SOCIEDAD
› MATAN A UN CUSTODIO DE RUCKAUF Y MUEREN OTROS TRES EFECTIVOS
Lluvia de balas contra la policía
En Palermo, el custodio personal del canciller fue baleado por un delincuente que estaba preso, pero tenía salidas laborales. Ocurrió frente a la casa de Ruckauf. En La Matanza cayeron otros dos policías. El cuarto murió de un infarto en un tiroteo.
› Por Carlos Rodríguez
En un violento tiroteo ocurrido en un bar del barrio de Palermo, frente al departamento donde vive el canciller Carlos Ruckauf, fue asesinado uno de los custodios personales del funcionario y en el enfrentamiento también murió un delincuente que estaba preso sin condena, por un homicidio en riña, y tenía permiso para gozar de salidas laborales, según pudo confirmar Página/12. Fuentes oficiales descartaron que la muerte del principal Adrián Luis Faldutto, de 34 años, pueda tener alguna connotación política. El tiroteo se produjo cuando Faldutto, que estaba tomando un café mientras esperaba a Ruckauf, observó el ingreso de un hombre armado, con intenciones de robo, al bar De la Villete, en Juncal al 3300. Primero se produjo un forcejeo entre ambos, pero luego intervino un segundo asaltante, que sorprendió al custodio y le disparó a quemarropa. Mientras caía, y cuando los ladrones escapaban, Faldutto apretó el gatillo dos veces y mató al mismo ladrón que había hecho el disparo que poco después le produjo la muerte. En otros dos episodios (ver aparte), murieron tres policías, uno de ellos al sufrir un infarto durante un robo en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
El delincuente muerto fue identificado como Luis Enrique Bonelli, de 20 años, quien estaba procesado y con prisión preventiva por un homicidio en riña en el cual había resultado víctima Pablo Julián Pilarú, ocurrido el 21 de abril del año pasado. Bonelli cumplía su detención en la comisaría primera de Tigre, según confirmaron fuentes de la Policía Bonaerense. El 28 de diciembre pasado, el juez de la causa, Juan Makintach, hizo lugar a un pedido de la defensa de Bonelli y le concedió una medida contemplada en el nuevo Código Procesal Bonaerense, que estable la modalidad de morigerar la prisión preventiva permitiendo las salidas laborales. El detenido tenía permiso para salir en el horario de 8 a 18 y después debía regresar a su celda, confirmaron las fuentes policiales bonaerenses.
La muerte de Faldutto provocó conmoción en el ánimo del canciller Ruckauf, quien tenía una larga relación con el policía. “Ruckauf lo quería como a un hijo”, afirmó un allegado al ministro. Faldutto, que tenía tres hijos de 13, 9 y 6 años, trabajaba como custodio del funcionario desde la época en la que era vicepresidente de la Nación y ahora seguía a su lado en la Cancillería. Cuando Ruckauf era vicepresidente de Carlos Menem, el jefe de su custodia era el actual titular de la Policía Federal, comisario general Roberto Giacomino, quien también lamentó lo ocurrido (ver aparte).
El tiroteo ocurrió alrededor de las 9, en el bar ubicado en la esquina Juncal y Salguero, en el barrio de Palermo. El bar tiene una de sus entradas por Juncal 3300. Por allí ingresó al negocio uno de los ladrones. Iba con un arma en la mano y pasó frente a la mesa donde Faldutto estaba sentado, tomando un café, mientras esperaba al canciller. El policía, un hombre de buen físico que medía casi 1,90 metros de altura, se abalanzó sobre el ladrón y allí se habrían escuchado los primeros disparos, en medio de un violento forcejeo. Faldutto, en un movimiento brusco, dio vuelta la mesa en la que se encontraba.
En plena lucha cuerpo a cuerpo, el policía no advirtió que un segundo delincuente había entrado al local por una puerta ubicada sobre Salguero 2296. El segundo ladrón, también armado, disparó a quemarropa y el policía cayó con una herida en la cabeza. Antes de tocar el suelo, y cuando los dos ladrones corrían hacia Juncal, la 9 milímetros de Faldutto disparó dos veces. Bonelli, el ladrón que tenía salidas transitorias, cayó muerto sobre la vereda, mientras su acompañante y un tercer hombre escapaban a bordo de un automóvil Peugeot 405 que salió hacia el lado de la Costanera. Faldutto fue llevado en ambulancia hasta Coronel Díaz y Las Heras, donde lo subieron a un helicóptero sanitario. Murió a poco de ingresar a la sala de terapia intensiva del Hospital Churruca.
En la vidriera sobre Juncal quedaron dos agujeros en los vidrios, producidos por el arma del policía. El comisario Norberto Gabilán, jefe de la seccional 53ª, informó que el delincuente muerto tenía en su poder un revólver calibre 38. Aunque todavía no hay certeza total al respecto, las fuentes de la Federal estimaron que la herida mortal de Faldutto se la produjo el disparo efectuado por Bonelli, quien luego fue matado por el policía. Una fuente de la Federal sostuvo que la situación procesal del delincuente muerto “va a provocar un gran escándalo”. Anoche fue imposible ubicar al juez Makintach, quien se encuentra de licencia.
Un funcionario de la Justicia de San Isidro, a la que pertenece Makintach, recordó que la medida judicial adoptada “está contemplada en el nuevo Código”, pero eludió opinar al respecto. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, dijo estar “totalmente impactado” y estimó que los hechos de violencia “nos hacen pensar si no tenemos que cambiar algo”. La confirmación de que Bonelli estaba procesado y con prisión preventiva, seguramente abrirá una nueva polémica, similar a la ocurrida en otros casos de homicidios cometidos por presos que gozaban de salidas transitorias. Ruckauf, hoy canciller, impulsó desde la gobernación bonaerense la “mano dura” policial, promoviendo leyes más severas para los delitos con uso de armas.
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