Mié 03.04.2002

SOCIEDAD

Una enfermedad en la que el hombre se desinhibe, y acosa, dormido

La investigación, publicada en una revista médica de Estados Unidos, encontró “una conducta sexual atípica” en ciertos hombres que llegaban a la violencia y luego no recordaban nada.

› Por Pedro Lipcovich

“¡No te cures nunca!”, tal vez le diga la señora a su marido aquejado por un ataque de sex sleep, enfermedad recientemente descubierta que hace a las personas, dormidas, manifestar desinhibiciones sexuales que, despiertos, ni soñando. A la mañana siguiente, el paciente no recordará lo sucedido, aunque para la persona que compartió el lecho haya sido una experiencia inolvidable y, en realidad, desdichada, por la violencia que conlleva. Los investigadores que, en Estados Unidos, detectaron este problema, se asombraron de que, en muchos casos el paciente y el cónyuge habían dejado pasar muchos años antes de consultar por ese motivo, atribuyendo esa retracción a una mezcla de culpa y vergüenza. En cuanto a la Argentina, la condición de sex sleeper, como cualquiera que requiera poder dormir, es cada vez más improbable: especialistas en medicina del sueño informan que a partir de la crisis las consultas por insomnio aumentaron un 50 por ciento.
La investigación sobre sexo durmiente fue efectuada por un equipo de la Stanford School of Medicine dirigido por Christian Guilleminault, y publicada en el Journal of Psychosomatic Medicine. Se trata de “una serie de casos de conducta sexual atípica durante el sueño, que a menudo es dañina para los pacientes o sus compañeros de cama”. La conducta incluía “masturbación violenta y asaltos sexuales, así como continuas y fuertes vocalizaciones sexuales durante el sueño”. El rango de las actividades iba “desde gemidos disruptivos hasta conductas del orden de la violación hacia los compañeros de cama”. En todo caso, “independientemente de cuán inusual o violenta hubiese sido la conducta, a la mañana siguiente el paciente no tenía memoria de lo sucedido”.
Según el estudio, que abarcó 11 pacientes, subyace a esas conductas un problema en el funcionamiento del cerebro durante el dormir: “En vez de transitar tranquilamente a través de las cinco fases del sueño (cada una de las cuales tiene un patrón característico de ondas cerebrales), los pacientes tenían patrones inusuales durante una de las fases, o breves interrupciones del dormir; y el sex sleep se producía en esos momentos”.
Gracias a esas precisiones, el equipo de Stanford estima que su investigación puede arrojar luz sobre otros problemas: “En los últimos diez años, los investigadores habían sospechado que la conducta violenta durante el sueño proviene de un desorden del dormir, pero no tenían los datos para probarlo”.
Así fue que “en la mayoría de los casos el problema fue controlado mediante aconsejamiento y tratamiento específico para los desórdenes del sueño”. En algunos casos fue necesaria “la combinación de psicoterapia con ansiolíticos”.
Tanto como el síntoma en sí mismo, llamó la atención la reticencia de los pacientes y sus cónyuges a consultar: uno de ellos había dejado pasar 15 años antes de hablar del problema con su médico. “Las conductas sexuales atípicas durante el sueño suscitaban sentimientos de culpa, vergüenza y depresión. A causa de esto, a menudo los pacientes y sus compañeros de cama toleraban la conducta anormal durante largos períodos sin buscar atención médica.”
Norberto Kriguer –secretario de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño– observó que el sex sleep “se encuadra en la categoría de las parasomnias: actividades inadecuadas que ocurren durante el dormir. Algunas de ellas tienen lugar durante el período REM (rapid eyes movements), en el cual la persona sueña. El REM se caracteriza porque el cuerpo no puede moverse: eso que soñamos, no podemos expresarlo con nuestro cuerpo. Una alteración durante el REM consiste en que el cuerpo sí pueda moverse. Esto se debe a causas neurológicas y es más común en personas mayores de 60: un hombre puede soñar que está luchando con alguien y efectivamente atacar a la esposa que duerme a su lado hasta que los gritos de ella lo despiertan”.
“Otras parasomnias tienen lugar durante el dormir profundo, sin que la persona esté soñando. Es el caso del sonambulismo: en estos casos no hay patología neurológica. Lo que hay a veces son problemas psiquiátricos como la esquizofrenia o la depresión mayor”, continúa Kriguer y cita un caso que publicó en 1994 la revista Sleep, de la Asociación Norteamericana de Medicina del Sueño: “Se trataba de un sonámbulo con historia familiar de esa afección: dormido, se levantó, subió a su auto, manejó hasta la casa de los suegros, estranguló al suegro y mató a la suegra de una cuchillada”. ¿Cómo se llevaba con los suegros? Bien: según la revista Sleep, “la historia de los factores predisponentes y precipitantes indica ausencia de motivo”.

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