Los cubanos se preparaban para enfrentar al terrible Iván, aunque las últimas informaciones indicaban que había cambiado de rumbo hacia la península de Yucatán. De todos modos, en Cuba continuaba el alerta anticiclónico y casi un millón y medio de evacuados. “Todos los ciudadanos argentinos en Cuba están ubicados en lugares seguros, fuera de peligro”, aseguró ayer el embajador argentino en La Habana, Raúl Talev. “No puedo hacer más de lo que he hecho –comentó una cubana evacuada–: puse a resguardo mis cositas y reforcé las ventanas lo mejor posible, pero si este Iván tiene la fuerza que dicen, no hay con qué darle, chico.”
Yanet Castellanos es una de las vecinas del barrio residencial de Miramar que estaba a la espera de Iván el terrible. Como la manifestación más violenta de las depresiones tropicales, los especialistas lo consideran capaz de liberar una potencia de 200 kilotones, cerca de diez veces la de la bomba de Hiroshima. Las proyecciones del Instituto de Meteorología de Cuba indicaban que los primeros efectos del Iván comenzarían a sentirse esta madrugada, pero luego la información se modificó, indicando que el Iván se dirigiría hacia la península de Yucatán, sin tocar la isla. Para La Habana y los alrededores, se pronosticaban de todos modos “lluvias intensas y prolongadas”.
El sábado el gobierno cubano ordenó el cierre del tránsito marítimo y ferroviario y la suspensión de todos los vuelos nacionales e internacionales. La población, preocupada, seguía las noticias abroquelada en sus casas o en los refugios, con provisiones de agua, combustible y alimentos distribuidas por el gobierno. El Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil de la isla indicó que el número de evacuados registrados era de 1.351.651, de los cuales 202.273 estaban alojados en albergues oficiales y el resto en casas de familiares o amigos. Hay 33.468 estudiantes y 7186 turistas, principalmente internos.
“Es probable que llueva durante todo el día lunes, con enormes riesgos de inundaciones sobre un diámetro de 500 kilómetros y con desplazamiento lento de los vientos”, explicó José Rubiera, jefe del Departamento de Pronósticos del Instituto. Mientras Radio Rebelde de La Habana anunciaba que “estamos preparados y en nuestros puestos de combate”, Fidel Castro consultó personalmente al pronosticador durante un programa de televisión transmitido el sábado a la noche. Rubiera auspició que el meteoro atravesará la isla de sur a norte con categoría cuatro o cinco, los picos máximos en la escala Saffir Simpson, usada para evaluar el potencial destructivo del huracán: “A partir del sábado –explicó Rubiera– se sentirán vientos de tormenta tropical (hasta 117 km/h), que se incrementarán a vientos huracanados en la madrugada del lunes”, a 120 kilómetros de La Habana.
Cuba fue sacudida por dos ciclones en 1926 y 1944, que ocasionaron 600 y 300 muertes, respectivamente. Hasta anoche, el gobierno desconocía cuáles serían los daños, pero calculaba que, de pasar por la isla los efectos del Iván serían semejantes a un golpe atómico por su amplio radio de destrucción material. Fidel Castro le pidió a la población “seguir al pie de la letra las orientaciones de la Defensa Civil para evitar pérdidas de vidas humanas”. Pidió que se protejan los almacenes, las reservas de alimentos, los equipamientos escolares, “nos encontramos preparados” y “nadie debe desalentarse, destruya lo que destruya el huracán”. En ese sentido, Fidel agregó: “Estamos mejor preparados que nadie, como lo estamos para enfrentar una guerra”.
En La Habana residen unos 2,3 millones de personas en barrios donde el 60 por ciento de las viviendas tiene un mantenimiento precario. Sobre esa zona los vientos soplarán con una intensidad de hasta 180 kilómetros por hora y se pronosticaban “marejadas e inundaciones costeras por la penetración del mar”, donde ayer el tornado levantaba olas de hasta 10 metros de altura con un desplazamiento de 15 kilómetros horarios: “Iré con mi familia a casa de una hermana en el Cerro, un barrio habanero, porque esto se puede venir abajo con el huracán”, dijo Misleydis Yunque –residente en un tercer piso de un edificio obsoleto del Centro de La Habana– a la agencia AFP, antes de que se informara que el Iván no tocaría la isla sino que se dirigiría hacia la península de Yucatán.
El Iván ya causó 45 muertes en el Caribe y otras 14 en Jamaica. “Hay importantes daños en todo el país –indicó un vocero del gobierno jamaiquino–. Los techos se volaron y en los suburbios de Kings-
ton (la capital) muchas viviendas están muy dañadas.” El gobierno de Hugo Chávez anunció una donación de un millón de pesos para reconstruir Jamaica.