Sáb 30.07.2016

SOCIEDAD  › UN HOMBRE BALEADO AGONIZO TRES DIAS Y MURIO SIN SER INTERVENIDO POR DECISION DE SU ESPOSA

Sin otra sangre, por la fe y la ley

Llegó al hospital “en estado crítico e inconsciente”, por lo que los médicos precisaban el aval de su pareja, testigo de Jehová, para la transfusión que ella no autorizó; el hermano del hombre advirtió que él no profesaba esa fe.

Un hombre que fue herido de bala durante un intento de robo murió en el Hospital Ramón Carrillo de Ciudadela después de tres días de agonía, luego de que su mujer, que es testigo de Jehová, se negara a firmar el consentimiento para que le realizaran una transfusión de sangre, imprescindible para poder practicarle la cirugía que podía haberle salvado la vida. Javier Cima, director ejecutivo del hospital, dijo que el paciente José Alberto López, de 57 años, llegó el viernes por la tarde acompañado por sus familiares y los médicos supieron, desde el principio, que la intervención quirúrgica era una opción en el caso.

Cima precisó que López llegó “en estado crítico e inconsciente”, motivo por el cual era su esposa la que tenía que dar “el aval” para que pudieran ser llevado al quirófano. “Teniendo en cuenta que en el primer momento se dijo que profesaba el culto de Testigos de Jehová, cuando hubo la necesidad de proponer la transfusión se tomó la decisión a partir de lo que definió la esposa y esto lo definió también por escrito”.

El director del Ramón Carrillo dijo que “la jurisprudencia avala este tipo de decisiones” y que la cuestión está contemplada “en diferentes artículos de los Códigos”, de manera que se dio intervención al abogado de la institución “para tener el aval jurídico”. Agregó que “este caso hay que valorarlo en el contexto en el cual llega el paciente”.

En ese punto, insistió en que el hombre “llega inconsciente y sin una documentación en la que previamente estuviera definida que no deseaba transfundirse, pero en compañía de la esposa que tiene el aval de poder tomar esta decisión desde el punto de vista jurídico”. Cima puntualizó que, ante la situación de grave peligro que atravesaba el paciente, se contactaron “con el anciano de la iglesia”, en referencia a la autoridad religiosa del templo al que concurría la mujer de López.

La situación se complicó más porque Víctor López, hermano del paciente, aseguró ante los médicos que el herido “no era testigo de Jehová”. Cima informó que la autoridad de la iglesia se hizo presente en el hospital, donde “tuvo comunicación con los médicos de la terapia intensiva”, ante los cuales “dio el aval, desde su autoridad religiosa” para que el hombre no recibiera sangre.

Respecto de la controversia entre la mujer y el hermano de López, el director del hospital manifestó que “existe un orden de prioridades de quién toma las decisiones, en este caso cuando hay un cónyuge es el que primero está en el orden”; por lo tanto “no es la hermandad la que está en primera línea” a la hora de una decisión tan extrema.

Consultado sobre si José Alberto López se hubiera recuperado de haber podido recibir una transfusión, el director del hospital afirmó que “la condición del enfermo cuando llegó en estado crítico ya definía el pronóstico”. Consideró que “es irresponsable decir que una transfusión de sangre hubiera salvado al paciente”, porque si bien “era parte de la necesidad del tratamiento, el estado era crítico”.

El hecho en el que fue herido José Alberto López ocurrió el viernes a las 18, cuando el hombre salía de su casa en Directorio al 3200, en Caseros, partido de Tres de Febrero. López subió a su camioneta Ford EcoSport para ir a hacer unas compras cuando fue interceptado por varios hombres armados con intención de robo. Cuando intentó escapar, le dieron al menos dos disparos que lo hirieron de gravedad.

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