Mié 11.08.2004

SOCIEDAD

Investigan si fue víctima de un secuestro la hermana de Lanusse

Silvia Lanusse, la misma que fue atacada en 1997 para amenazar a su hermano, desapareció durante casi 24 horas. Apareció en Santiago del Estero, donde la policía busca pistas de un secuestro.

Un tropel de gendarmes y policías rastrillaban anoche todo Santiago del Estero y alrededores detrás de las “pocas pistas” que existen sobre el presunto secuestro de la hermana del interventor Pablo Lanusse. Por orden del fiscal federal Alberto Pravia, unos 250 hombres iniciaron la búsqueda con los pocos datos que pudo aportar Silvia Lanusse durante una presentación espontanea en la fiscalía. Bajo completo estado de shock, aseguró que la levantaron desconocidos cuando volvía de un viaje, que se la llevaron a Santiago del Estero y que en el camino sus captores le advirtieron: “Es un mensaje para tu hermano: se está metiendo con los que no tiene que meterse”. Aunque la fiscalía sostiene la hipótesis del secuestro, el hecho aún es confuso. Parte de los investigadores creen que pudo haberse perdido. La hermana de Lanusse, tal como advirtió su familia, se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico. Y el gobierno nacional no reconoció la existencia del secuestro. Hoy a la mañana, el interventor de Santiago se reunirá con el ministro del Interior, Aníbal Fernández.
El hecho que involucró a Silvia Lanusse comenzó ayer a la mañana con una simple denuncia de “pedido de paradero”. Sus familiares la formalizaron en la comisaría 17ª de la Ciudad de Buenos Aires porque desde hacía 24 horas no tenían noticias de Silvia. Aunque ella vive en Buenos Aires, estaba en la ciudad de Tandil acompañando a uno de sus familiares enfermos. El lunes a las 12.30 dejó esa ciudad bonaerense en un micro de la empresa Turismo Parque, tenía que estar en la terminal de Retiro a las 17.50, pero no llegaron ni ella ni sus equipajes. Un día más tarde apareció a mil kilómetros de distancia. Después de una llamada, la rescataron alrededor de las cuatro de la tarde en la confitería del Automóvil Club Argentino, filial Santiago del Estero.
Hasta ese momento, los Lanusse manejaron la desaparición con cautela e intentaron evitar referirse a un secuestro o a un mensaje mafioso. “No queremos asociar” la cuestión “con la función que cumple mi hermano (Pablo) en Santiago del Estero ni con otros temas que hoy preocupan al Gobierno, ni en un secuestro o en alguna otra cosa mala”, decía Jorge Lanusse, uno de los hermanos. En los mismos términos se refirió al antecedente del tratamiento psiquiátrico, una de las razones por las que pocos están dispuestos a avalar la hipótesis del secuestro. Según Jorge, Silvia “ha tenido algunos ‘desconectes’, por eso estaba en manos de médicos”.
Sus trastornos y el tratamiento psiquiátrico comenzaron justamente en el año 1997 con un episodio similar. Lanusse aún era fiscal e investigaba la llamada “mafia del oro”. En ese momento, Silvia fue atacada por un encapuchado en Tandil. La golpearon y le raparon la cabeza. Para la fiscalía santiagueña, la historia parece volver a repetirse.
Aunque no descarta ninguna otra hipótesis, incluso que Silvia pudo haberse perdido, la fiscalía considera la posibilidad de un secuestro. Esa misma hipótesis estaría avalada por parte del entorno de la intervención. De acuerdo con las fuentes judiciales consultadas, la hermana de Lanusse se presentó en la fiscalía con Pablo Fontdevilla, ministro de Gobierno de Santiago. “Ella no pudo declarar –explicó la fuente– porque estaba en estado de shock y desesperada, pero relató lo que le había pasado.”
En su racconto, Silvia no sólo habló del viaje. Describió a las personas que la habrían levantado en un vehículo aparentemente en el trayecto entre Tandil y Buenos Aires. Desde donde los desconocidos se la llevaron por tierra hasta Santiago. En el camino, pronunciaron una advertencia contra el ex fiscal. Y cuando llegaron “la hicieron dar vueltas por toda la ciudad –explicó la fuente–, arriba del vehículo y la soltaron, después ella por las suyas caminó sola hasta la sede del Automóvil Club”. Desde la confitería hizo un llamado, y diez minutos más tarde Pablo Fontdevilla pasó a buscarla, la acompañó a la fiscalía y desde allí al aeropuerto de Tucumán, desde donde tomaron un avión para regresar a Buenos Aires.
Anoche, los Lanusse prefirieron no hablar. Voceros del interventor dijeron que “no vamos a confirmar ni a desmentir” la información. Lanusse hoy seencontrará con el ministro Aníbal Fernández y, entre otros temas, se hablará del caso.

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