SOCIEDAD
El libreto no guardó un buen final para los alumnos Cirilo y Siracusa
Los dos protagonizaron la tira Señorita maestra, en los ’80. “Siracusa” murió baleado por un policía, en un presunto asalto.Cirilo, que es policía, fue detenido. La familia habla de “gatillo fácil”.
› Por Pedro Lipcovich
“Cirilo Tamayo” –el morochito que, en el programa Señorita maestra, amaba en vano a Etelvina, la niña rubia y rica– está preso por participar en el asalto a un maxiquiosco mientras trabajaba como policía; “José Siracusa” –niño malo en aquel mismo programa– murió en el mismo maxiquiosco, baleado por un efectivo y, según la policía, habría sido uno de los asaltantes. Sin embargo, familiares de “Siracusa” –se llamaba Julio Daniel Silva– y el abogado de “Cirilo” –que se llama Fabián Rodríguez– niegan que ambos hayan ido a robar y sostienen que “fue un caso de gatillo fácil”. Los dos habían seguido juntos todo este tiempo, después de aquella tira televisiva de los ’80, y tenían un conjunto musical llamado “Los Siracusa”. El presunto asalto al quiosco tuvo lugar el lunes, en Córdoba y Scalabrini Ortiz: hubo otro supuesto asaltante muerto, que era a su vez un ex policía. El hecho es que, en el plano de la realidad, los datos son confusos y en cualquier caso cuestionan a la institución policial: si no por “gatillo fácil”, por participación de un agente en un delito. En el plano de la ficción o de sus resabios, todo es verosímil, y viene a confirmar que el morochito nunca tendrá a la rubia; que en el mejor de los casos llegará a ser policía o preso, tal vez sucesivamente.
El lunes pasado, cerca de las diez de la noche, dos hombres ingresaron en el maxiquiosco Black and White, situado en Córdoba 4545. El comercio está a tres cuadras de la Comisaría 25ª, y el cabo primero Ricardo Maldonado estaba allí haciendo unas compras antes de tomar servicio. Según fuentes policiales, los asaltantes amenazaron al dueño del quiosco y a una empleada; Maldonado se identificó pero los asaltantes no se entregaron; el policía efectuó cuatro disparos y los mató a los dos.
Según las mismas fuentes, mientras el cabo atendía al kiosquero, que había resultado herido en el codo, un desconocido entró y retiró de entre las ropas de uno de los caídos un arma que, según pudo ver Maldonado, era una Browning 9 milímetros, la que usan los policías. El otro asaltante muerto habría portado un revólver calibre 32.
Uno de los muertos fue identificado como Marcelo Sosa, de 28 años, quien había sido exonerado en 2002 de la Policía Federal –a la que había entrado en 1999– luego de diversos problemas disciplinarios. El otro fallecido resultó ser Julio Daniel Silva, de 33 años, con antecedentes penales por robos calificados.
A las 4.20 de esa madrugada se hizo presente en la Comisaría 25ª el cabo primero Fabián Rodríguez, quien prestaba servicios en la Comisaría 19ª; lo acompañaba un joven de 18 años llamado Nelson Gómez. Preguntaron por la situación de Sosa, dijeron que eran sus amigos y comentaron que Rodríguez, Sosa, el fallecido Silva y Gómez integraban el conjunto musical “Los Siracusa”, dedicado a la cumbia romántica, con un CD editado.
Según la fuente policial, a raíz de esta visita el cabo primero Rodríguez fue identificado por el cabo primero Maldonado como el hombre que entró al quiosco y se llevó la pistola Browning. Ayer, Rodríguez fue detenido, y hoy mismo quedaría separado de la institución.
El cabo Maldonado quedó en un principio detenido, pero el juez de instrucción porteño Eduardo Moundjian lo dejó ayer en libertad por “falta de mérito”. La causa se caratuló como “tentativa de robo, asalto a mano armada, atentado y resistencia a la autoridad, disparo de arma de fuego, homicidio y lesiones”.
Sin embargo, Fabiana Silva, hermana de Julio, negó que su hermano hubiera intentado asaltar el quiosco: “Fue víctima de un caso de gatillo fácil”, dijo. “Mi hermano y ‘Cirilo’ tenían un grupo de música y eran muy buenas personas. Era gente muy querida y nadie puede creer que hayan ido a robar.”
Y según Walter Gangin, abogado de Rodríguez, su defendido “no tiene ninguna vinculación con el hecho” y “es mentira que él se haya llevado el arma. Lo único que hizo fue ir hasta la Comisaría 25ª a preguntar qué había pasado, porque eran amigos”. Agregó: “Es increíble que un policía que mata a dos hombres luego no haga nada cuando ve que otro ingresa, se roba un arma y sale corriendo”.
En 1983, en Señorita maestra –escrito por Abel Santa Cruz y protagonizado por Cristina Lemercier–, Fabián Rodríguez encarnaba a Cirilo Tamayo, niño morocho, humilde, enamorado de Etelvina, niña rubia de familia rica que no le hacía caso. Julio Silva representaba a Siracusa, el de rulitos y anteojos. Siracusa no era de los de buena conducta pero la maestra Jacinta lograba encarrilarlo, gracias a la tradición argentina de integración social por la educación, que ya está quebrada en la realidad y que este lunes se extinguió también en el residuo de la ficción.