Mié 07.09.2016

SOCIEDAD  › REVOCAN LA ABSOLUCIóN DE TRES FEDERALES ACUSADOS DE MATAR A UN COLEGA

La causa de los polichorros

La Sala I de Casación anuló la absolución de tres federales que balearon a otros dos en el barrio de Monte Castro en 2008. Uno de ellos murió. Ambos grupos supuestamente buscaban una banda de polichorros que actuaba en la zona.

› Por Horacio Cecchi

Un fallo de Casación volvió a cero el juicio oral por el que habían sido absueltos tres federales que dispararon a dos colegas en el barrio de Monte Castro, el 4 de marzo de 2008, provocando la muerte de uno de ellos y heridas al segundo. El caso fue una absoluta confusión desde antes de que los dos grupos se toparan esa noche: pertenecían a dos áreas distintas que investigaban en la misma zona, sin uniforme policial ni móviles identificables, una serie de asaltos cometidos por una banda de polichorros, es decir, una banda de asaltantes disfrazados de policías o de asaltantes vestidos con su uniforme de trabajo, según la interpretación que se quiera dar. El fallo absolutorio corrió por cuenta del Tribunal Oral 11 y tuvo lugar el 21 de mayo de 2014. Dos años después, la Sala I de Casación consideró que los fundamentos fueron más confusos que los hechos, y ordenó un nuevo juicio pero con otros jueces.

En marzo de 2008, una banda de polichorros alteraba la tranquilidad de los vecinos. La comisaría 43ª con jurisdicción en el barrio, dispuso realizar una investigación. El jefe de la Brigada de calle de la seccional, el subinspector Marcos Itzcovich, fue encomendado para buscar pistas de la actividad de la banda. Esa noche, Itzcovich salió con la compañía del agente de la 43ª, Gustavo Montenegro, ambos sin uniforme identificatorio y en la moto particular del primero, una scooter Gilera Smash azul. Del otro lado y en la misma área, la División

Investigación Técnica del Delito de la Federal había encargado la misma tarea al sargento 1º Ricardo Bao, al cabo Javier Lucio y al agente Pablo Maldonado, quienes tampoco usaron uniformes, y recorrían en una camioneta Renault Express de la División, sin identificación, conducida por Lucio, con Bao en el asiento del acompañante, y Maldonado detrás.

Así las cosas, unos y otros, de civil y armados, salieron a buscar una banda de polichorros, es decir un tercer grupo vestidos como ellos o –dada la probabilidad no desmentida durante la investigación– que uno de los dos grupos de federales tuvieran actividad simultáneamente de los dos lados del mostrador. La cuestión es que los dos grupos se encontraron a las 21.50 del 4 de marzo, en Bermúdez y Santo Tomé, después de que los de la moto pasaran por el local “Todo Pizza Todo Pollo”, sobre la calle Bermúdez 2186, a visitar al dueño del local, amigo de Itzcovich. Segundos después de abandonar el local, los de la moto fueron abordados por los tres del auto.

A partir de ese momento, las versiones se complican según de quien se traten los testimonios. Montenegro vio a los de la camioneta y avisó a su amigo creyendo que los querrían asaltar (según su declaración), pero Itzcovich, al volante de la moto detenida porque buscaba el celular que sonaba en su bolsillo, no se dio cuenta de la presencia. Mientras, desde la camioneta descubrían a una pareja sospechosa detenida en una moto. Unos, los de la camioneta, bajaron y según ellos se identificaron como policías. Mientras, el sobreviviente, Montenegro, dijo que nunca escuchó ninguna identificación. Intentaron cubrirse. Itzcovich aceleró sin poder sacar el arma de la cintura, mientras que Montenegro saltó de la moto y sacó su arma sin llegar a disparar, mientras los tres de la División tiraron. Itzcovich terminó herido gravemente y murió poco después en el hospital. Montenegro, fue herido en una pierna, cayó con su arma debajo de su cuerpo, y al menos dos de los del otro grupo lo molió a patadas. El agente de la 43ª Pablo Morales, que se encontraba en la zona, se acercó a ofrecer ayuda a los de la División, cuando vio que había un hombre en el piso que estaba “encogido, dado vuelta y lo estaban pateando, pidiéndole el arma, por lo que para él era un delincuente.” No descubrió que era Montenegro. Ofreció su ayuda (no quedó claro si para patearlo), y uno de los tres le respondió que lo tenían controlado y que no hacía falta.

Según los jueces de la Sala I de la Cámara Federal de Casación, Ana María Figueroa, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, los fundamentos de la sentencia absolutoria del Tribunal Oral 11 es confusa. Los tres imputados habían sido absueltos por actuar en legítima defensa, pero Casación consideró que “mientras los encartados efectuaron entre seis y diez disparos, las víctimas nunca dispararon sus armas”. “Si se analizan los factores que tuvo en cuenta el tribunal para afirmar que Itzcovich y Montenegro se encontraban en una situación sospechosa, se comprueba al mismo tiempo que esos mismos factores pueden servir de sustento para, al menos, preguntarse si los nombrados no pudieron haber percibido, a su vez, una actitud sospechosa de parte de quienes se convertirían repentinamente en sus agresores”, dijo Casación. Y ordenó realizar un nuevo juicio con jueces diferentes.

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