El número de delitos en el área metropolitana dejó de crecer. En el último año se produjo una baja en relación con 2002, cuando hubo un pico de aumento. Así lo revela la última Encuesta de Victimización que realiza anualmente la Dirección Nacional de Política Criminal (DNPC) a la que tuvo acceso Página/12. El estudio, que contabiliza también los hechos no denunciados en la policía ni en la Justicia, encontró que en 2003 hubo un descenso de los robos con arma de fuego. En total, unos 477.416 mayores de 15 años fueron asaltados a punta de pistola (al menos una vez), 388.720 en el Gran Buenos Aires y 88.686 en la Capital Federal. También descendió la tasa de homicidios en todo el país, pero más abruptamente en la provincia de Buenos Aires. La cantidad de secuestros, en tanto, se mantuvo estable de un año a otro: alrededor de 3550 personas fueron secuestradas, en la gran mayoría de los casos con la modalidad express y dentro del conurbano bonaerense.
“Las modalidades delictivas se van acomodando a las respuestas defensivas de las víctimas. Muchos de los que hoy hacen secuestros express eran los que antes robaban con arma de fuego. Por eso, es imposible avanzar en una solución a la delincuencia si no se atacan sus causas sociales. Hay que tener en cuenta que las nuevas situaciones delictivas generalmente significan más violencia contra las víctimas, porque tienen mayores niveles de organización y el delito se prolonga cada vez más”, advirtió el director nacional de Política Criminal, Mariano Ciafardini, de quien depende la Encuesta de Victimización.
Los niveles de inseguridad en el área metropolitana siguen siendo muy elevados, pese a la reducción de delitos registrada. Por ejemplo, si se tiene en cuenta los robos con violencia, la prevalecencia es cinco veces mayor entre el conurbano y la ciudad de Buenos Aires que en un país como España, uno de los más violentos de Europa occidental, comparó Ciafardini. Aquí, alrededor del 10 por ciento de los habitantes del territorio metropolitano sufre ese delito en un año, de acuerdo con el estudio del organismo, que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, mientras que en España alcanza al 2 por ciento de la población.
“Hubo un descenso de delitos pero las cifras todavía son altas para las tasas históricas de la Argentina”, señaló Ciafardini.
La Encuesta de Victimización se realiza cada año, desde 1997, en marzo. Durante ese mes son entrevistados entre 6000 y 7000 habitantes del área metropolitana. Se les pregunta si sufrieron algún tipo de delito a lo largo de todo el año anterior y, en caso afirmativo, cuál, entre más de un centenar de preguntas. De esta forma, el relevamiento registra no sólo los delitos denunciados por las víctimas ante las autoridades sino también aquellos que no se denuncian. Por esta razón, se trata de un termómetro más fidedigno de la inseguridad que las estadísticas policiales.
De acuerdo con la encuesta, se denuncia apenas alrededor del 35 por ciento de los hechos, señaló Ciafardini. “En Estados Unidos y los países de Europa occidental la denuncia se produce en más del 60 por ciento de los casos”, diferenció el funcionario.
Los resultados de la última encuesta acaban de procesarse. El estudio reveló que en 2003 sufrió algún delito contra la propiedad el 28,4 por ciento de los porteños; un año antes, había sido afectado el 30,2 por ciento de los habitantes de la ciudad. En el Gran Buenos Aires, el descenso fue levemente menor: en 2003 padeció distintas modalidades de robos el 34,9 por ciento de la población del conurbano; en 2002, el 35,9 por ciento. La tendencia a la baja que marca la Encuesta de Victimización coincide con la evolución de las tasas de delitos del total del país, medidas por las estadísticas de la policía y otras fuerzas de seguridad a partir de los hechos denunciados: de un total de 3697 hechos delictuosos cada 100.000 habitantes en 2002 se bajó a 3504 cada 100.000 habitantes en 2003 a nivel nacional. Los delitos contra la propiedad descendieron de 2584 a 2363 cada 100.000 habitantes.Ciafardini explicó que los dos delitos más indicativos de los niveles de violencia y capaces de generar más alarma social son el robo con arma de fuego y el secuestro. El primero registró una baja, más significativa en el conurbano bonaerense (donde, por otra parte, es más frecuente) que en la ciudad de Buenos Aires (donde tiene menor incidencia). La Encuesta de Victimización detectó que el 3,7 por ciento de los porteños y el 6,9 por ciento de los habitantes del Gran Buenos Aires fueron asaltados con un arma de fuego en 2003. Un año antes, los afectados por ese delito habían sido el 3,9 por ciento en la Capital Federal y el 8,4 por ciento en el conurbano.
El número de secuestros, en cambio, se ha mantenido estable entre el 2002 y el 2003. En un 0,15 por ciento de los hogares del Gran Buenos Aires hubo al menos un episodio de esas características. El estudio estimó que el año pasado unas 3550 personas fueron tomadas cautivas a cambio del pago de un rescate. “En la casi totalidad de los casos se trató de secuestros del tipo express y la víctima resultó ilesa”, apuntó Ciafardini. En la ciudad de Buenos Aires los números son significativamente menores: el porcentaje de hogares donde hubo una víctima de secuestro fue de 0,02. En 2002 había sido de 0,09.