Sáb 19.12.2015

SOCIEDAD  › OPINIóN

Dos historias de los nuevos héroes infantiles

› Por Claudia Fernández Chaparro *

Un niño lloró esta semana. Vio a Zamba tirado en un baño ensangrentado y no puede comprender de qué va la cosa. Resultaría complejo explicarle por qué los adultos vapulean, matan y viralizan a su héroe en las redes sociales. Es difícil que un niño que no elige vestirse de Superman ni de Hombre Araña, pero sí de granadero, pueda entender ese post.

Si yo tuviera que hablar con ese niño, podría hablarle de un fiscal famoso muerto en un baño, de que hay gente que piensa distinto, del voto y de la democracia. El niño me contestaría que ya sabe de la democracia, que lo ve en Paka Paka, y que sí, que sabe que en una democracia se vota. Pero seguramente querría que se explique por qué Zamba está muerto. Podría decirle que no es así, que es sólo un dibujo que alguien subió a las redes, que no pasó de verdad. Pero sigue llorando y me preguntará, incrédulo, si así termina la historia de su héroe. Le digo que no, que de ninguna manera, que Zamba es de ellos, que podrán seguir viéndolo en YouTube, que están sus muñecos, que Zamba es invencible. El niño me dice que los únicos invencibles son los superhéroes y que Zamba es un niño, y que a los niños no se los mata.

Ahora, el niño podría tener miedo de poner Paka Paka. Intentaría tranquilizarlo diciéndole que su héroe solo fue asesinado en Facebook, que está en la tele como siempre, con sus amigos, recorriendo el país y explicando la historia, que la gente que hizo eso con Zamba está siendo repudiada. ¿Qué es repudiada? Quiere decir que hay muuucha gente que no piensa así, que está en desacuerdo con que le hagan eso a Zamba.

Tal vez, me preguntaría si hay gente tan mala, capaz de matar a un niño. Le diría que Zamba es un dibujo. Imagino la respuesta de este niño cuestionador: “¡Pero Zamba es un chico como yo! Y él me enseñó que tenemos derechos que deben ser cuidados por los adultos”. Y tiene razón: el derecho de este niño, que ve la tele y puede navegar por las redes, a ser protegido contra toda forma de violencia fue vulnerado.

Hoy, en las redes sociales, encontré la contracara de aquel dibujo siniestro: el actor Tomás Fonzi grabó un mensaje que rápidamente se viralizó. Su hija de 5 años había invitado a la casa a una compañerita de jardín. Tomás advirtió que estaban discutiendo y, cuando se acercó para ver qué pasaba, se enteró de que estaban disputando por quién haría en el juego el papel de Juana Azurduy.

* Especialista en infancia.

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