Sáb 23.07.2016

SOCIEDAD  › EN BUENOS AIRES HAY 88 VARONES POR CADA 100 MUJERES, Y LA POBLACIóN ESTá CADA VEZ MáS ENVEJECIDA

La ciudad de las porteñas se vuelve adulta mayor

En la Capital Federal hay cada vez menos nacimientos, mientras el promedio de vida de los habitantes aumenta. La diferencia la hacen villas e inquilinatos, donde hay población “sumamente joven”. Hasta los 40, mujeres y varones van parejos.

› Por Soledad Vallejos

La población de la Ciudad de Buenos Aires está envejecida, en parte porque cada vez hay menos nacimientos y en parte porque aumentó el promedio de vida de los habitantes, en especial de las mujeres, que a partir de los 70 años casi duplican a los varones. En términos generales, en suelo porteño hay 88 varones por cada 100 mujeres, aunque entre quienes tienen menos de 20 años es mayor el porcentaje de varones. Sin embargo, el panorama no es igual en todo el territorio urbano: entre quienes viven en inquilinatos, hoteles familiares, pensiones y casas tomadas, el promedio de edad es más joven y se concentra en la franja que está económicamente activa; en las villas de emergencia, se registra “una estructura poblacional sumamente joven”, en la que predominan niños y adolescentes y “hay menos presencia de población adulta mayor”; en cambio, “en los demás espacios habitacionales, la población es más notablemente envejecida y decrece el porcentaje de niños y adolescentes”. Los datos, que dan cuenta de quiénes viven en la Ciudad y cómo se distribuyen en el territorio porteño, forman parte del estudio “Estructura de la población”, que la Dirección General de Estadística y Censos (DGEC) del ministerio de Hacienda porteño elaboró a partir de la Encuesta Anual de Hogares (EAH) del año pasado.

Leer los datos relevados en función de la estructura poblacional, señala la DGEC en la presentación del informe, “se asocian a tendencias previas en la fecundidad, la mortalidad y los comportamientos migratorios”, que en todos los casos “afectan directamente la estructura por edades de la población”. Además, “los cambios en la pirámide también repercuten sobre la estructura del empleo, los niveles y distribución del ingreso y las necesidades de la población en campos como salud, educación, vivienda y provisión de servicios en general”.

En términos generales, en la ciudad hay 88 varones por cada 100 mujeres. De todos modos, ese número varía de acuerdo con las franjas etarias, una variación que encuentra como hito los 40 años: hasta esa edad, las diferencias entre varones y mujeres no son son tan notables como lo son después de acuerdo con los registros. Mientras que entre los menores de 19 hay más varones que mujeres, y entre los 20 y 29 años el índice masculinidad es de 94 por ciento (es decir, 94 varones por cada 100 mujeres), en el grupo de entre 40 y 49 años el índice de masculinidad es el mismo que para toda la ciudad (88). A partir de allí, la proporción de varones se reduce progresivamente: entre los 50 y los 69, son 76 los varones cada 100 mujeres; entre los 70 y los 79, 60; a partir de los 80 años, son 45.

En todas las comunas hay mayor porcentaje de mujeres que de varones, pero hay diferencias entre zonas. Mientras que en las comunas 2 (Recoleta y Retiro) y 1 (San Nicolás, Monserrat, San Telmo y Constitución) el índice de masculinidad va de 80,6 a 96,3 respectivamente, en las comunas 5 (Almagro y Boedo), 6 (Caballito y Parque Chacabuco), 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y 14 (Palermo) tienen “una marcada mayoría femenina, con participaciones mayores al 54 por ciento”.

La porteña “presenta los rasgos de una población envejecida, con una base angosta, producto de la reducción de la fecundidad, y una cúspide relativamente ancha como consecuencia del incremento de la vida media de la población, en particular de las muejres que casi duplican el peso de los varones a partir de los 70 años”, señala el estudio. En el centro de la pirámide, se ubican los grupos de entre 20 y 39 años, que “cuentan con un peso relativo mayor que el resto de los grupos de edad”, algo que “podría explicarse por el aporte de población inmigrante en edades activas”.

Los datos de la EAH permitieron también dimensionar el aporte de los flujos migratorios a la población porteña. “La mayor participación que se observa en los grupos etarios de 20-39 años se vincula al aporte poblacional de grupos de edad activa proveniente de las migraciones internas e internacionales”, indica el estudio. La participación de esos grupos en la dinámica de la población local “es fundamental a partir de los 20 años, en primer lugar de los migrantes que han nacido en otra provincia argentina, y en menor medida los que han nacido en otro país”.

“En la Ciudad existen aproximadamente 54 personas potencialmente dependientes por cada 100 potencialmente activas”, indican las cifras. Entre quienes dependen de otros para sobrevivir, los niños son más que los adultos mayores (19,1 y 16 por ciento, respectivamente). Entre la población infantil, son más los niños que las niñas (de los varones de la ciudad, el 21,1 por ciento tiene menos de 15 años; de las mujeres, el 17,3). En cambio, “del total de mujeres el 18,5 por ciento se concentra en el grupo de 65 y más años”, y llega a superar en cinco puntos al grupo de los varones. Que entre los adultos mayores las mujeres sean más que los varones “encuentra su explicación en la sobremortalidad masculina”, que se traduce en “una marcada feminización de la vejez”.

En la comuna 8 (Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo), hay “al menos 62,4 personas inactivas cada 100 activas”, lo que la convierte en la comuna con “la mayor razón de dependencia de niños (46,2) y la menor de mayores (16,2)”. En tanto, cuatro comunas tienen “más del 50 por ciento de adultos mayores en su población potencialmente dependiente”: las 2, 6, 13 y 14. En cambio, “en las restantes comunas ocurre lo opuesto, sobresaliendo las comunas 4 y 8, donde los niños superan el 66 por ciento de la población potencialmente dependiente”.

El estudio recabó también información sobre los hogares en que transcurren las vidas de los habitantes porteños y cómo se distribuyen en ellos. Entre quienes viven en el “dominio ‘Inquilinato, hoteles familiares, pensiones y casas tomadas’”, hay “mayores participaciones de los grupos poblacionales en edades potencialmente activas comprendidos entre los 20 y 39 años”, al mismo tiempo que la población adulta allí es “inferior al dominio ‘Resto de la ciudad’”. Los datos correspondientes a las villas de emergencia dan cuenta de “una estructura poblacional sumamente joven” y en la que “el envejecimiento demográfico se halla en una etapa incipiente, indudablemente porque hay menos presencia de población adulta mayor”. En lo que respecta a la categoría “Resto de la ciudad”, “la pirámide poblacional es más envejecida” y en ella “se observa claramente el mayor peso de los adultos mayores respecto a los inquilinatos y las villas y los menores porcentajes de niños y adolescentes”.

Los niños superan el 20 por ciento en las Comunas 1, 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya), 7 (Flores y Parque Chacabuco), 8 y 9 (Mataderos, Parque Avellaneda y Liniers) “se registran porcentajes de niños mayores al 20 por ciento”. En cambio, los adultos mayores van del 12,9 al 19,7 por ciento en las comunas 2, 3 (Balvanera y San Cristóbal), 5, 6, 10 (Monte Castro, Villa Real, Versailles, Vélez Sarsfield, Villa Luro y Floresta), 11 (Villa Devoto y Villa del Parque), 12 (Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), 13, 14 y 15 (Villa Ortúzar, Chacarita. Villa Crespo, Paternal, Agronomía y Parque Chas).

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