SOCIEDAD
› A MEDIANOCHE, EN UN DESCAMPADO
Liberaron a Nicolás
El rescate, que sería de 64.000 pesos, fue pagado el viernes a la noche. Habían prometido liberarlo hoy. El adolescente llegó a su casa a la una de la mañana, sano y salvo.
Después de veinte días de angustia y dos intentos frustrados de pagar el rescate, fue liberado Nicolás Garnil, el chico secuestrado en San Isidro. El adolescente de 17 años fue dejado sano y salvo en Manuel Alberti, una localidad semirrural de Pilar. Liberado en un descampado, Nicolás caminó varias cuadras hasta encontrar casas y, desde un teléfono prestado, llamó a su casa del barrio La Horqueta. Fuentes policiales indicaron que el rescate, que finalmente habría sido de 64.000 pesos y no de 300.000 como se dijo anteriormente, fue pagado el viernes. Al parecer, los delincuentes habían prometido soltar a Nicolás el domingo y cumplieron en las primeras horas de hoy.
Nicolás entró a su casa en la calle Navarro 4246 a la una en punto de la madrugada de hoy. En las tres semanas desde que fue secuestrado, la casa fue escenario de marchas y oraciones de vecinos y de sus compañeros del Colegio Pilgrim, que el viernes realizaron un abrazo simbólico para pedir por su libertad. El chico volvió con su familia en un auto acompañado por el director de investigaciones de la policía bonaerense, el comisario mayor Osvaldo Seisdedos.
En esas horas volaban las versiones sobre el caso. Según se indicó, la policía tenía indicios firmes sobre el posible paradero de Nicolás, pero con la tragedia del caso Blumberg presente, la fiscal del caso prohibió cualquier allanamiento. Ya liberado el chico, esta madrugada se buscaba a la banda.
Nicolás fue secuestrado el domingo 25 de julio, alrededor de las 19, cuando iba a misa con su madre, Susana. Con dos hermanos –una de 19 y otro de 15– Nicolás es hijo de un médico especialista en diagnóstico por imágenes y una ginecóloga, que forman una familia muy religiosa. Ese domingo, dos autos interceptaron al Ford Focus de la familia, que chocó contra el frente de una casa. Dos hombres armados arrancaron a Nicolás del auto y lo secuestraron. La madre quedó semidesvanecida y cuando despertó comenzó a pedir auxilio a gritos. El caso recién saltó al espacio público dos días después, pero desde el inicio se mantuvo en un silencio total. En aquel momento, hubo una serie de exabruptos de funcionarios que reconocieron y luego desmintieron la existencia del secuestro.
A medida que pasaban los días, el tono emocional del caso se fue elevando. Susana Garnil publicó una carta dirigida a “las personas que tienen a mi hijo” que decía que “estoy de rodillas frente a ustedes. Ustedes no me conocen a mí, pero sí conocen a sus madres. Piensen en ellas y piensen en mí. De rodillas les digo que no los odio, de rodillas les ruego que me devuelvan a mi hijito, de rodillas les juro rezar por ustedes hasta el último día de mi vida. Nico es un buen chico, seguro que ustedes ya lo saben. Es simple, cariñoso, generoso. Todos los días cuando pasa a mi lado nos abrazamos. Lo necesito, no puedo vivir un día más sin él. Necesito desesperadamente que él esté bien. Necesito a Nico ya. Como doctora acompañé a muchas personas en su sufrimiento pero no existe doctor para mi dolor. La vida de mi hijo y de toda nuestra familia está en manos de ustedes. De rodillas, frente a ustedes, sigo rogándoles hasta que Nico esté otra vez en mis brazos”.
El párroco de La Merced, la iglesia a la que concurren los Garnil, acusó a las autoridades por la inseguridad en San Isidro, donde “se produce un secuestro por día.” Nicolás acabó transformado en un símbolo de inseguridad y su caso fue uno de los que dispararon un masivo operativo de seguridad en la zona norte esta semana. De hecho, el presidente Néstor Kirchner, que pasa el fin de semana en su casa en Santa Cruz, fue avisado inmediatamente de la liberación del adolescente.