SOCIEDAD › TRASLADAN A RíO GRANDE AL DETENIDO POR EL DESCUARTIZAMIENTO DE NILDA NúñEZ
Aldo Núñez, ex pareja de la joven embarazada de cinco meses, fue detenido en la casa de la víctima, en Tolhuin. Tenía restricción de acercamiento hasta que la anularon por su buen comportamiento. Meses antes había violado otra medida.
› Por Horacio Cecchi
Con un supuesto sentido de la prevención que no se cumplió en el momento adecuado, fuentes policiales de Tolhuin, Tierra del Fuego, informaron del carácter preventivo del traslado a Río Grande de Aldo Javier Núñez, de 33 años, acusado por el femicidio de Nilda Mabel Núñez, de 25, embarazada de cinco meses, con dos hijos de 1 y 5 años, y cuyo cuerpo fue hallado seccionado. La motivación policial se basaba en el supuesto riesgo que podría acarrear al acusado la marcha de protesta organizada por las agrupaciones feministas locales, o la violencia que podrían desatar ellas mismas contra las instituciones. Pero la información proporcionada coincide más con el criterio policial sobre cómo tratar los casos de violencia de género, que con la realidad: Núñez fue trasladado porque hoy deberá declarar ante el juez penal, Andrés Leonelli, de Río Grande, donde también hubo marcha. El acusado tenía una medida de restricción por 60 días dictada por una jueza de Familia de Río Grande, y se había levantado porque la víctima consideró que su ex pareja se había resocializado después de concurrir a grupos de ayuda contra el alcoholismo en la Iglesia. El criterio judicial de atender el beneficio del denunciado, por supuesta voluntad de la denunciante, ya eclosionó en el caso de Carla Figueroa, en La Pampa, que derivó en la sanción de la ley que castiga el femicidio en 2012. Este criterio se agrega a la trilogía machista de aplicación católica. En este caso, faltó la corporación médica.
Los uniformados informaron que Nilda Núñez había radicado hacía un año varias denuncias por violencia de género contra su ex pareja. Finalmente, el Juzgado de Familia de Río Grande dictó una orden de exclusión y prohibición de acercamiento por el término de 60 días. El período de una restricción debiera caer en el momento en que el juez/a del caso entienda qué significa para la atemorizada mujer, que decidió presentar la(s) denuncia(s) pese a los obstáculos “naturales” del sistema, encontrarse frente a frente con su “amiguito” en el pasillo de su casa. Y no, tras la evaluación de cuánto tiempo se puede disponer de un policía para parar en la puerta de la víctima (como si fuera una detención domiciliaria), custodia que de todos modos nunca se cumple.
Como ocurre habitualmente, el hombre violó la prohibición (es decir, no había policía, se confiaba en la palabra del violento) y en 2015 entró por la fuerza a la casa de su ex pareja, a raíz de lo cual, fue detenido por los uniformados de Tolhuin.
Tarde. No la mató porque no quiso. Quiso después. En aquel momento, cita la información judicial, la Justicia le impuso normas de conducta (a quien las acababa de violar). Una fuente judicial sorprendió cuando explicó a la agencia Télam que “hacía varios meses que se había ausentado y ya no molestaba a su ex pareja”.
El femicidio de la joven fue descubierto ayer por la madrugada, en la vivienda de la mujer, ubicada en Pedro Oliva 947 de Tolhuin, donde había sido vista con vida por última vez el 20 de junio último.
El jueves último, una hermana de la víctima denunció que no sabía nada de ella desde hacía varios días y que en la casa se encontraba su ex pareja al cuidado de los dos hijos de la mujer.
Tras la denuncia, el hombre fue citado a declarar a la comisaría. En ese momento, la impronta suspicaz policial detectó explicaciones confusas y hasta lo observó despreocupado por la situación.
Entonces, se ordenó un allanamiento a la vivienda de la calle Pedro Oliva. Antes, criteriosamente, fueron retirados los dos niños y puesto bajo custodia de la hermana de la joven. Los uniformados allanaron entonces la casa de la mujer y en una primera búsqueda hallaron restos y luego, rastrillaron en las inmediaciones de la vivienda y detrás de un turbal, próximo al barrio “Los Naranjos”, también detectaron rastros.
Los investigadores también secuestraron de la casa de la víctima partes del documento de identidad de la mujer y prendas de vestir con sangre, y a partir de todos los elementos recolectados detuvieron a su ex pareja.
En tanto, distintas organizaciones vinculadas al colectivo social “Ni una menos” de Tierra del Fuego marcharon ayer por las calles de Río Grande, Ushuaia y Tolhuin. Al grito de “Ni una menos, vivas las queremos”, los manifestantes exhibieron pancartas alusivas y exigieron “justicia por la muerte de Nilda” y políticas estatales más activas (o simplemente activas) en materia de violencia de género.
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