Una pareja casada, que tiene una hija de 6 meses, fue la que cometió el tiroteo en San Bernardino, California, en el que murieron al menos 14 personas y resultaron heridas otras 21. La pareja murió tras enfrentarse con la policía, pero trascendió que antes del ataque había dejado a su hija con la madre de uno de ellos. Los investigadores hallaron bombas caseras y gran cantidad de armamento en la vivienda de los atacantes y mantienen abiertas todas las posibilidades sobre cuál pudo ser el motivo de la masacre.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó que es “posible” que el tiroteo que tuvo lugar en un centro de ayuda a discapacitados estuviera “relacionado” con el terrorismo, pero aclaró que aún no se sabe con certeza, y aseguró que el FBI llegará “hasta el fondo” de lo sucedido.

Syed Farook, un hombre de 28 años, de nacionalidad estadounidense, cuya familia emigró desde el sudeste asiático, era musulmán y llevaba dos años casado con Tashfeen Malik, de 27 años y nacida en Pakistán, de acuerdo con el testimonio de un familiar. Farook trabajó durante cinco años para el estado de la localidad californiana en la que se produjo la masacre.

El miércoles por la mañana, Farook y Malik dejaron a su hija con la madre de él en Redlands, una localidad cercana a San Bernardino, argumentando que tenían una cita médica en el centro donde ocurrió el ataque. La mujer comenzó a preocuparse cuando supo del tiroteo y llamó a Farook y Malik sin obtener respuesta. Los familiares creyeron que ambos habían sido víctimas del ataque hasta que comenzaron a llegar informaciones de que Farook era uno de los sospechosos implicados.

Farook y Malik murieron por la tarde en la ciudad de Redlands, tras una persecución policial. De acuerdo con los testigos, vestían ropa militar y portaban rifles y pistolas. Aunque en un primer momento se habló de la posibilidad de que hubiese un tercer atacante porque una persona más fue detenida en el lugar del tiroteo, la investigación se centra ahora en la hipótesis de que Farook y Malik fueron los únicos responsables materiales de la matanza en el centro de ayuda para discapacitados de San Bernardino.

Las autoridades indicaron que, por el momento, desconocen el móvil del crimen, aunque aseguraron que existía planificación y que no se trató de algo espontáneo, por lo que no descartaron motivaciones terroristas.

El director ejecutivo en Los Angeles del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (Cair), Hussam Ayloush, condenó el “horrible y repugnante” ataque en San Bernardino y aseguró que la comunidad musulmana de Estados Unidos trabajará para repudiar “cualquier actitud perversa” que trate de justificar este tipo de actos violentos.

Por su parte, el presidente norteamericano, Barack Obama, afirmó que “los dos individuos muertos a manos de la policía estaban equipados con armas, y tenían acceso a más armamento en sus hogares”. Obama expresó que de todas formas aún no se conoce “por qué lo hicieron, las dimensiones de sus planes ni sus motivaciones”.

“Es posible que lleve algo de tiempo” determinar los motivos, agregó el presidente, que envió sus condolencias a las familias de las víctimas de la “trágica masacre” y aseguró que reza por una “rápida recuperación de los heridos restantes”.

Además argumentó que Estados Unidos tiene que reflexionar y tomar medidas para que deje de ser “demasiado fácil” llevar a cabo un tiroteo, en un nuevo llamado de Obama a un mayor control de armas, al tiempo que decretó cuatro días de luto en todo el país.

En cuanto al desarrollo de la investigación, el jefe de la Policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, informó en una conferencia de prensa del hallazgo de doce bombas de fabricación casera en una casa vinculada con los sospechosos ubicada en la ciudad donde dejaron a su hija.

En ese mismo lugar, las fuerzas de seguridad descubrieron una gran cantidad de armamento y municiones así como herramientas que podrían usarse para elaborar artefactos explosivos caseros.

Burguan también detalló que dentro del establecimiento que fue el escenario del tiroteo se localizó un dispositivo, formado por tres artefactos explosivos conectados, que estaba preparado para ser accionado por control remoto pero que no llegó a detonar.

Los agresores “estaban equipados y podían haber continuado con otro ataque”, añadió el responsable policial. “Estamos seguros de que las dos personas implicadas en el tiroteo son los dos muertos”, dijo Burguan, quien aseguró no tener información como para indicar en este momento que haya “una amenaza inmediata” en la región y descartó al mismo tiempo que se está buscando a más sospechosos.

Por otro lado, el número de fallecidos se mantuvo en 14 pero el de heridos fue elevado a 21, que se encuentran en hospitales de la zona de San Bernardino.