SOCIEDAD › EL DENGUE AVANZA EN EL PAíS, PERO EL MINISTERIO DE SALUD NO PLANEó UNA CAMPAñA
Diez casos de dengue fueron confirmados en la capital de Corrientes. Se agregan a los anunciados en Catamarca, Córdoba, Misiones y Formosa. Las inundaciones multiplican los mosquitos. En Salud de la Nación sostienen no haber organizado una campaña.
Una decena de casos ya fueron confirmados en la provincia de Corrientes, la mayoría registrados en la ciudad capital. Desde el Ministerio de Salud Pública local piden extremar las medidas de prevención y concientización por los casos de picadura del Aedes aegypti. Asimismo, desde el área de Epidemiología provincial recomiendan a la población el uso permanente de tabletas, espirales y repelentes, aunque estos últimos están en falta en muchos comercios correntinos desde hace un mes. Fuentes de prensa del Ministerio de Salud de la Nación, confirmaron a Página/12 que no se cuenta con un plan federal de lucha contra el dengue. La única mención de un plan semejante, en el sitio oficial del ministerio encabezado por Jorge Lemus, corresponde al Programa de Prevención y Control del Dengue y la Fiebre Amarilla, que fue ejecutado entre 2009 y 2011.
Junto con las intensas precipitaciones y el consiguiente desborde de los ríos, comenzó a proliferar el mosquito A. aegypti, propagador del dengue tanto en la región litoraleña como en Paraguay y Brasil, y que además ya afecta a varias provincias del país.
Desde Corrientes, la titular del Departamento de Epidemiología de la provincia, Claudia Campias, confirmó la aparición del décimo paciente con la enfermedad. La mayoría de casos positivos en la ciudad capital se presentó en los barrios Sur, Libertad, 17 de Agosto, La Rozada y Nuestra Señora de Pompeya, en tanto el resto corresponde a pacientes de localidades del interior. Con especial hincapié en quienes hayan viajado o deban hacerlo hacia zonas donde el dengue está latente –por caso, Formosa y Misiones–, Campias pidió a los vecinos que “se extremen los cuidados con el uso de repelente durante el día y sobre todo en horas de la tarde”. Del mismo modo, la epidemióloga solicitó colaboración a la comunidad “en la eliminación de todos los recipientes que puedan acumular agua y mantener los domicilios y alrededores limpios”, teniendo en cuenta “que las altas temperaturas son el caldo de cultivo predilecto para la proliferación de los vectores, sumado a la crecida extraordinaria del río Paraná, las inundaciones y las lluvias provocadas por el fenómeno de El Niño”.
Precisamente con el objetivo de reducir la presencia de mosquitos, la Municipalidad de Corrientes, junto con los agentes comunales de la Dirección General de Zoonosis, sigue intensificando las fumigaciones en diferentes puntos de la capital, especialmente alrededor de las casas donde se presentaron casos confirmados y “sospechosos” de dengue. Muchos vecinos solicitaron el servicio para sus domicilios particulares ante la presencia de alacranes y vinchucas.
Por su parte, la Secretaría de Ambiente local inició un intenso operativo de fumigación en el parque Cambá Cuá, donde colocaron pastillas larvicidas para evitar la presencia del vector del dengue, en tanto cuadrillas municipales procedieron al desagote de zonas inundadas con la ayuda de bombas extractoras.
Pero al temor por una probable picadura del mosquito se sumó un inconveniente inesperado: la falta de repelentes. Según revelaron empleados de las distintas cadenas de farmacias y supermercados de la capital correntina, desde hace un mes este producto escasea, especialmente el formato aerosol para adultos, el más demandado por los usuarios. No obstante, parece haber stock suficiente en el ítem crema para niños, al igual que tabletas y espirales. Los encargados de los comercios revelaron que apenas se reponen las góndolas, los usuarios arrasan con los productos ahuyenta-mosquitos en sus diferentes presentaciones.
Un vocero de prensa del Ministerio de Salud de la Nación, en comunicación con Página/12, dijo que la cartera no contaba con un programa de lucha contra el dengue. Sólo existe la mención del Plan Nacional de Prevención y Control del Dengue y la Fiebre Amarilla realizado entre 2009 y 2011, cuyos objetivos generales fueron “reducir la morbimortalidad, disminuir el riesgo de propagación de brotes, prevenir la endemicidad y reducir el impacto socioeconómico del dengue”. El plan se formuló “con el fin de que la Argentina se encuentre en la situación más favorable posible para hacer frente al brote que se espera se inicie en la primavera-verano de 2009 y se basa en la Estrategia de Gestión y Control Integrado del Dengue, formulada con la participación de la OPS/OMS. Contiene las acciones que (el Ministerio de) Salud debe de encarar y las que debe de demandar a otras reparticiones del Ejecutivo y a las fuerzas vivas de la sociedad con el fin de responder globalmente a la prevención y al tratamiento de esta enfermedad”.
En el Plan Nacional de Prevención y Control del Dengue 2009-11 también se informó que el primer brote en la Argentina se registró “en 1916”, que “afectó las provincias de Corrientes y Entre Ríos”, y que el vector “se erradicó del país y de todo el continente en 1960, reapareciendo en 1984”. Asimismo afirma que “desde 1998 el dengue se presenta en forma de brotes esporádicos, con casos autóctonos en las provincias de Salta, Formosa, Jujuy, Corrientes y Misiones”. Quedó claro en aquella oportunidad que el dengue no se combate con cerrar la puerta.
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