SOCIEDAD
› ANCIANA SECUESTRADA EN MORENO
Una vendetta de narcos
Por R. K.
“Transa, poné los 250.000.” El mensaje, puesto en un papel con letras recortadas de diario, fue dejado en la casa de una pareja de ancianos, en Moreno, antes de que se llevara a la anciana que vive allí, de 77 años. Aunque Juan Carlos Blumberg anunció anoche en Lanús que se trata de otro secuestro extorsivo, parece que detrás hay una historia sórdida en la que el grupo secuestrador conocía a la familia de la abuela secuestrada. En verdad, la mirada está puesta en uno de los seis hijos de la señora, que viene siendo investigado por distintos delitos, entre ellos alguno relacionado con narcotráfico. A ese hijo no se lo puede encontrar. El secuestro de la anciana tendría que ver con la interna de una banda y un vuelto, en dinero o droga, que alguien se apropió.
Lo concreto es que no se trata de un caso habitual, ya que no hubo ni secuestro al voleo ni inteligencia previa, sino que irrumpieron en la casa conociendo quién vivía allí –el hijo involucrado, remisero, solía dormir en esa vivienda–, dejaron el mensaje para el Transa y se llevaron a su madre. El problema más serio es que la señora tiene un estado de salud muy delicado y más allá de la historia que exista detrás del secuestro, los investigadores están preocupados porque las cosas lleguen a feliz término sin que le pase nada a la anciana. El marido de la señora, hombre nacido en Bolivia hace nada menos que 82 años, permanece silencioso.
Investigar un caso en el que se mezclan bandas de narcos tiene gran complejidad, entre otras cosas porque algunos de los integrantes de la organización podrían estar presos y desde la cárcel manejan los hilos de las venganzas y los ajustes de cuentas. Por ello, la pesquisa se hace todavía más vasta.
Si es cierto que detrás del secuestro de Moreno se desarrolla una historia sórdida de venganzas entre narcos, el caso será todavía más difícil para los investigadores, quienes tienen órdenes de actuar dándole la máxima importancia y preservando la vida de la anciana. Lo que complica todo es que la violencia en el mundo narco suele ser atroz; los códigos de silencio son muy fuertes y el escenario en el que se desarrollan los hechos, generalmente barrios humildes. En este caso, se dice que al menos un protagonista de la historia vive en condiciones más que lujosas, a considerable distancia de la humilde casa de la que se llevaron a la anciana.