SOCIEDAD › POR LO MENOS 14 MUERTOS Y 17 HERIDOS POR UN ATAQUE ARMADO, EN ESTADOS UNIDOS
Tres hombres armados con armas largas, protegidos por chalecos antibalas y enmascarados irrumpieron en un evento de un centro de salud de California, por motivos poco claros. Dispararon a mansalva, mataron, hirieron y huyeron. Habría un sospechoso detenido.
Al menos 14 personas murieron luego de que tres hombres provistos de chalecos antibalas entraran en Inland Regional Center, un centro de asistencia y capacitación para personas con enfermedades y problemas mentales, y abrieran fuego con armas largas en ese establecimiento de San Bernardino, al sur de California, a las 11 de la mañana (las 16 de Argentina). Luego, subieron a una camioneta negra y huyeron. De acuerdo con la policía local, al menos otras 17 personas resultaron heridas en el tiroteo, cuyos responsables eran intensamente buscados anoche, aunque al cierre de esta edición las fuerzas de seguridad interrogaban a un sospechoso detenido tras un nuevo tiroteo en plena calle, a pocos kilómetros del lugar. Agentes del FBI y de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) se sumaron con el correr de las horas a la investigación y la búsqueda, porque no había sido descartada la hipótesis de que se tratara de un acto terrorista. Por su parte, el presidente Barack Obama pidió a la asesora de Seguridad Nacional, Lisa Monaco, que lo mantuviera al tanto del desarrollo de los acontecimientos a lo largo de la jornada.
Los atacantes llevaban “armas largas” e “iban vestidos de una manera que indica que estaban preparados”, informó el jefe de policía local, John Burguan, quien señaló que actuaban “como si estuvieran en una misión”. Una de las heridas, Denise Peraza, recordó que las puertas de lugar se abrieron y entraron al menos dos hombres vestidos de negro y con máscaras sobre los rostros. Empezaron a disparar y “todos nos tiramos al piso”. “Los tipos abrieron fuego durante unos 30 segundos, al azar, y entonces se detuvieron para recargar las armas y disparar de nuevo.”
La sargento Vicki Cervantes, del Departamento de Policía de San Bernardino, informó que los hombres abrieron fuego en la sala de conferencias donde el Departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino –que había alquilado ese espacio– celebraba un banquete para 200 personas. Cuando comenzaron los disparos, personas que se encontraban en otros salones del establecimiento lograron comunicarse con sus familias y alertar acerca de lo que sucedía.
Los hombres salieron del establecimiento y huyeron en una camioneta 4x4 negra. Al llegar al lugar, los bomberos atendieron comenzaron a atender heridos en una calle cercana, mientras que otros eran cargados en ambulancias, todo ello mientras los canales de televisión locales transmitían en directo, también, cómo efectivos de la policía local evacuaban el resto de los edificios del lugar mientras buscaban a posibles atacantes escondidos todavía allí. Decenas de personas caminaban con las manos en alto y, luego, eran llevados a un campo de golf cercano. En tanto, los edificios gubernamentales, los tribunales y las escuelas fueron cerradas en todo el condado.
Cuando la noticia trascendió, el presidente Obama estaba al aire, en una entrevista concedida a una cadena televisiva. “Obviamente, nuestros corazones están con las víctimas y sus familias”, dijo entonces, y agregó: “Lo que sí sabemos es que en este país tenemos un patrón ahora de masacres masivas que no tienen paralelo en ningún otro lugar del mundo”.
El despliegue mediático acompañó la búsqueda durante toda la tarde. Desde el aire, algunos canales transmitieron las recorridas que los coches de policía realizaron por las calles de la ciudad en busca de los sospechosos. Un helicóptero transmitió en directo cómo dos móviles de fuerzas de seguridad bloqueaban el paso a una camioneta negra como la que habían abordado los sospechosos, y los pasos, confusos, que siguieron y derivaron en detención.
Fuentes de la investigación señalaron al diario Los Angeles Times que el ataque podría haber sido consecuencia de una pelea entre algunos de los invitados al banquete que se celebraba en el centro. Una de las personas involucradas habría dejado el lugar para regresar, luego, armada y acompañada. Por ello, sospechan algunos pesquisas, el tiroteo podría haber tenido como objetivo exclusivamente esa reunión, y no al Inland Regional Center o sus actividades.
“¿Se trata de un acto terrorista? No lo sabemos”, dijo por su parte David Bowdich, asistente del director de la oficina que el FBI tiene en Los Angeles. Por su parte, la precandidata presidencial Hillary Clinton tuiteó: “Me niego a aceptar esto como algo normal. Debemos tomar medidas para detener la violencia con armas de fuego ya”.
Los primeros disparos fueron interpretados como parte de un simulacro de desastre, un ejercicio rutinario para los trabajadores y pacientes del lugar. Por eso Dorothy Vong, una enfermera del establecimiento, registró con su celular un video con los primeros instantes: lo grabó para enviarlo a su marido, y comentar con él la frecuencia de esas prácticas. El video registra que, segundos después, oficiales de policía acudían a la sala de conferencias corriendo y portando rifles.
Hace menos de una semana, en una filial de Planned Parenthood –la ONG dedicada a salud sexual y reproductiva– en Colorado, un hombre armado mató a tiros a tres personas, y además hirió a nueve. En octubre, otro agresor asesinó a tiros a nueve personas en una universidad del estado de Oregon, mientras que en junio un hombre blanco armado con un fusil mató a nueve afroamericanos en una iglesia del estado de Carolina del Sur.
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