SOCIEDAD › VIENTOS HURACANADOS EN CORDOBA, SANTA FE Y ENTRE RIOS
Ráfagas de viento de 80 kilómetros por hora, árboles arrancados de cuajo, piedras de hielo del tamaño de un huevo de gallina. Las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos supieron de su paso. No hubo heridos pero se registraron fuertes daños.
Una tormenta con fuertes ráfagas de viento, lluvia y granizo causó serios inconvenientes en el norte de Córdoba, sur y centro de Santa Fe y Entre Ríos. El temporal, que comenzó la noche del miércoles y se prolongó hasta ayer por la mañana, tuvo como consecuencia calles anegadas, árboles caídos sobre vehículos, cables de servicio eléctrico cortados y voladura de carteles y chapas de techos de viviendas. No se registraron víctimas. Desde la localidad cordobesa de Tránsito aseguran que se trató de un tornado que dejó decenas de casas dañadas y afectó incluso una iglesia centenaria. En Rosario, las ráfagas de viento alcanzaron los 80 kilómetros por hora poco después del mediodía. Por su parte, voceros de Defensa Civil de la provincia de Entre Ríos aseguraron que en el departamento La Paz las piedras de hielo que caían semejaban a “huevos de gallina”. Pero entre tantas malas, un atenuante: las condiciones climáticas tendían a mejorar.
El Servicio Meteorológico Nacional había actualizado a media mañana de ayer el alerta por tormentas fuertes en el centro del país, “con abundante caída de agua, tormentas eléctricas, grandes ráfagas y granizo”. El fuerte viento que se registró en la ciudad de Córdoba voló los techos de muchas viviendas y derribó carteles, árboles y postes, provocando la salida de servicio de 39 distribuidores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), lo que afectó el suministro de electricidad en barrios como Urca y Las Magnolias, entre otros. Jorge González, presidente de EPEC, informó que el problema afectó distintos puntos de la capital y precisó que el servicio se iría “normalizando paulatinamente”.
“Acá pasó un tornado. Nunca hemos visto una cosa así, fue algo muy espantoso”, describió Noemí Fauda, intendenta de la localidad cordobesa de Tránsito, ubicada a más de 100 kilómetros al este de la capital provincial, donde cayeron cientos de árboles, carteles y postes, a la vez que volaron techos de varias casas y hasta de una iglesia centenaria. Sólo queda el consuelo de que no se registraron heridos. “Hay que reconstruir todo. Se han vivido momentos intensos, tristes y desoladores”, relató Fauda y añadió que tras el paso del fenómeno por esa localidad de 4500 habitantes “quedó un desastre”. Por su parte, el director de Defensa Civil de la provincia, Diego Concha, precisó que llovieron 90 milímetros en pocos minutos, lo que causó anegamientos. Por el momento no hay evacuados. “Todo parecía que iba a explotar, el ruido, muchísimas piedras, piedras muy grandes. Habrá sido por unos 20 minutos”, manifestó. Enviado por el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, arribó un camión con colchones, alimentos, frazadas y otros elementos de primera necesidad para asistir a los vecinos. También fueron enviados asistentes sociales y arquitectos para relevar los daños provocados por el temporal.
La caída de granizo de gran tamaño en la ciudad santafesina de Arequito también generó rotura de techos y ventanas en muchas viviendas. Ocho personas fueron evacuadas en forma preventiva. El presidente comunal Juan Pablo Larrambebere señaló que “la gente de más edad no recuerda haber vivido una situación similar”. Asimismo aclaró que no hubo heridos, ni situaciones de gravedad. “El temporal duró 35 minutos. Lo que más nos complicó fue la granizada”, dijo el funcionario. Aun en la mañana de ayer todavía podían verse en las calles enormes bolas de hielo.
Por la abundante lluvia caída, el gobierno de la ciudad de Santa Fe realiza una supervisión del funcionamiento de las estaciones de bombeo y el sistema de drenaje, en tanto la Empresa Provincial de la Energía indicó que grupos de tareas trabajaban para reparar cables cortados por el fuerte viento en la zona norte y oeste de la capital provincial.
Asimismo, al menos cincuenta árboles, ramas y postes cayeron en Rosario como consecuencia de las fuertes ráfagas de viento que llegaron a los 78 kilómetros por hora, afirmó el director de Defensa Civil municipal, Raúl Rainone. Pero el hecho más grave ocurrió en avenida Francia y Catamarca, donde un enorme jacarandá cayó sobre dos autos estacionados y golpeó también a un camión que circulaba por allí, aunque no hubo lesionados.
El fuerte temporal azotó también una amplia zona de Entre Ríos, provocando una fuerte pedrea que duró unos 15 minutos. Un vocero de la Dirección de Defensa Civil dijo que “los mayores daños se registraron en Alcaraz, una localidad rural del departamento La Paz”, situada a 150 kilómetros al norte de la capital entrerriana, “donde el granizo alcanzó el tamaño de huevos de gallina”, provocando la “rotura de los techos y el consecuente anegamiento de numerosas viviendas”. La fuerte granizada también afectó la localidad de Crespo, situada a 35 kilómetros al este de Paraná, dejando daños materiales en galpones y cultivos. Afortunadamente, en ninguno de los casos se registraron víctimas.
Por último, fuertes vientos se registraron en el noroeste de la provincia de Buenos Aires y en la Cordillera, donde el Zonda se hizo presente, aunque no fue necesario suspender las clases en la región cuyana.
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