SOCIEDAD
› TRAS UNA MARCHA CON INCIDENTES, ECHAN
AL COORDINADOR GENERAL DE LA BONAERENSE
Otra lluvia de piedras a la policía
Esta vez, la furia se desató en Tres Arroyos. Un chico había muerto en una guerra de patotas. Más de 2000 vecinos reclamaron mayor seguridad y obligaron a un juez y un fiscal a sumarse a la marcha. Un grupo apedreó la comisaría y dañó varios autos. Tras los incidentes, Arslanian echó a Lamardo por “falta de previsión”.
La furia, las piedras y los insultos tuvieron otra vez el mismo blanco: la policía. Un grupo de manifestantes apedreó ayer la comisaría primera de Tres Arroyos, tras una multitudinaria marcha en reclamo de justicia y seguridad. Como saldo de la protesta, hubo vidrios rotos, autos abollados y balas de goma disparadas por la policía que provocaron lesiones leves entre los manifestantes. La marcha fue impulsada tras la muerte de un joven durante una pelea con otro grupo a la salida de un boliche. Los vecinos obligaron al fiscal y al juez del caso a marchar con ellos. Los policías continuaban anoche semiacuartelados, mientras refuerzos de Bahía Blanca, Azul y Tandil intentaban controlar las corridas por el centro de la ciudad. El impacto de la pueblada se reflejó en un dato: el comisario mayor Ernesto Lamardo fue relevado del máximo cargo de la policía provincial por falta de reflejos. En su reemplazo fue designado Héctor Iglesia, padre del joven asesinado en Bahía Blanca junto a su novia, en el año 2000.
Tal como el 31 de diciembre de 1989, cuando una multitud apedreó la comisaría e incendió varios patrulleros para repudiar la falta de actuación de la policía ante la desaparición de la niña Nair Mostafá, ayer un grupo de 30 manifestantes se desprendió de la marcha, a la que asistieron más de dos mil personas, y volcó su bronca sobre la comisaría. La gente sospecha de la labor de los efectivos en el episodio del domingo último, cuando murió Gonzalo Cristian Ferretti, de 18 años, a la salida de un boliche, porque es precisamente la policía la que se encarga de la seguridad en la puerta del local bailable. El joven había tenido una pelea dentro del boliche y a una cuadra del lugar continuó la riña, que culminó con la muerte de Gonzalo.
En medio de la marcha, el intendente de Tres Arroyos (partido vecinalista), Carlos Sánchez, funcionarios judiciales y otros representantes de la comunidad ingresaron a la seccional primera, donde se entrevistaron con el jefe de la Departamental Sur, con sede en Bahía Blanca, comisario Juan Jorge Mazza (luego también desplazado), y otros jefes policiales. Tras el encuentro, Sánchez anunció que había sido suspendido en su cargo el titular de la seccional, comisario Oscar Alberto Ortiz, quien fue reemplazado por el segundo jefe de la Departamental de Bahía Blanca, comisario Jesús Espeche.
Durante la marcha, los manifestantes se dirigieron a la fiscalía de Carlos Lemble, a cargo del caso de Gonzalo Ferretti, y obligaron al fiscal a sumarse a la marcha. Lo mismo ocurrió con el juez de Garantías Rafael Oleaga, quien debió sumarse a la protesta a la fuerza, según vecinos que participaron.
Pero tras la marcha, un grupo de 30 manifestantes se desprendió de la concentración y se dirigió a la comisaría, ubicada en el centro de la ciudad. Allí arrojaron piedras contra el frente, rompieron vidrios de la seccional, golpearon autos estacionados en la zona y dieron vuelta una camioneta. Como consecuencia, los policías salieron a la calle y dispararon balas de goma al aire. Pero la reacción de los efectivos no calmó la situación. Los protestantes continuaron las corridas en la zona céntrica y rompieron vidrios de una escuela cercana. Anoche, eran más de 20 los detenidos por su participación en la pedrea.
Además, planeaban realizar una quema de gomas y volver a la comisaría para continuar la protesta. Mientras, los policías permanecían prácticamente acuartelados en la seccional. En su lugar, grupos de refuerzo de Bahía Blanca, Azul y Tandil “montaron guardia alrededor de la plaza central de la ciudad, donde se encontraban algunos de los manifestantes”, señaló a Página/12 el concejal del partido vecinalista de esa ciudad, Hugo Fernández. El edil sostuvo que “la manifestación en la comisaría nada tuvo que ver con la marcha anterior que se desarrolló con total tranquilidad”.
La concentración, encabezada por el propio Sánchez, fue convocada por la Cámara Económica de la ciudad. La gota que rebasó la situación fue la muerte de Gonzalo, quien murió al caer contra un lomo de burro trasrecibir una trompada, según fuentes policiales. Sin embargo, los amigos de Gonzalo aseguran que cuando cayó al suelo recibió más golpes que le provocaron la muerte. Como consecuencia del episodio, están detenidos Lucas Apfel, de 19 años y Rogelio Barnera, de 26.
El impacto de la pueblada tuvo un registro inmediato en el Ministerio de Seguridad bonaerense. Anoche, el ministro, León Arslanian, se reunió con sus secretarios para analizar la situación. Tras un largo análisis, se decidió relevar al comisario mayor Ernesto Lamardo como coordinador general, el máximo cargo de las policías provinciales. “Su foja es intachable –dijo a Página/12 un vocero ministerial–. Pero no pudo prever una situación así en un lugar como Tres Arroyos, donde ya había ocurrido lo de Nair Mostafá. No es la primera. Hace unos días, tampoco pudo prever que (Edgardo) Mastrandrea tomara por asalto nada menos que el ministerio.” De la misma reunión surgió el nombre del reemplazante: Héctor Horacio Iglesia, comisario mayor desde hace un año y medio, y padre del joven asesinado en 2000 junto a su novia María Chiaradía. De aquel caso hubo sentencia a 10 años, en abril de 2003, contra tres acusados de instigar el robo del auto de la parejita.