Cuba acaba de ganar la guerra. Durante 75 días estudiantes, obreros, científicos, soldados y vecinos fueron la avanzada contra el temible mosquito de nombre complicado: el Aedes aegyptiis, transmisor del dengue. Con fumigaciones aéreas y casa por casa, difusión de los cuidados de higiene a través de los medios, erradicación de basurales y distribución de tanques de agua, los cubanos lograron erradicar la enfermedad, según anunció ayer Fidel Castro. La intensa campaña había sido lanzada al 12 de enero, luego de que se conocieran 150 casos al comienzo del año. Más de 12 millones de dólares fueron invertidos para frenar el avance del dengue, que actualmente pone en peligro a más de un país latinoamericano, entre ellos la Argentina.
“El dengue ha sido erradicado de Cuba y el mosquito Aedes aegyptiis (vector de la enfermedad) ha sido prácticamente eliminado”, informó el presidente Fidel Castro. El líder cubano dejó en claro que “esta batalla sanitaria fue la respuesta a una situación desagradable y preocupante que se constató a principios de año”, en referencia a los 150 casos descubiertos en la isla. “Hubo que actuar rápido y destinar recursos no previstos para combatir esos focos”, destacó. Se calcula que más de 12 millones de dólares se utilizaron para comprar materiales, combustibles y equipos de fumigación. Si bien las tareas se desarrollaron en gran parte de las 14 provincias cubanas, la mayor actividad se concentró en La Habana, donde se realizaron numerosos vuelos de desinsectación.
Ni los concejales se salvaron de formar parte de las “brigadas” y “destacamentos especiales” que tocaron las puertas de 700.000 casas. Más de 1300 de estos funcionarios se dedicaron a tiempo completo a colaborar con la campaña y casi 120.000 hogares fueron tratados con Baytex, un antilarvario producido íntegramente en Cuba. Los vecinos, organizados a través de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), se ocuparon de eliminar salideros de aguas servidas, limpiaron basurales, repararon sótanos y redes sanitarias e instalaron más de 150.000 tapas de tanques de agua. En total, 18.000 cubanos fueron protagonistas de la embestida contra el mosquito.
“Cuba es el país que mejor controla el dengue, porque tiene un sistema de salud que hace hincapié en la atención primaria”, opinó Alfredo Seijo, jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz. El médico explicó que el hecho de ser una isla dificulta la propagación del dengue, porque al no haber fronteras terrestres es más restringido el ingreso de personas que puedan portar la enfermedad. Cuba había tenido un brote muy grande en el año 1981 –que incluyó 10.000 casos de dengue hemorrágico– donde se infectó un 40 por ciento de la población. “En ese momento, su sistema de salud colapsó, pero luego fueron capaces de mantener un programa de control muy importante”, agregó el especialista. En 1997 hubo otro brote pero de menor implicancia. En este tipo de enfermedades es fundamental la difusión de los mecanismos de prevención. En Cuba, la radio y la televisión insistieron reiteradamente con los consejos para evitar la proliferación doméstica del mosquito. “Dudo que en muchos países de América latina existan las condiciones para erradicar al dengue”, afirmó Castro, que destacó “la organización y la conciencia ciudadana” de la población. También ofreció la ayuda de científicos cubanos a cualquier país que se lo solicite.
Seijo consideró que aquí “no hay un sistema de salud preparado, con agentes sanitarios listos para actuar”. Y añadió que “los mensajes en salud llegan verdaderamente cuando la campaña es sistemática, no sirve acordarse sólo en el verano”. “La campaña adecuada hay que plantearla en un contexto general de salud, con un sistema serio, con educación sanitaria en las escuelas y no pensarla como algo imprevisible que se hace cuando las papas queman”, opinó.