Cuando el cronista le preguntó a Tasso Gadzanis su opinión sobre el impacto del Corralito, el hombre se recostó contra el respaldo de su butaca, tocó levemente sus anteojos, tomó aire y respondió: “Pra nos e um desastre grande”. Gadzanis, cabe aclararlo, es el presidente de la Asociación Brasileña de Agencias de Viajes y su presencia en Buenos Aires obedece a una cifra que cada vez que la piensan junto a su par argentino, Marco Palacios, a ambos les tiembla el pulso: durante la primera semana de enero fue cancelado el 80 por ciento de las reservas, lo que representa alrededor de 110 mil turistas menos. El brasileño aprovechó la reunión para desmentir que en su país no se aceptan los “cartoes de credito”, tarjetas de crédito en su versión criolla.
Hasta los primeros días de diciembre, el Corralito y la incertidumbre económica habían incomodado las expectativas de los empresarios turísticos. El mayor inconveniente, hasta esa fecha, era tan simple como los dictados del decretado Plan Candado: la prohibición de transferir dinero al exterior. La mecánica de las agencias de viaje es sencilla: contratan una cantidad de plazas hoteleras y servicios por un plazo de tiempo. Cuando el turista paga, cancelan la deuda con el sector brasileño. Pero al no poder girar divisas al exterior los garotos se quedan con sus brazos abiertos implorando al cielo. La deuda de las agencias argentinas se fue incrementando en la misma medida en que se estiró el Candado.
Pero la sucesiva caída de De la Rúa, Rodríguez Saá, la renuncia de Puerta, la provisoriedad de Camaño, la demora de la Asamblea Legislativa y el silencio económico de Duhalde dejaron un tendal. Los empresarios turísticos sospechan que los únicos papelitos arrojados al vacío el 31 de diciembre pasado eran reservas turísticas. “La primera semana de enero se anuló el 80 por ciento de las reservas de argentinos a Brasil”, se lamentó Gadzanis. La cifra ronda las 110 mil cancelaciones.
“El jueves pasado decidimos organizar la reunión –señaló Palacios en conferencia de prensa– para encontrar una solución al problema. Habíamos concertado un encuentro con el secretario de Turismo, Daniel Scioli. Pero en ese momento teníamos otro presidente. Ahora tenemos otro y no sabemos qué va a pasar hasta que anuncie las nuevas medidas económicas.”
Desde el costado brasileño, la crisis argentina tiene varios bemoles: Brasil recibe 5 millones y medio de turistas extranjeros por año. La mitad pertenece a este lado de la frontera. De esos 2.750.000 argentinos, alrededor del 70 por ciento visita playas de garotas durante la temporada veraniega. De esa cifra, calculan que el 80 por ciento canceló sus planes de viaje, según la proyección de la primera semana de enero. Gadzanis arrojó un dato como ejemplo: a esta altura del año, pero en el 2001, se habían contratado 867 charters de argentinos a Florianópolis. Este año fueron reservados 800, pero sólo quedó en pie el 30 por ciento, 240.
Palacios agregó otro dato desde este costado del mostrador: en lo que va de la temporada fueron despedidos más de mil empleados de agencias locales. “Para exportar dos millones de argentinos –señaló Ricardo Román, director financiero de la asociación brasileña, también presente en la conferencia– hace falta una complicada estructura. Si la actividad se cae, se desmorona todo.” Según Palacios, un operador “importante” le confió que durante la semana pasada había atendido 350 consultas de interesados en visitar Brasil, de los cuales sólo fueron concretadas 35 reservas.
Dado que la reunión con Scioli fue postergada y Duhalde aún no había anunciado sus medidas económicas, cuando arribó Gadzanis, Palacios lo recibió con las manos vacías. Nada por aquí, nada por allá. Ambos decidieron quedar a la expectativa. Pero para que el encuentro no quedara en la nada, el titular brasileño arremetió contra un rumor que le pone los pelos de punta: desmintió que los comerciantes brasileños no aceptaran “cartoes de credito”. El empresario aseguró, confirmó y subrayó que “no es cierto que no se puedan utilizar. Los turistas argentinos tienen que estartranquilos”. Palacios indicó que en todos los países del mundo reciben las tarjetas argentinas sin problemas.
La cuestión es bastante sencilla de entender. En realidad no se trata de un rumor sino de una distorsión de los hechos: no es que existan problemas con la credibilidad de las tarjetas argentinas en Brasil. El problema pasa por otra parte, y una vez más el turismo cae en el Corralito y el Candado: si el hotelero brasileño cobra con tarjeta, no sabe si recibirá el dinero porque el banco no podrá girar el pago. “Nos reunimos con los representantes de todas las tarjetas y nos aseguraron –sostuvo Gadzanis– que si el banco no puede transferir al exterior, la casa matriz de la tarjeta se hará cargo de esos montos y luego los cobrará en Argentina.”