La fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires ordenó 18 allanamientos simultáneos que se realizaron ayer por la mañana en depósitos de mercadería en el barrio de Liniers y en Ciudadela. Allí se secuestraron más de 600 bultos de indumentaria, bijouterie, juguetes, alimentos y celulares, que, de acuerdo con los fiscales, eran “mercadería ilegal”. Gustavo Farman, vendedor que estuvo en uno de los galpones allanados durante el procedimiento, contó a Página/12 que el operativo incluyó una gran cantidad de personal policial que se hizo pasar por clientela primero y, después de identificarse, actuó con “mucha violencia y de manera irregular”. En tanto, Omar Guaraz, de Vendedores Libres, señaló que se trata de una “nueva ofensiva contra los manteros” y que la fiscalía busca “montar un show mediático para que la sociedad crea que somos mafiosos”.

Según el relato de Farman, que ayer por la mañana se encontraba en los galpones de la calle José León Suárez al 200, los policías llegaron vestidos de civil y simularon estar interesados en hacer compras. Después de identificarse como policías, comenzaron a llevarse la mercadería. “No me explico de dónde salió esa terrible cantidad de oficiales y hasta un helicóptero. Abrieron el camión y empezaron a meter gente para llevarse detenidos, al menos demoraron a 20”, sostuvo.

Además, el vendedor señaló que “lo que se vio hoy (por ayer) fue mucho maltrato, daba igual si los vendedores tenían o no factura de la mercadería, a los que tenían se las rompían en la cara”. En ese galpón, la policía confiscó 13.228 kilogramos de alimentos y 45 litros de bebidas, que según la fiscalía se encontraban en mal estado. “Me parece que se les está yendo la mano. Por cómo se manejan te hacen recordar la peor época de este país”, concluyó Farman.

Otro de los allanamientos se realizó en un galpón ubicado en la calle D’Onofrio, de la localidad de Ciudadela, donde se decomisaron más de 300 bultos de mercadería que vendían los manteros que trabajan sobre la avenida Rivadavia en la zona de Liniers. Allí también se secuestraron más de 100 carros que utilizaban los trabajadores para trasladar sus productos, estructuras metálicas y de madera para armar los puestos, entre otros elementos que sirven para la venta callejera.

Según informó la fiscalía, las investigaciones judiciales dieron como resultado “la existencia de una posible organización que actúa de manera coordinada infringiendo sistemáticamente el artículo 83 del Código Contravencional”. Desde el 21 de enero último, la justicia porteña realizó más de 40 allanamientos y desalojó a los manteros de la avenida Rivadavia. “Se va a continuar con los operativos en Caballito, Flores, Liniers y otros barrios”, señaló Luis Cevasco, a cargo de la Fiscalía General de la Ciudad. El funcionario también sostuvo que se “persigue a las organizaciones delictivas que se apropian del espacio público, lucran con la pobreza, evaden impuestos, lavan dinero, se aprovechan del trabajo esclavo y perjudican al comercio legal establecido”.

Acompañados por la Dirección Nacional de Migraciones y la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad la policía identificó a 50 personas y clausuró tres lugares allanados por la precariedad de las viviendas. Al mismo tiempo, la AFIP y la AGIP tomaron nota del volumen de la actividad para iniciar las correspondientes investigaciones por evasión impositiva.

“Los allanamientos siguen y todavía no tuvimos una respuesta del Gobierno de la Ciudad a nuestro conflicto”, afirmó Guaraz. “Primero empezaron con nuestro desalojo y van a ir por los demás, con la excusa de desarticular organizaciones de delincuentes”, insistió, y recordó que desde el lunes, la Justicia les impide a los manteros vender también de manera ambulante, alternativa a la que habían recurrido los comerciantes después de un mes sin poder trabajar. En ese sentido, el referente de Vendedores Libres señaló que “tanto la fiscalía como el gobierno porteño y algunos medios se encargan de decir que somos una mafia para enfrentarnos con los comerciantes y acá lo único que hay es gente que se quedó sin laburo”.

Guaraz recordó que “no es la primera vez que se da un atropello de este tipo, nos quieren meter miedo”. El representando sindical de los vendedores callejeros aseguró que el primer día de los operativos para desalojarlos la policía allanó la casa de uno de sus compañeros sin orden judicial y lo amenazaron frente a su familia. “Entraron a la casa de uno de nuestros compañeros más activos sindicalmente, le rompieron la puerta, le secuestraron las ojotas que tenía para vender, lo desnudaron, lo esposaron y le apuntaron tanto a él como a su hija”, denunció el referente de Vendedores libres.

Informe: Paz Azcárate.