“De chico tuve una profunda inclinación por las bibliotecas, donde pasé momentos inolvidables, que germinaron en mí lo que luego hice en la vida. Allí curé mis melancolías; fueron verdaderos paraísos.” El silencio invadió la sala cuando comenzaron a sonar estas palabras. El que hablaba era el escritor Ernesto Sabato, que cosechó la atención de un mezclado público: funcionarios, sindicalistas, trabajadores e intelectuales que escucharon su discurso durante la inauguración de una sala de lectura en la Terminal de Omnibus de Retiro, que lleva el nombre del autor de Sobre héroes y tumbas. La iniciativa tiene como principal objetivo “promover la lectura a las millones de personas que pasan mensualmente por este lugar”, manifestó el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus.
“Queremos que los chicos tengan placer por la lectura. Ellos aprenden de lo que hacemos los adultos y, si nosotros leemos, ellos también lo van a hacer. No queremos que haya más gobiernos que recomienden no leer libros, que los queme o los prohíba”, enfatizó el ministro. En la primera fila escuchaba la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. A la cita faltó al escritora María Elena Walsh, quien también dio su nombre para un sector de lectura para chicos, ubicado dentro de la nueva sala. El flamante espacio, que funciona al final de la terminal, posee más de 1600 libros donados por más de una decena de editoriales. “Aquí podrán gozar de los libros personas de lugares lejanos y cercanos de mis país. Es un honor poder presidir esta sala para expandir la lectura por todos los medios a nuestro alcance”, expresó Sabato, que estuvo acompañado por su mujer, Elvira González Fraga.
La sala de lectura “Ernesto Sabato”, recubierta con frases como “Cuando leés, te sentís mejor”, también cuenta con computadoras que tendrán historias con audio para chicos y programas de alfabetización digital para aquellos que no saben leer. La iniciativa busca despertar “la capacidad lectora” de las 500.000 personas que circulan semanalmente por la terminal, lo que equivale a unas dos millones por mes. La sala, financiada por la firma TEBA (la administradora de la terminal), estará abierta de lunes a viernes de 10 a 22 y los sábados y domingos de 10 a 18.
Según anticipó Filmus, este emprendimiento se repetirá en otras estaciones y terminales argentinas. Esta iniciativa ya se realiza en países como México o España, “donde la gente aprovecha su tiempo de espera para dedicarse a la lectura”, indicó Filmus. A la inauguración también asistieron el secretario general de la UTA, Juan Manuel Palacios, empleados de la terminal y de las empresas de transporte, un grupo de chicos de la localidad bonaerense de González Catán y egresadas de la promoción 1941 del Instituto Joaquín V. González, que llegaron a tener como maestra a la escritora Alfonsina Storni.
La puesta en marcha de esta sala está enmarcada en la campaña de promoción de la lectura, que lleva repartidos unos 8 millones de libros en los estadios de fútbol y en la terminal de Retiro, entre otros destinos. “Estoy muy emocionada. Esta iniciativa es el anhelo de docentes y también de chicos pensantes y libres que ya no están”, señaló Carlotto.