La Cámara de Apelaciones de San Martín revocó el sobreseimiento y envió a juicio oral al pai César Sánchez y a Elías “Narigón” Fernández, dos de los imputados por el crimen de la adolescente Melina Romero, hallada asesinada en septiembre de 2014 a la vera de un arroyo de José León Suárez.

La resolución de la Sala I dispuso que ambos sean juzgados por “homicidio agravado por femicidio y por el concurso de dos o más personas”, que tiene una pena de prisión perpetua, aunque por ahora continuarán en libertad.

De esta forma, César Sánchez, de 46 años, y Elías Fernández, de 22, se suman a Joel “Chavito” Fernández, de 20, que hasta ahora era el único imputado que el juez de Garantías Mariano Porto consideró que debía ir a juicio, lo cual fue confirmado por la Cámara en la misma resolución.

Debido a que el magistrado había sobreseído en noviembre a los otros dos sospechosos, la decisión fue apelada por la fiscal del caso, María Fernanda Billone, y por Marcelo Biondi, abogado de la familia de la víctima.

“Lo importante de este fallo es que cerramos en la etapa de instrucción una causa compleja, pudimos probar que estamos ante un homicidio agravado por femicidio y tenemos a tres personas enviadas a juicio oral”, dijo Biondi. El letrado agregó que Ana María Martínez, madre de Melina, está “satisfecha” con la resolución judicial.

En el fallo, los jueces Carlos Hermelo y Raúl Leturmy valoraron el “singular testimonio de M., a esta altura verdadero epicentro de la investigación”, en alusión a lo declarado en la causa por una adolescente amiga de Melina que dijo haber presenciado su violación y muerte.

Debido a que sus dichos siempre fueron cuestionados por la defensa de los imputados, los camaristas remarcaron que la chica declaró todas las veces “con el control fundamental de las partes” involucradas en el proceso y que su testimonio “mantendría cierto margen de homogeneidad en la descripción de los prolongados padecimientos de Melina Romero y de su destino final”. Al respecto, recordaron “su privación ilegal de la libertad, los golpes, las agresiones sexuales y finalmente su muerte y el transporte y abandono del cadáver de la damnificada”.

La resolución señaló que el caso “merece seguir hacia la oralidad, máxime –y no es un detalle menor– cuando todos los imputados se encuentran en libertad”. “Es en ese ámbito donde las partes, el juez y la sociedad toda tienen a su alcance el derecho a acceder a la verdad de los conmocionantes episodios que motivaran la formación de la causa”, indicaron los jueces.

Melina tenía 17 años cuando fue vista con vida por última vez, el 24 de agosto de 2014, tras salir del boliche Chankanab, en San Martín, adonde había ido a festejar su cumpleaños. La madre denunció la desaparición y se inició su búsqueda. Un mes después fue hallada asesinada a orillas del arroyo Morón, a pocos metros del predio de la Ceamse, en José León Suárez.

La autopsia estableció que Melina había fallecido por “sofocamiento” entre 20 y 25 días antes de ser encontrado su cadáver, pero hasta hoy la mecánica de la muerte no está clara debido al avanzado estado de putrefacción en que se hallaba el cuerpo.

Según la testigo clave, Melina fue asesinada durante una fiesta de sexo, drogas y alcohol en una casa de Pablo Podestá y luego llevada al arroyo.