SOCIEDAD
› HASTA ANOCHE CRISTIAN NO HABIA SIDO LIBERADO
Una espera que no tiene fin
Sospechan que la banda se fracturó y que sólo una parte cobró el rescate. Los que quedaron fuera del reparto podrían reclamar otro pago. Blumberg visitó a los Ramaro. Realizarán una marcha.
La angustiosa espera de la familia de Cristian Ramaro continuaba ayer, al cierre de esta edición, cuando se cumplían casi seis días desde su secuestro, sin que se hubiera registrado ninguna otra comunicación de parte de la banda. La familia ya efectuó el pago del rescate, de alrededor de 270 mil pesos, durante la madrugada del viernes pasado en Villa Lugano, en Capital. Los investigadores especulan que la banda se fracturó y que el rescate fue cobrado por quienes habían cometido el secuestro, mientras que los que mantenían cautivo a Cristian decidieron continuar reteniéndolo para reclamar un nuevo rescate. Durante la noche, los Ramaro recibieron la visita de Juan Carlos Blumberg. Por su parte, los vecinos y amigos de la familia Ramaro organizaron para hoy, a las 18, una marcha hacia la estación fluvial de Tigre, en reclamo de justicia.
Hasta última hora de anoche continuaba la tensa vigilia de Víctor Ramaro e Hilda Larrosa, padres de Cristian. Hilda había difundido un comunicado el sábado por la noche, suplicando a los captores que “cumplan con lo prometido”, después de que la familia efectuara el pago del rescate tal como habían convenido con los secuestradores. El pago se realizó de un modo poco habitual: según reveló a Página/12 una fuente oficial, se hizo “de auto a auto, sin detener la marcha”, en un lugar cercano a una zona de monoblocks del barrio de Villa Lugano. El único caso anterior, en el que el secuestro tuvo lugar en territorio bonaerense y el pago en jurisdicción porteña fue el de Antonio Echarri, padre del actor Pablo Echarri. En aquella ocasión, se comprobó que se había tratado de una mejicaneada.
“Tenemos la sospecha de que la banda se haya fracturado –sugirió un investigador–. La mano de obra que llevó adelante el secuestro fue la que cobró el rescate. Pero es posible que hayan dejado afuera del reparto a quienes cuidan al chico durante su cautiverio.”
La familia ya había recibido el sábado pasado una prueba de vida, una grabación en la que se escuchaba la voz de Cristian leyendo los diarios del mismo sábado. Pero el viernes por la madrugada, sin que se hubiera entregado ninguna prueba de vida, la familia efectuó el pago del rescate “de auto a auto”.
Lo habitual es que el pago se realice tras la entrega de la prueba de vida. Pero, en este caso, los pasos estarían trastrocados. Esto se suma al hecho de que el pago se realizó en Capital, con el único antecedente semejante del caso Echarri, mencionado más arriba. Estas situaciones imprevistas abrieron la hipótesis de que el dinero del rescate haya sido mejicaneado, o que la banda se haya fracturado y que sólo una parte fue la que cobró el rescate, mientras que los que quedaron fuera decidieron seguir reteniendo a Cristian hasta efectuar una nueva exigencia.
Por su lado, alrededor de la casa de Lavalle 836, de Tigre, donde vive la familia Ramaro, seguían las manifestaciones de apoyo de amigos y vecinos, cubriendo de carteles el frente de la casa. Durante la noche, los padres de Cristian recibieron la visita de Juan Carlos Blumberg quien, al retirarse, dijo a los medios: “Sólo espero que lo liberen lo antes posible. Si la familia ya pagó... queremos verlo pronto”. Para hoy, los vecinos organizaron una marcha en reclamo de mayor seguridad. Se iniciará a las 18, en la puerta de la casa de los Ramaro, luego marcharán por la avenida principal, Cazón, y desembocarán en el puerto fluvial del municipio.
El caso es investigado de oficio por la fiscal federal de San Isidro, Rita Molina, y la DDI de San Isidro. También se mantiene pendiente del caso el subsecretario de Investigaciones en Función Judicial, del Ministerio de Seguridad bonaerense, Domingo Marino, y el director general de Investigaciones en Función Judicial, comisario Osvaldo Seisdedos. Por el momento, la Justicia y la policía intervienen de oficio ya que la familia, siguiendo indicaciones de los secuestradores, no presentó denuncia.
Cristian, de 23 años, trabaja en la empresa de su padre, La Interisleña, dedicada al transporte de pasajeros por el Delta del río Paraná. El martespasado, a las 7.15, fue secuestrado por dos hombres que se hallaban a bordo de un auto, cuando salía de su casa de Tigre para ir a trabajar.