SOCIEDAD
Una rara conspiración para matar a Conzi desde adentro del penal
El juzgado de San Isidro que tiene detenido al dueño de Dallas recibió la denuncia de dos presos a los que se les ordenó que lo maten. El SPB negó que un guardiacárcel hizo el encargo.
Horacio Conzi sigue dando que hablar. Hace unos días, el juzgado de Garantías Nº 2 de San Isidro, interinamente a cargo de Juan Mackintach, recibió la denuncia de dos presos que afirman haber recibido la orden de asesinar en prisión a Horacio Conzi, detenido actualmente en el penal de Campana, acusado por el crimen del joven Marcos Schenone, ocurrido el 16 de enero del año pasado. Aunque existen dudas, incluso en el entorno de Conzi, sobre la veracidad de la denuncia, tanto el juez Mackintach como el fiscal Mario Kohan, quien sostiene la acusación que mantiene en prisión al comerciante acusado de homicidio, tomaron distintas medidas tendientes a garantizar la seguridad del detenido. De acuerdo con la denuncia, que tiene que ser investigada por la justicia de Zárate-Campana, el supuesto pedido para asesinar a Conzi habría sido hecho por las propias autoridades del penal, versión que fue rechazada ayer por fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
La denuncia inicial fue presentada por la defensora de dos internos que están alojados, al igual que Conzi, en el penal de Campana y cuyos nombres se mantienen en reserva por cuestiones de seguridad. Luego de recibir el escrito, el juez Mackintach llamó a prestar declaración a los dos presos, quienes ratificaron sus dichos. Uno de los detenidos aseguró que el pedido para matar a Horacio Conzi le había sido transmitido por el director de la unidad penal de Campana, inspector mayor Raúl Larrocca. Consultadas por este diario, fuentes del SPB aseguraron que “se trata seguramente de una denuncia falsa para obtener algún beneficio (por parte de los dos presos), pero la que tiene que investigar es la Justicia”.
El fiscal de San Isidro Mario Kohan, a cargo de la investigación del caso Conzi, fue notificado de la denuncia y de inmediato giró un oficio al jefe del penal haciéndolo responsable por cualquier problema que pudiera tener en prisión Horacio Conzi y ordenando que se tomen las medidas necesarias para garantizar su seguridad. Al mismo tiempo, se envió una copia del oficio a la fiscalía de turno de Zárate-Campana, que deberá investigar la veracidad de la denuncia y tomar intervención directa respecto de las medidas tendientes a evitar cualquier atentado contra el empresario Horacio Conzi.
Ayer se supo que los reclusos que hicieron la denuncia fueron llevados al penal de Mercedes y que Conzi tiene desde ahora una custodia personal, a cargo de un guardiacárcel, que lo vigila las 24 horas. Antonio “Tony” Papasidero, amigo personal de Horacio Conzi, sostuvo por su parte que el dueño del restaurante Dallas de Martínez “nunca recibió ninguna amenaza de muerte dentro de la cárcel” y por eso le restó importancia a la denuncia. “Es un cuento de los presos para conseguir un traslado”, consideró.
De todas maneras, Papasidero agradeció al fiscal Kohan por haberse preocupado por “cuidar la integridad física de Horacio”. Las posibilidades de que Conzi sufra algún ataque son remotas porque, salvo en los recreos o en algunos momentos del día en los que se junta con otros internos, permanece solo en una celda individual, en el hospital del penal, por sus “problemas de hipertensión”.
En una entrevista que concedió a la revista Gente, se lo vio haciendo pesas con un palo de escoba, con cuatro botellas de agua en cada extremo, lo que motivó una queja de los padres de Schenone, quienes pidieron que se investigue si su enfermedad justifica que esté alojado en el hospital del penal. La familia del joven asesinado en enero pasado cree que Conzi recibe un trato especial, como si fuera un preso VIP.
Papasidero afirmó que su amigo “realmente tiene problemas graves de hipertensión” y por ese motivo “tiene un estándar de vida distinto al de un marginal y por lo menos hasta que no lo condenen, no se lo puede mandar a la jaula de los leones”. Conzi está procesado y a un paso del juicio oral acusado por el homicidio de Schenone y por cuatro tentativas de homicidio contra las personas que iban en el remís donde viajaba la víctima.