segundo juicio, fue objeto de una exhaustiva investigación que no deja ninguna duda sobre la responsabilidad de los tres imputados en la autoría del hecho”.

La abogada citó párrafos del fallo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso de Walter Bulacio y la responsabilidad del Estado argentino “en evitar que queden impunes las violaciones a los derechos humanos”. La Sala III de Casación tiene el expediente desde el año pasado y se espera una pronta resolución sobre el fallo condenatorio del Tribunal Oral 24.