Como ocurre con otros deportes, como el turf o el tenis, en los que influye grandemente el suelo (arena, césped, ladrillo, etc.) sobre la aptitud de cada contrincante, en las carreras de espermatozoides es decisiva la cancha elegida. En el caso del derby anunciado por la BBC, se optó por probetas de cristal, en lugar de pista natural mojada, como sería el órgano femenino. Además de los problemas técnicos que acarrearía la retransmisión de la justa vía microscopio vaginal, nunca podría asegurarse la neutralidad de los dos escenarios. La interacción entre los humores sexuales segregados por una mujer y un hombre determinados es propia de cada casal e irrepetible. Hay grados de afinidad y de rechazo mutuo. El nivel ácido del jugo que sale al encuentro del semen penetrante puede sencillamente aniquilarlo, o por el contrario sacar todo el partido posible de una eyaculación penosa.
En cada orgasmo viril los espermatozoides son eyectados por millones –salvo en casos de extrema oligospermia–, por lo que debe navegar a toda vela, dando coletazos, el que quiera alzarse con el premio de fecundar algún óvulo. Normalmente hay lugar para uno solo. Pero se sabe que los espermatozoides ostentan diversos grados de motilidad –razón de ser de la carrera que organiza el canal británico–, y muchos incluso, en lugar de avanzar, se entretienen dando círculos, como boñiga en remanso. Otros directamente no se mueven: tras consultar su ínfima chance, han resuelto que no merece la pena.
Hasta el momento las apuestas del público favorecen ampliamente al comediante negro Zeron Gibson, con más de la mitad de votos a su favor, mientras que el científico blanco Mike Leahy supera apenas el 20 por ciento. Insólitamente, más de un cuarto de los apostadores se inclinan por un empate, aunque no hay antecedentes de una igualdad en el marcador en esta clase de eventos, lo que demuestra empíricamente que la probabilidad es remota. De todas formas, la mayoría de la gente piensa que como los negros corren más rápido que los blancos, también sus espermatozoides lo harán. Sólo una vez, en un sketch de una película de Woody Allen, se advertía a un espermatozoide negro extraviado en el semen de un amante judío, pero el cineasta no midió velocidades relativas.
Aunque la motilidad es una condición sine qua non (no se sabe de óvulos que hayan acudido a aparearse con un espermatozoide estático, indiferente, desdeñoso), no es la única cualidad que interesa, ya que algunos son deformes o contrahechos, y suelen ser discriminados en los recuentos por andrólogos y ginecólogos. Sin embargo, en las reglas establecidas para esta carrera no se contempla descalificar por esas razones, lo que muestra un espíritu amplio. Sí hay rigurosas estipulaciones sobre cómo efectuarán su masturbación uno y otro presentador de la serie Lab Rats, que protagonizarán esta suerte de penca cuadrera, sin penca ni cuadra. Está excluido el onanismo practicado con ayuda de un tercero o mutuo.
La producción de esperma natural ha venido ganando importancia como industria. Comenzó como un medio de determinar, sobre muestras amplias, los parámetros del material obtenido, para servir de referencia ante casos de esterilidad. Más tarde se añadió la venta de la viscosa sustancia para inseminar mujeres, habiendo dado lugar a algunos célebres errores, descubiertos demasiado tarde, cuando el pigmento del recién nacido no correspondía al elegido por los padres legales. Pero el negocio florece y permite que muchos estudiantes, con suficiente fantasía, financien sus carreras. Ahora se les abre también una veta deportiva con la que no habían contado.
En la Argentina, la exportación de semen fue, durante la grave crisis de 2001 y 2002 y el ocio forzado, el rubro más dinámico del balance de pagos, pero los precios cayeron porque la oferta superó incluso la fuerte demanda existente en el mundo por esperma de macho pampeano. En 2003 se restableció cierto equilibrio. Ahora el sector recibirá un espaldarazo conla transmisión globalizada de la contienda, y ya se evalúa la posibilidad de incorporar a la mujer a esta actividad, que es puro valor agregado.