El de ayer parecía ser un día más en la vida de Blanca Malone. Se levantó bien temprano, caminó hasta la casa de su hijo Miguel, lo despidió cuando éste se fue a trabajar, llevó a su nieto a la escuela y volvió a la casa de su hijo en Tristán Suárez, dispuesta a ayudarlo con las tareas hogareñas. Sin embargo, nada de lo que ocurrió después fue lo que esperaba: cerca de las 10 de la mañana, cuando se disponía a barrer la vereda, se encontró con tres asaltantes armados que la obligaron a ingresar a la vivienda. Una vez adentro, fue testigo y víctima de un tiroteo entre los ladrones y la policía que finalizó con la mujer de 56 años herida en una pierna y un agente con un disparo en una mano. La odisea concluyó tres horas después con los asaltantes detenidos y Malone en el hospital, fuera de peligro. Respecto de la bala que dio en su pierna, los exámenes médicos no pudieron establecer su procedencia, por lo que se aguardan las declaraciones de los testigos.
“La que está adentro es mi mujer”, repetía angustiado el marido de Malone, rodeado de vecinos, amigos y familiares que se habían acercado al lugar para enterarse del estado de las negociaciones entre la policía y los asaltantes. El escenario no era el acostumbrado para este tipo de casos: “Se trata de un barrio humilde, con casas de material conectadas por calles de barro”, explicó una fuente judicial a Página/12, que detalló que “el tiroteo se produjo adentro de la casa, apenas unos minutos después de que los asaltantes obligaran a la mujer a entrar, cuando un policía que observó la situación ingresó junto con otro al lugar”.
Además de Malone, uno de los policías, de apellido Giménez, resultó herido en una mano y fue retirado por su propio compañero en momentos en que los primeros refuerzos llegaban al lugar. A partir de ese momento comenzaron las negociaciones entre los asaltantes atrincherados en la casa y la policía. “Fueron momentos de mucha tensión. En un principio los ladrones exigían un coche para retirarse del lugar con la mujer como rehén, pero luego de dos horas se rindieron los dos más jóvenes –ambos de 15 años– y una hora más tarde el mayor, identificado como Ariel Fernando Jerez, de 24 años”, informó la fuente. De las negociaciones, que incluyeron la presencia de la esposa de Jerez y del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, participaron miembros de la comisaría de Tristán Suárez, agentes de la Delegación de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora y del grupo de elite Halcón.
“La presencia de la mujer de Jerez fue muy importante para que el mayor de los hombres depusiera su actitud y liberara a Malone”, comentó el comisario inspector Mario Mijin, de la DDI de Lomas de Zamora, quien agregó que Jerez “se resistía a entregarse debido a que se encuentra en libertad condicional y sabía que una vez detenido sería regresado al penal”. Una vez liberada, Blanca Malone fue trasladada al Hospital de Ezeiza, donde permanece internada con un cuadro de descompensación “debido a la situación dramática que vivió”. En poder de los ladrones fueron secuestradas tres armas: una 9 milímetros, una 45 y un pistolón.
La causa quedó a cargo del fiscal de Lomas de Zamora José Luis Juárez y la jueza de garantías Marisa Salvo. Sobre las pericias médicas, fuentes judiciales aseguraron a este diario que “Malone presentaba un orificio de bala con entrada y salida, sin plomo alojado, por lo que se deberá esperar a las declaraciones de los testigos para determinar quién fue el autor del disparo”.