Mar 02.03.2004

SOCIEDAD  › FUE A HACER UNA DENUNCIA Y LO APRESAN POR ILEGAL

El riesgo de sufrir una golpiza

Por J. Antonio Hernández *
Desde Madrid

“Me pegan y me amenazan de muerte y no puedo denunciarlo porque soy extranjero.” Así se expresaba Jorge Washington García Rivas, ecuatoriano de 30 años. El pasado miércoles, él y una amiga –Marina Micaela Montes– llegaron asustados a la comisaría de Móstoles (Madrid) para denunciar los hechos: acaban de darles una paliza. “No se marchen; quedan detenidos por la Ley de Extranjería”, les dijo un policía.
“Llevo 10 años aquí y conozco todo; si te vuelvo a ver, mis amigos o yo te matamos”, señala Jorge que le advirtió su agresor. En los siete meses que lleva en España aún no ha logrado regularizar su situación y carece de papeles. Se armó de valor y, sangrando aún por la nariz, él y su amiga, que también fue brutalmente agredida, decidieron ir a la comisaría a poner una denuncia. Temían por su vida y no hallaban otra solución.
Pero la gran sorpresa se la llevaron en la comisaría de Móstoles. El policía que los atendió inicialmente les dijo que, antes de tomarles la denuncia, fuesen al hospital a curarse y que, hecho esto, volviesen a la comisaría con el parte médico. En el hospital le diagnosticaron, entre otras heridas, fractura nasal. Cuando Jorge y su amiga regresaron a la comisaría, su camisa aún estaba manchada de la abundante sangre derramada por la nariz. El mismo agente que les tomó la denuncia les dio el alto cuando se disponían a salir del recinto: “No se marchen, quedan detenidos por la Ley de Extranjería”. No tenían papeles de permanencia en España.
El defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, denunció la pasada semana casos de inmigrantes que trabajaban en El Ejido (Almería) a los que se aplicó la Ley de Extranjería cuando acudieron a una comisaría para denunciar que habían sido agredidos. Fuentes de la comisaría de Móstoles señalaron que la actuación fue legalmente correcta, aunque admiten que no es la forma de actuar habitual. “Es raro y es la primera vez que se da un caso de éstos en esta comisaría”, indicaron estas fuentes.
El caso de Jorge es el primero de este tipo que trasciende en Madrid. “Cuando me vi en el calabozo, se me vino el mundo encima –cuenta–. Nos tomaron las huellas, investigaron mi pasado... todo, y nos metieron en calabozos separados a ella y a mí”, se lamenta. “Estuvimos allí toda la noche, hasta el día siguiente, en que nos liberaron, pero ya con un procedimiento de expulsión encima. Mire usted, yo no soy ningún delincuente. Estoy aquí porque tengo tres hijos en Ecuador”, enfatiza.
Lo normal es que el procedimiento de expulsión se aplique a los extranjeros sin papeles cuando éstos son detenidos por la policía en la calle. “Es una vileza detener a dos personas, por muy indocumentadas que estén, cuando acuden a una comisaría en busca de protección”, señalan fuentes judiciales. “Legalmente, se puede hacer, pero moralmente es una vileza, añaden estos medios”, dicen.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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