Se puso en marcha el Operativo Buen Provecho. Un plantel de 600 federales será destinado exclusivamente a la vigilancia de los restaurantes porteños. El plantel se sumará a los sistemas de patrullaje que ya funcionan, conocidos en la jerga policial como “móvil restaurante”. El secretario de Seguridad, Norberto Quantín, fue el encargado de anunciarlo, acompañado por los subsecretarios de Seguridad nacional y porteño, José María Campagnoli y Enrique Carelli, además de representantes de las cámaras empresarias del sector. Los empresarios se comprometieron a divulgar entre sus socios la idea de instalar cámaras de seguridad, que quedará a criterio individual, lo mismo que el uso de tarjetas de crédito y débito para disminuir el efectivo en caja. Quantín anunció además que el presidente Néstor Kirchner firmó ayer un proyecto de ley para elevar las penas en casos de tentativa de robo con armas, para evitar la excarcelación automática. “No descartamos nada”, dijo Quantín cuando Página/12 le preguntó sobre las causas de la repentina ola de asaltos a restaurantes.
Apenas iniciada la conferencia, Quantín subrayó hasta qué punto preocupa al Gobierno la recién desatada ola de asaltos a restaurantes: “Es una modalidad delictiva que parecía olvidada y que ha renacido brutalmente”. El plan desarrollado por el gobierno en conjunto con los empresarios del sector consistirá, primordialmente, en la incorporación de 600 uniformados a la vigilancia de comercios del rubro. Según explicó Quantín, se trata de 600 policías que durante este año estuvieron trabajando en el Operativo Cerrojo, desarrollado en los accesos que conectan la Capital con el conurbano y que serán reemplazados en esa tarea por uniformados recién incorporados, guiados por veteranos. Los 600 policías del plan de prevención en restaurantes serán derivados a las comisarías pero destinados específicamente a esta tarea. Además, se mantendrá lo que en la jerga se conoce como “móvil restaurante”, un patrullero que recorre las puertas de los restaurantes en cada jurisdicción y que, a partir de ahora, al pasar por cada comercio, completará una planilla que firmará el dueño para controlar que el móvil haya pasado.
La preocupación empresarial por el brote de asaltos a restaurantes quedó ayer subrayada: “Nuestra intención es que sigamos trabajando en el tiempo –dijo a Página/12 Ricardo Boente, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés, que participó ayer de la conferencia de prensa–. No quiero 600 efectivos hoy y dentro de dos semanas que estén vigilando otra cosa. Nos merecemos distendernos en un restaurante con un grupo de amigos o con la familia”. Los empresarios se comprometieron a instalar entre sus asociados la idea de colocar cámaras de seguridad en sus locales.
Por su lado, la Federal distribuyó un instructivo de diez puntos, en el que recomienda el llamado al 101 en forma inmediata, tratar de mantener la calma mientras se produce el asalto, no intentar enfrentar a los delincuentes y la denuncia de autos estacionados frente al local con pasajeros adentro. Además, se consideró como imprescindible que en caso de asalto se efectúe la denuncia. De todos modos, ayer se habían producido dos nuevos asaltos, ambos curiosamente en Villa Urquiza. Uno ocurrió a las 14.15, en la pizzería El Pindal, de Monroe y Triunvirato, donde el asaltante fugó con 2 mil pesos. El otro, en Plaza del Carmen, asaltado por tercera vez en dos semanas. La última, el domingo pasado. Cuatro asaltantes entraron a las 19.30 mientras la policía investigaba adentro el asalto anterior. Se produjo un tiroteo. Un delincuente resultó herido, otro fue detenido en la puerta y otros dos cuando huían en un auto.