SOCIEDAD
› EL CEDINCI PUBLICA UN CATALOGO
Papeles socialistas
Son 10.000 documentos privados de Repetto, Solari y Dickmann que fueron ordenados, clasificados, catalogados y esta semana se abren a los investigadores. Una parte de la memoria nacional que ahora está a salvo.
› Por Sergio Kiernan
La memoria argentina parece agua que se escurre entre los dedos hasta desaparecer, terminar en archivos extranjeros o colecciones privadas. No extraña, porque ¿quién donaría papeles históricos a una institución local? Nadando contra la corriente, el Cedinci acaba de editar el catálogo de los fondos de archivo de los socialistas Nicolás Repetto, Juan Antonio Solari y Enrique Dickmann. Son 10.000 papeles privados de estos pensadores y militantes de izquierda reunidos entre 1894 y 1980, que fueron donados por sus descendientes y ahora están preservados, clasificados, ordenados y a disposición de investigadores y estudiosos.
El Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de la Izquierda en la Argentina, Cedinci, fue fundado hace cuatro años por un grupo de profesores e investigadores, en parte por su angustia por la constante pérdida o emigración de archivos y documentos al exterior. Instalado en una vieja casona de Flores cedida por la Ciudad, el Centro logró reunir mil colecciones de revistas culturales, 800 de revistas políticas, 900 de diarios políticos, otro tanto de publicaciones extranjeras, 350 rollos de microfilm de publicaciones obreras, de izquierda y antifascistas, miles de volantes y afiches, más de 20.000 cartas y documentos, 40.000 libros de política, ideas y cultura, y una creciente discoteca de voces y canciones de protesta.
Tal vez lo más importante que logró el Centro es, como dice su director Horacio Tarcus, “recrear la cultura de la donación”. El Cedinci ya se está habituando a recibir bibliotecas enteras, cajas de recortes o folletos guardados por militantes y, ahora, archivos de nombres famosos como Repetto, Dickmann, Solari, José Ingenieros, Héctor Agosti, Raúl Larra y Natalio Botana. El destino habitual de este tipo de archivos –o “fondos”– es la colección privada o la institución extranjera, como la ya mítica de Amsterdam, que resulta ser la mayor colección mundial de publicaciones políticas argentinas, pero que viene a quedar algo a trasmano para el investigador local (ver aparte).
Con recursos propios –escasos y apoyados cada tanto por algún grant de la universidad de Harvard, la única institución a la que parece interesarle este aspecto de la memoria del país–, el Cedinci preserva estos papeles y publicaciones y, sobre todo, los pone al alcance de los que necesiten verlos. Los socialistas argentinos a través de su correspondencia, como se llama el primer fondo de correspondencia editado, es un catálogo razonado que le costó dos años de trabajo a Adriana Petra, licenciada en Comunicaciones y futura master en Historia.
Lo que en 2002 eran paquetes de papeles, fotos y recortes, hoy es un conjunto de carpetas con sobres plásticos que preservan 9984 documentos numerados y ordenados. En el catálogo, cada ítem tiene una breve descripción en la que se reconstruyen datos faltantes, como apellidos, fechas o lugares, o se identifica a personas en fotos. El conjunto fue donado por las nietas de Solari –quien a su vez había heredado el archivo personal de Repetto, de 2500 documentos– y un sobrino nieto de Dickmann.
El primer documento del conjunto es el texto del primer discurso que pronunció el socialista Enrique del Valle Iberlucea en 1894, escrito en pluma cucharita sobre hojas cortadas de un libro de balances. También hay fotos de Iberlucea, reunidas por Repetto para su biografía, recortes de diarios, esquelas, borradores o textos finales de escritos.
Pero lo realmente fascinante del conjunto son las cartas, que muestran a estos socialistas como partes de una trama mucho más vasta. Hay cartas de todo tipo de políticos argentinos –de Carlos Perette a Alvaro Alsogaray, pasando por Leopoldo Melo, Arturo Mor Roig, Tomás Le Breton, entre muchos otros–, de todo el socialismo argentino y buena parte del español –hay correspondencia con el PSOE desde 1901–, de izquierdistas de todo pelaje, de escritores, periodistas y artistas. Hay joyas como una del francés León Blum a Repetto, y otra del peruano Víctor Haya de la Torre proponiéndole al argentino una declaración conjunta para que “Fidel vuelva a los postulados originales de la revolución cubana.”
El archivo puede matizar y abrir caminos de investigación política e histórica inesperados. Una pista la da una carta de diciembre de 1930 dirigida por Repetto al primer golpista argentino, José Evaristo Uriburu, en la que le manda “un folleto editado en 1913” que fundamenta su idea de una ley de jornada máxima y salario mínimo. Sorprendentemente, Uriburu responde la carta con enorme amabilidad y consideración, diciendo que “no dudo ni he dudado un instante, de que las ideas en él expuestas (se refiere al folleto) están inspiradas en un sano sentimiento de propender al bienestar y al progreso colectivos”. El “presidente del gobierno provisional” agrega que el proyecto sería “perjudicial al erario nacional” porque en las provincias más pobres no se podría aplicar sin subsidios imposibles. Luego viene “un atento saludo” y “la seguridad de mi consideración.”
Los casi diez mil papeles son viejos y frágiles, por los que su manipulación debe ser limitada. Es por eso que el catálogo detalla su contenido: el investigador interesado puede pedir ver los que necesite, con una breve nota en la que explica en qué trabaja. Los papeles elegidos son escaneados y así se puede usar la copia, sin peligros.
En un armario del Cedinci esperan su turno otros miles de papeles. Los primeros que serán leídos, catalogados y resumidos, y pasarán a otro conjunto de carpetas serán los de José Ingenieros. El viernes a las 19 será la presentación oficial del primer catálogo en la sede de Fray Luis Beltrán 125.
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