En La Pampa, a partir del asesinato de un cazador, por el que están acusados dos cabos de la policía local, se produjeron nuevas manifestaciones en reclamo de la renuncia del controvertido ministro de Seguridad, Juan Carlos Tierno, acusado de promover una política de “gatillo fácil”.

En Santa Rosa se hizo una marcha contra Tierno, mientras el gobierno, a través del subsecretario de Asuntos Agrarios, Alexis Benini, anunció la suspensión de la temporada de caza, como consecuencia del homicidio de Héctor Santiago Garialdi y la herida de bala que sufrió el cazador Miguel Arroyo, el domingo pasado en la localidad de Lonquimay.

La medida anunciada ayer modificó la temporada de caza comercial de liebre europea (lepus europaeus), que se dio por finalizada prematuramente. Garialdi, que estaba acompañado por otros tres hombres, recibió un disparo en la cabeza, mientras que Arroyo resultó herido de bala en la ingle. El juez Gabriel Tedin formalizó la acusación contro los cabos de la policía de Lonquimay Fernando Safenreider y Norberto García, a quienes se les imputó el delito de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido por un miembro de la fuerza policial, abusando de su función y por la utilización de arma de fuego, en concurso real con el delito de lesiones leves, también doblemente agravado por la mismas circunstancias”.

El ministro Tierno, con antecedentes de violencia doméstica y de tomar medidas de “mano dura” desde la función pública, dijo que no renunciará al cargo, a pesar de los pedidos formulados, en ese sentido, por organizaciones sociales, gremiales y políticas. Ayer, en Santa Rosa, se realizó una marcha en la cual se reiteró el pedido para que Tierno deje su cargo “de inmediato”.

“Hay que esperar lo que dice la justicia porque hacer evaluaciones del accionar de uno y otro de los participantes o de las personas que estaban en el lugar es apresurado, yo no estaba ahí. Hubo una arremetida de determinadas personas que pretendieron juzgarme y yo me mantuve en mi posición”, dijo Tierno, en referencia a la reiteración de acusaciones en su contra por su política de “mano dura”.

“Llevamos casi ocho meses de gestión, con una intensa actividad en todos los ámbitos, particularmente en el rural, y no hubo un solo uso de arma de fuego por un policía hasta el domingo pasado. Si hubiera habido una indicación abierta o velada para usar armas en forma inapropiada, no sería el único caso”, fue la respuesta del ministro ante las críticas, que se renuevan cada vez que está en la función pública.