¿Cómo fue presenciar el fenómeno que, hace unos 4.000 años, dejó en el Chaco austral un meteorito de 37 toneladas, el segundo más grande encontrado en el planeta? Ser testigo de ese particular evento es la nueva propuesta de la casa de esa provincia del nordeste argentino en la Ciudad, que a través de la muestra de realidad virtual Lágrimas de sol permite a los visitantes hacer un viaje a Campo del Cielo, en el Chaco con Santiago del Estero, en el momento que se produjo el fenómeno. Según contó a Página/12 Sebastián Serantes, profesor de Historia y autor de la animación, “el espíritu de la muestra es contarle a grandes y chicos un evento que muchos todavía desconocen y que es una parte fundamental del patrimonio científico y cultural de la provincia y de todo el país”.

Con el visor frente a los ojos, las caras de asombro se suceden unas detrás de otras. Allí dentro, se flota en la atmósfera para presenciar el impacto de un asteroide de 840 toneladas primero, y se camina por los campos chaqueños después, para ver caer el cuerpo rocoso ya despedazado. “Nos encontramos con que los chicos se enganchan muchísimo, por un lado, por el soporte, y por el otro, por la historia, que en general no la conocen”, sostiene el autor de Lágrimas de sol.

La experiencia interactiva está dirigida principalmente a instituciones educativas: por allí pasaron cientos de grupos de escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. La tecnología, encontró el docente, resultó un canal efectivo para contar el fenómeno y para “enseñar algunos contenidos fundamentales”. “Cuando termina surgen preguntas –dijo–, que es lo más satisfactorio, porque significa que se quedaron pensando”. También, recibe visitantes ocasionales: “hay familias que pasan, ven por la vidriera el simulador y se meten a probar”, agregó.

Antes de la visita virtual, Serantes ofrece una charla para poner en contexto aquel evento. En la presentación, remarca la relación que las comunidades que habitaban la zona entablaron con el episodio. “La lluvia de meteoritos marcó un antes y un después en estos pueblos, en su mayoría qom, para quienes fue una suerte de renacimiento por la alteración de la flora, la fauna y la vida humana que se produjo en la zona”, explica.

Según contó Serantes, en efecto, el impacto fue tal que la dispersión meteorítica alcanzó mil kilómetros cuadrados, con epicentro en Campo del cielo. “Bautizados por estas comunidades como ‘piedras del rayo’, los meteoritos se convirtieron en verdaderos objetos de poder que, según consideraban, podían traer suerte o desgracias”, explicó. Esta importancia otorgada por las comunidades a los restos de meteoritos quedó en evidencia cuando el gobierno de la provincia intentó llevar a “El Chaco” –el más grande de los cuerpos encontrados en la zona– a Berlín, Alemania, para formar parte de una muestra de arte.

“Como temían que no fueran a devolverlo –relata el autor de Lágrimas de sol– se resistieron a que se lo lleven. Desde su aparición, El Chaco forma parte de la cosmogonía de los qom y su tradición oral guarda registro de esto”. Para mostrar la presencia de estas comunidades, la representación virtual está musicalizada con canciones de la etnía local, recopiladas en “Lalacna qom” (Rescatando el legado cultural qom), un trabajo de la etnomusicóloga Rosario Hadad.

La experiencia virtual podrá realizarse mañana, a las 13 horas, en la Casa de la provincia del Chaco (Callao 322), donde también se exhibe una muestra que resume la trayectoria de los 28 años de la Bienal de Escultura de Chaco.

Informe: Paz Azcárate.