Jue 03.01.2002

SOCIEDAD  › EL POLICIA DEL MAXIKIOSCO FUE PROPUESTO POR LA 43ª

Recomendado por la comisaría

El sargento que acribilló a los tres jóvenes en Floresta fue sugerido para ese puesto por la comisaría del barrio. Según las pericias, no estaba alcoholizado cuando disparó a mansalva.

› Por Carlos Rodríguez

El sargento retirado Juan de Dios Velaztiqui, detenido por el triple crimen de Floresta, venía realizando tareas de vigilancia en distintas zonas del barrio y no específicamente en el maxikiosco de Gaona y Bahía Blanca, donde en la madrugada del sábado asesinó a balazos a Maximiliano Tasca, Adrián Matassa y Cristian Gómez. Todo parece indicar que habría llegado a esa función en el mes de octubre pasado, recomendado por las autoridades de la Comisaría 43ª que fueron removidas luego del homicidio múltiple. Esos entretelones de la tragedia, en forma paralela a lo que investiga la Justicia penal, son analizados también por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, cuyas autoridades recibirán hoy a los padres de las tres víctimas. En la causa penal trascendió que las pericias establecieron que Velaztiqui “no estaba alcoholizado” al momento de cometer el triple crimen, de manera que se cae uno de los posibles atenuantes a la hora de ser juzgado por lo ocurrido.
“Antes de matar a los jóvenes, el policía estaba tomando café, según dijeron algunos testigos, y el estudio de alcoholemia dio resultado negativo”, explicó una fuente judicial. De esa forma se cayó una de las primeras versiones, atribuida a una testigo que había visto al policía minutos antes del desenlace fatal. La mujer había declarado que Velaztiqui actuaba “como si estuviera borracho o drogado”. De todas maneras, como es norma, se realizarán pericias toxicológicas y psicofísicas para determinar el estado de salud del imputado.
Esta tarde, los padres de los tres chicos asesinados serán recibidos en la sede de la Defensoría por Alicia Oliveira y Gustavo Lesbegueris, quienes pondrán a su disposición el apoyo jurídico tanto en el fuero penal como en el civil. Lesbegueris confirmó a este diario que hay dudas sobre cómo fue posible que Velaztiqui, de 61 años, siendo retirado desde hace casi una década, pudiera tener el derecho a lucir el uniforme policial y usar, presuntamente, su pistola reglamentaria. La Defensoría pedirá informes a la Policía Federal “para que responda quién lo había designado, cuál fue el trámite que se realizó para reintegrarlo al servicio activo, permitiéndole el uso del uniforme y del arma de reglamento”.
Ayer fueron a declarar ante el juzgado de Ricardo Warley los padres de Maximiliano Tasca. También existían versiones contradictorias acerca de la presentación del cuarto joven que acompañaba a las víctimas y que pudo escapar de la furia homicida de Velaztiqui. Omar Tasca le dijo a este diario que el joven “ya se presentó”, pero el fiscal de la causa, Luis Bunge Campos, aseguró que hasta la tarde de ayer ese testimonio todavía no se había producido. Bunge Campos, al tanto del estado de shock en el que se encuentra el joven, confirmó que se le había ofrecido el apoyo de la oficina de protección a la víctima y a los testigos de causas penales.
Respecto del hecho en sí, el fiscal confirmó que en la causa “no existe un solo elemento que ponga en sospecha o en duda la honorabilidad de los tres jóvenes, que fueron víctimas de un homicidio”. De ese modo fue desechada la maniobra postrera que intentó hacer el sargento, quien colocó un cuchillo en la escena del crimen para fingir un supuesto robo. Todavía no se sabe el contenido del llamado que realizó Velaztiqui, al Comando Radioeléctrico de la Policía Federal para que acudiera al maxikiosco. Todo indicaría que en ese contacto telefónico dijo que había enfrentado a supuestos delincuentes.
Una fuente judicial, citada por la agencia Télam, sostuvo que en la causa “no se está investigando a la policía” por un supuesto encubrimiento para favorecer la situación de Velaztiqui. Los vecinos, muchos de los cuales llegaron al lugar de los hechos poco después del triple crimen, denunciaron que los cuerpos habían sido movidos y la escena del crimen modificada antes de que llegaran las autoridades judiciales.
Después del hecho, fue removida la cúpula de la Comisaría 43ª, encabezada por el comisario Juan Carlos Fernández –a pesar de que estaba de licencia– y el subcomisario Carlos María Sixto, virtual jefe almomento de ocurrido los hechos. Las versiones indicarían que ellos fueron los que habían “propiciado” la reincorporación al servicio activo de Velaztiqui para cumplir “tareas de seguridad” en Floresta.

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