La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a prisión perpetua y el cómputo de la pena para Guillermo Fernández Laborda, de 72 años, quien admitió haber cometido los crímenes de los empresarios Emilio Naum y Ricardo Manoukian, víctimas de la banda que lideraba Arquímedes Puccio. El máximo tribunal rechazó un recurso de queja presentado por la defensa del imputado contra el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que ratificó la condena. Detenido por primera vez hace más de 30 años, Fernández Laborda está preso desde entonces, aunque con algunas interrupciones. Ahora deberá quedar tras las rejas hasta 2022.

Integrante del denominado Clan Puccio, Guillermo Fernández Laborda fue detenido por primera vez en octubre de 1985 y condenado a prisión perpetua. En 2007 recuperó la libertad, pero al poco tiempo fue nuevamente apresado en una causa por “defraudación”, puesto que se estableció que mediante identidades falsas obtenía créditos bancarios.

Más tarde apeló la sentencia ante la Cámara Federal de Casación Penal y el fiscal Javier De Luca dictaminó a su favor, al entender que el secuestrador “lleva en prisión casi 40 años y no tiene una fecha cierta de cuándo procederá el agotamiento de su pena”. El fiscal además destacó que “el caso de Fernández Laborda se ha decidido en base a una ley más gravosa no vigente al momento de comisión de los hechos que motivaron su condena a prisión perpetua (sentencia del año 1999) unificada con una condena a una pena temporal por un delito cometido con posterioridad, que no puede modificar la ley aplicable”. Pero los camaristas Liliana Catucci, Eduardo Riggi y Mariano Borinsky rechazaron el recurso, por lo que Fernández Laborda llegó hasta la Corte Suprema mediante la interposición de la defensora oficial, Graciela Galván. Ayer, los ministros Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda ratificaron la condena, por lo que Fernández Laborda recién podrá recuperar su libertad el 28 de marzo de 2022.

La banda de la zona norte del conurbano que lideraba Arquímedes Puccio –integrada por dos de sus hijos, Alejandro, ex wing del Club Atlético San Isidro (CASI) y de Los Pumas; y Daniel, alias Maguila; el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz– fue desbaratada hace 30 años, acusada de secuestro y asesinato.

El primero de los hechos atribuidos al Clan Puccio fue el que tuvo como víctima al rugbier del club Pueyrredón Ricardo Manoukian (24), secuestrado el 22 de julio de 1982 y asesinado a balazos nueve días después, pese a que la familia de la víctima había pagado 250 mil dólares de rescate. El segundo de los casos acreditados por la Justicia fue el de Eduardo Aulet (25), ingeniero y jugador del San Isidro Club (SIC), a quien capturaron el 5 de mayo de 1983 y asesinaron apenas cobraron los 100 mil dólares pagados para liberarlo, aunque su cuerpo recién fue hallado cuatro años después. Luego, el 22 de junio de 1984, el empresario Emilio Naum (38), propietario de la firma de ropa Mac Taylor y quien conocía a Arquímedes, fue asesinado de un balazo en el pecho cuando se resistió a que lo secuestraran.

La banda recién fue desarticulada el 23 de agosto de 1985, al intentar cobrar el rescate por la empresaria Nélida Bollini de Prado, de 59 años, a quien la policía rescató de la casona de los Puccio en San Isidro, tras pasar 32 días cautiva.