El lunes pasado, a las tres de la tarde, Rigoberto Bernal logró cruzar el paso fronterizo de Puerto Iguazú desde Brasil, y llegar al territorio argentino después de nueve meses y medio de haber sido secuestrado por Gendarmería y deportado del país por orden de Migraciones, en forma totalmente ilegal. Lo hizo después de pasar la noche en el puesto fronterizo de Ciudad del Este, Paraguay, reuniendo monedas hasta juntar lo suficiente para cruzar a Foz do Iguaçu y de ahí a Argentina. Previamente, debió pasar por la mirada quirúrgica de los controladores de migrantes que debieron admitir, en esta ocasión, que desde la Dirección Nacional ordenaban cumplir con la orden judicial de la Cámara Federal, y levantar la barrera xenófoba para que pase el ciudadano paraguayo. Al día siguiente, a las 17, y después de aplicar sus ahorros en un pasaje, Rigoberto conoció finalmente a sus mellizos argentinos recién nacidos, y pudo abrazar a su nena de 4 y a su mujer argentinas en su casa de la Villa 31.
Como ya informó PáginaI12, Bernal fue detenido por gendarmes que participaban de un operativo rutinario, cuando se dirigía a una farmacia para comprar medicamentos para su mujer, para entonces, 28 de julio, embarazada de mellizos cursando el séptimo mes, a la salida de su trabajo y camino a su casa en la Villa 31. La intervención de Gendarmería llevó a Bernal a perder su trabajo, sustento de su familia, al desamparo de su nena de 4 años y de su mujer embarazada, y a perder la posibilidad de acompañarla en el parto y abrazar a sus mellizos desde el nacimiento.
Pero todo ese trámite se produjo mediante el sistema típico de los grupos de tareas, es decir, realizar una detención sin orden judicial, y mantenerlo oculto en un lugar no informado a la justicia, es decir, secuestrado, lo que la ley federal aplica como desaparición forzada. Es más, cuando la mujer se comunicó con un compañero de trabajo de Rigoberto y éste le dijo que se había encaminado normalmente a su casa, ella entró en desesperación y acudió a la comisaría 46ª donde realizó la denuncia y se abrió una causa por búsqueda de paradero en la fiscalía 4 con el número de causa I-04-33696/2016.
Los gendarmes lo detuvieron porque Rigoberto tiene un expediente abierto en Migraciones, en el que una orden de expulsión se encuentra frenada por orden de la Cámara Federal. El expediente fue abierto en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal 11, bajo la carátula “DNM DISP 84356/09 (Expte. 810145/08) c/ Bernal, Rigoberto s/ recurso directo DNM expte. 23.781/2013”. El 3 de mayo la Sala I de la Cámara Contencioso Administrativo Federal ordenó el levantamiento de la medida de expulsión. Pero los gendarmes leyeron nada más que la orden de expulsión; en 24 horas lo deportaron. Cuando la fiscalía 4 preguntó a Gendarmería por la búsqueda de paradero, la misma fuerza negó saber sobre Bernal. Nada más parecido a la desaparición forzada. Su mujer embarazada supo de él cuando llamó desde Ciudad del Este.
La Justicia federal investiga la actuación de Gendarmería y si la DNM participó encubriendo la desaparición del ciudadano paraguayo hasta la frontera externa.
Migraciones acató la orden judicial y admitió de nuevo en el país al ciudadano paraguayo deportado
Romper nueve meses de barrera xenófoba
Rigoberto Bernal, que había sido secuestrado y deportado ilegalmente a fin de julio, logró reingresar al país. Ya pudo reunirse con su mujer y sus tres hijos en la villa 31. Dos de ellos, mellizos, habían nacido mientras él estaba forzadamente en Paraguay.
Este artículo fue publicado originalmente el día 12 de noviembre de 2016