SOCIEDAD
› CONVENIO PARA DIFUNDIR LA OBRA DEL ESCRITOR
Borges regresó a la escuela
Cuando tenía 12 años, Jorge Luis Borges fue alumno de la Escuela República de Cuba, en el barrio porteño de Palermo. Ayer, el director de ese establecimiento mostró orgulloso a la viuda del escritor, María Kodama, y a los estudiantes, el registro de alumnos donde figura que, en 1914, Borges asistió al colegio. El encuentro se dio en el marco de la firma de un convenio entre el gobierno porteño y la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que preside Kodama, para difundir la obra del escritor en todas las escuelas de la Ciudad. A través de esta iniciativa, los docentes serán capacitados por especialistas de la fundación y los alumnos recibirán material de lectura con el objetivo de que conozcan la producción literaria y la vida del autor de El Aleph.
En el encuentro, cerca de 60 alumnos de sexto y séptimo grado dialogaron con la viuda de Borges, María Kodama. “¿Cómo era un día en la vida de Borges? ¿Cómo conoció a Borges? ¿Qué libro nos recomienda leer?”, preguntaron los chicos a Kodama. “Me gustó saber que a Borges le gustaba nadar”, dijo Rodrigo. “Me enorgullece saber que vino a esta escuela”, sostuvo Eliana. “Me gustan sus cuentos y ahora quiero saber más sobre él”, resaltó Malena.
“La idea es acercar la obra de Borges a las escuelas a través de la capacitación de los docentes y la distribución de material a los alumnos”, destacó la secretaria de Educación porteña, Roxana Perazza. “Es importante que los chicos sepan más sobre Borges”, coincidió Kodama, quien en un momento quedó rodeada de alumnos que le hacían preguntas sobre el escritor y le pedían autógrafos.
“Es bueno fomentar la lectura de escritores nacionales en las escuelas, sobre todo de Borges”, dijo Palelina Pinto, madre de un alumno. Kodama prometió a los padres que regresaría a la escuela para charlar de nuevo con los alumnos. La escuela, en la época en que asistió Borges, estaba ubicada en Thames al 2300, y luego se mudó a Costa Rica 4900, donde funciona en la actualidad.
A Fernando Pinto, alumno de tercer grado, le hubiera gustado participar del encuentro, que sólo fue para chicos de sexto y séptimo: dijo que tiene libros de Borges y que leyó con su mamá la Historia universal de la infamia.
Informe: Silvia Marchant