El fin de semana pasado, Bariloche desbordó de turistas. El mal tiempo no colaboró con los festejos por la coronación de la Reina de la Nieve, que debió ser suspendida, pero la afluencia masiva de turistas brasileños transformó la ciudad en una sucursal nevada de las praias. El fenómeno viene en ascenso desde la crisis de 2001, cuando la devaluación abarató los costos de alojamiento y alimentación para los extranjeros. A los seis vuelos diarios durante el fin de semana, se agregaron cuatro charters especialmente contratados desde Brasil. Según fuentes de turismo de la ciudad andina, Bariloche es el punto de llegada que más turistas brasileños recibe después de Buenos Aires. El primer charter llegó con 240 pasajeros. Según estimaciones locales, cada uno de ellos gasta un promedio de 150 dólares diarios. La lluvia obligó a postergar la elección de la Reina de la Nieve, cuyo acto central estaba previsto al aire libre. El pronóstico del tiempo es dudoso y ya se analiza realizar el acto el próximo martes, bajo techo.