Mié 03.03.2004

SOCIEDAD  › LOS DESCUBRIO EL ROBOT OPPORTUNITY, SEGUN ANUNCIO AYER LA NASA

Vestigios de agua en territorio marciano

Uno de los dos robots de la agencia espacial estadounidense halló en el suelo de Marte pruebas de que alguna vez hubo agua que fluyó o estuvo acumulada en su superficie. Aún no se sabe si hubo o hay vida en el planeta, pero la existencia de ese líquido es un requisito fundamental para albergar algún tipo de actividad vital.

Por Federico Kukso

Un rumor comenzó a circular la semana pasada. Desde sitios de internet a revistas especializadas, se aseguraba que la NASA algo tramaba, que había algo que ocultaba. Pasaron los días y las especulaciones crecieron, alimentadas por el anuncio de la agencia espacial norteamericana de que a principios de marzo se develaría un “importante descubrimiento” realizado por sus robots en Marte. Y finalmente el anuncio ocurrió, y lo que era un susurro se convirtió en un hecho: ayer a las tres de la tarde, en una conferencia de prensa realizada en las instalaciones de la NASA en Washington, Estados Unidos, sonrientes científicos confirmaron finalmente el rumor. ¿Se había encontrado vida? No tanto (por lo menos todavía), pero sí que alguna vez hubo agua (prerrequisito para la vida) que fluyó o estuvo acumulada en la superficie de Marte. Mientras en el planeta rojo eran las 4 de la madrugada, en la Tierra, uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años comenzaba a dar vuelta al mundo. Según los científicos, Marte –ladrón de sueños de muchos terrícolas– contuvo alguna vez suficiente cantidad de ese líquido como para albergar algún tipo de vida. Si bien el dato de que Marte fue alguna vez un sitio húmedo no es nuevo, sí es la primera vez que se consiguen evidencias concretas, físicas, de estas suposiciones.
“El robot Opportunity está en un área de Marte donde una vez hubo agua en estado líquido que empapó la superficie”, dijo Ed Weiler, subadiministrador de la NASA, ante un auditorio atiborrado de periodistas y bajo las luces de cientos de flashes de cámaras fotográficas que lo cegaban.
Lo primero que aclararon los científicos estadounidenses fue que –por ahora– no detectaron que haya hoy agua líquida en el suelo marciano, sino determinados compuestos sulfurosos en una roca –bautizada “El Capitán”– a partir de los cuales dedujeron que el líquido, elixir indispensable para que el florecimiento de cualquier tipo de vida (al menos de la vida como la conocemos) pueda producirse, alguna vez existió. “El agua cambió la estructura de esta formación geológica y modificó su composición química”, explicó Stephen Squyres, científico de la Universidad Cornell y encargado de los instrumentos y aparatos del robot Opportunity y de su gemelo, el Spirit.
Antes de que la noticia se disparara para cualquier parte y se tergiversara todo lo dicho, Squyres explicó que ni el Spirit (MER-A) ni el Opportunity (MER-B) habían encontrado “ningún tipo de indicio de vida” marciana, como muchos especulaban que habían hecho, sino simplemente que la amplia planicie de Meridiani Planum, cerca del ecuador del planeta, donde en estos momentos está el robot MER-B y que se presume que alguna vez fue un lago del tamaño de los Grandes Lagos estadounidenses, habría sido una vez un ambiente habitable y propicio para la vida. Hasta cuándo se mantuvo ese escenario, nadie lo sabe. De lo único que se tiene certeza es que la roca El Capitán, a la que los científicos de la NASA dirigieron los instrumentos que el Opportunity tiene en su brazo metálico, contiene magnesio, hierro y sulfatos de azufre; además de los anteriormente encontrados hematites, un mineral de hierro que en la Tierra sólo se forma en el agua.
Según parece, el agua se fue evaporando con el paso del tiempo, pero huellas de su presencia quedaron impregnadas en las rocas. Y el Opportunity las notó enseguida:
- El espectrómetro de partículas alfa del robot detectó altas concentraciones de sulfuros en forma de sales, lo que indica que alguna vez las rocas estuvieron en un ambiente líquido.
- Con el espectrómetro Mossbauer, diseñado para determinar con alta precisión la composición y abundancia de los minerales en los estratos geológicos, los científicos estadounidenses hallaron un mineral derivado del sulfato de hierro conocido como jarosita, un compuesto que resulta de una exposición prolongada a una zona acuosa con algún grado de acidez.
- Imágenes tomadas con la cámara panorámica y microscópica del Opportunity revelaron en el suelo marciano extrañas esferas, bautizadas “esférulas” por la NASA, que se habrían formado por acumulación de minerales que salieron a la superficie a través de los poros de la roca, empujadas por moléculas de agua.
Que el anuncio se haya hecho en Washington y no en la sede del Jet Propulsion Laboratory en Pasadena, California, escenario habitual de este tipo de eventos ultramediáticos bien propios de la NASA, despistó a todo el mundo, como si la entregas de los Oscar se trasladara a Nueva York. Los norteamericanos tenían que desplegar todos los recursos posibles para opacar las imágenes tomadas por la sonda Mars Express, exhibidas por su rival, la Agencia Europea, y que demostraban la existencia de agua congelada y dióxido de carbono helado en el polo sur marciano. La NASA quería devolver el golpe y, como se ve, lo hizo.
“En verdad, no se puede comparar mucho. Lo que hicieron los de la NASA fue agregar información. Son eslabones de una cadena que se van atando y que abren nuevas vías de investigación”, afirmó a Página/12 Fernando Colomb, jefe científico de Misiones Satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
Ahora, la pregunta del millón no es si alguna vez en Marte corrió agua líquida sino si hubo (o hay) vida en el vecino planeta, actualmente a 251 millones de kilómetros de la Tierra. El reciente hallazgo no significa para nada que la investigación sobre el suelo de Marte haya concluido. Todo lo contrario; según los científicos la parte buena recién está comenzando. Aún los robots todo terreno –del tamaño de carritos de golf, con seis ruedas y un brazo metálico– tienen algo más de dos meses de trabajo por delante, y los de la NASA deben aún procesar alrededor de 11 mil imágenes y 9,1 gigabytes de información que el Spirit y el Opportunity enviaron a la Tierra desde sus respectivos amartizajes, ocurridos el 5 y el 24 de enero. Quizás allí estén escondidas más respuestas y, como corresponde, más interrogantes.

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