SOCIEDAD
› POLEMICA POR EL AVAL A LOS QUE MATEN DELINCUENTES
El intendente del escuadrón
El jefe comunal de Villarino recibió críticas desde la Nación y la provincia. No conforme, ayer se despachó contra los piqueteros.
› Por Horacio Cecchi
Jorge “Metebala” Simoni, intendente radical del partido de Villarino, intentó bajar los decibeles de su proclama por los escuadrones de la muerte: aseguró que lo que había dicho (avalar patrullas de chacareros para asesinar asaltantes) era sólo una estrategia “sensacionalista para despertar a los legisladores y funcionarios, y para que reaccionemos ante lo que está pasando”. Además aseguró que no era capaz ni de matar un pajarito con una honda. Simoni recibió un vendaval de críticas desde el gobierno nacional y provincial, aunque algunas aparecieron como algo forzadas. Pero en Villarino, los patrulleros chacareros salieron a apoyar al intendente en sus proclamas armamentistas. Pese a sus excusas, no quedó clara la intención de Simoni de calmar los ánimos y bajar los decibeles de su estrategia oral: ahora se las agarró con los piqueteros. “No dejan trabajar a la gente honesta –dijo–. Así, el país se va al carajo.”
Simoni saltó al escenario público con una furibunda diatriba en defensa de los escuadrones de la muerte rurales, tras conocerse el martes pasado el caso de un asalto en un campo ubicado a 12 kilómetros de Médanos, donde sienta sus reales el polémico intendente. En el establecimiento rural se encontraba el propietario, Mario Ahumada, su esposa y el peón Gilberto Iturra. Los tres fueron atados, amordazados y encerrados en una habitación. Al peón le hicieron cortes en las orejas con un cuchillo, porque los asaltantes esperaban encontrar cien mil pesos y sólo hallaron 350.
Tras conocerse el caso, Simoni salió con los fusiles de punta: “Hay muchos chacareros armados y con los huevos suficientes para contrarrestar estos avances de esos idiotas delincuentes que vienen a hacer cosas”. Simoni apoyó la formación de patrullas de chacareros y aseguró que pensaba “avalar que maten a esos delincuentes”.
Ayer, el jefe del Gabinete nacional, Alberto Fernández, calificó como “un verdadero disparate” las declaraciones de Simoni y consideró que “no es nada razonable que la gente se arme para defenderse. Si la propuesta viene de un intendente se vuelve mucho más grave”. El ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, sostuvo que “los asaltos son horrorosos, pero es más horroroso que alguien surgido del voto popular diga lo que dijo Simoni. Nosotros debemos buscar la legalidad, si a la inseguridad le agregamos esa cuota de locura estamos fritos”.
El ministro de Gobierno bonaerense, Rafael Magnanini criticó a Simoni: “Cuando se es funcionario se debe actuar sin sensacionalismos, con reflexión y no estimulando la barbarie. Todos queremos que los que delinquen sean apresados, juzgados y que cumplan íntegramente su condena –sostuvo, aunque después deslizó la hilacha–... que se pudran en la cárcel”.
Desatado el escándalo y con los chacareros prácticamente alzados en defensa de las patrullas de la muerte, Simoni salió a reducir la polémica: “Bueno, lo que intenté hacer fue despertar (a los funcionarios). Algunas veces hay que decir las cosas de una manera sensacionalista y fuerte como para que reaccionemos ante lo que va a pasar”. Después, agregó que “nunca tuve una honda, no salgo a cazar porque no soy capaz de matar un pajarito –dijo, pese a que sale a la calle armado con una pistola–. No busco ni necesito rédito político. Soy sanguíneo y digo las cosas como las digo y no mido a veces las consecuencias. Pero si tengo que matar un delincuente para defender a mi familia, lo voy a hacer. Hay gente armada hasta los dientes. Yo prefiero que maten a un delincuente y no a un chacarero. Los delincuentes van por delante de los jueces, delante de las leyes y hay jueces que se rascan las pelotas en la alfombra colorada”.
Y después de haber supuestamente bajado los decibeles, Metebala Simoni se las agarró con los piqueteros.