SOCIEDAD
Blumberg defiende a policías que los foros de San Isidro no quieren
De los 24 foros de la Zona Norte, 20 ya habían pedido el despido de los 37 exonerados por Arslanian, aunque el padre de Axel salió a defenderlos. Las acusaciones y respuestas punto por punto.
› Por Raúl Kollmann
La imagen de que todo el norte del Gran Buenos Aires cuestiona la purga policial dispuesta por León Arslanian es falsa. Veinte de los veinticuatro foros ciudadanos de seguridad de esa zona –Vicente López, San Isidro, Tigre y San Fernando– entendieron las explicaciones verbales sobre los desplazados, caso por caso, dadas por el Ministerio de Seguridad, aunque hubo un compromiso: que desde La Plata se haga llegar por escrito, esta semana, el detalle de las razones de cada una de las bajas. Sobre esa base, darán una opinión definitiva. Es más, la mayoría de los hombres prescindidos en la Bonaerense fue denunciada por los propios foros. Los desplazamientos son parte de la polémica entre Juan Carlos Blumberg, quien salió en defensa de los policías, y el ministro Arslanian. La ofensiva del ingeniero abarcó la semana pasada el uso de fondos reservados, un contrato del estudio de Arslanian con el Banco Provincia y la supuesta compra de diez automóviles Audi blindados. A cada una de estas acusaciones, el ministro respondió puntualmente.
En lo que constituye la zona crítica de secuestros hay un total de 24 foros ciudadanos de seguridad, o sea organismos de vecinos de cada una de las comisarías. Hay diez foros de seguridad en San Isidro, cinco en Vicente López, cinco en Tigre y cuatro en San Fernando. De ese total, dos foros de Vicente López y dos de San Fernando salieron en defensa de los policías, cuestionando directamente a Arslanian. El resto piensa que la fuerza tiene que ser depurada, denunció una enorme cantidad de casos de corrupción que están reflejados en la medida tomada por el ministerio, pero les pareció poco prolija la forma en que se dieron a conocer las prescindibilidades, sin informarles caso por caso a los foros correspondientes. Es más, creen que hay un uso demasiado tumultuoso de la Ley de Emergencia Policial. Por ello, entendieron las explicaciones verbales, creen que la mayoría de los desplazados no debe estar en la fuerza, pero al mismo tiempo quieren que les den los fundamentos de cada prescindibilidad por escrito. El ministerio quedó en hacerlo esta semana. También por este motivo, no hubo grandes polémicas en el encuentro que sostuvo Arslanian con foros y vecinos en La Horqueta el jueves pasado. El choque ruidoso –por un exceso de discursos de los funcionarios– duró sólo tres minutos y luego el debate se centró en casos puntuales, como dónde hace falta un patrullero o una guardia. También allí el titular de Asuntos Internos hizo un informe sobre los desplazamientos sin que hubiera oposición.
Un caso curioso es el del foro de Munro, parte de Vicente López, que denunció al comisario Angel Lahitte, a quien acusó por irregularidades y sobre todo porque en la dotación estaba su sobrino, Alfredo Jorge, denunciado ante la fiscalía 2 de San Isidro por extorsión. Hay también otra denuncia ante la fiscalía 8 de San Isidro por corrupción, hecha por la presidenta de ese foro, Marcelina Monzón. Pese a ello, la propia doctora Monzón se opuso personalmente a los desplazamientos –tuvo que renunciar a la presidencia del foro–, en esencia porque se les declaró la prescindibilidad a los comisarios Fernando Lentini y Miguel Angel Provenzano, denunciados porque bajo su órbita se cobraba a los comerciantes por custodias que se hacían con agentes de servicio. La semana pasada fue detenido un jefe de calle de San Isidro, Marcos de la Casa, cuando se lo sorprendió recibiendo billetes, previamente marcados en sede judicial, de un comerciante al que se le cobraba por brindarle seguridad.
Juan Carlos Blumberg salió en defensa de los policías y planteó que los policías están de brazos caídos por las purgas. En el propio caso del secuestro de su hijo Axel hay tres policías procesados, está más que claro que la banda que asesinó al joven se dedicaba a robar autos y que estaba asociada con policías que le daban cobertura incluso a la entrega de los vehículos a desarmaderos y a la venta de repuestos en la calle Warnes. Tampoco en la comisaría de Moreno, zona en la que Axel pidió ayuda cuando logró escaparse por unos minutos, hubo respuesta alguna y el jefe no sólo fue desplazado sino procesado. La pasada semana, también en San Isidro, fue detenido por una fiscalía otro policía, Orlando Zardán, a quien se le secuestró parte del dinero pagado en un secuestro.
El feroz debate entre Blumberg y Arslanian tocó esta semana otros temas:
u El uso de un millón y medio de pesos de fondos reservados por parte del Ministerio de Seguridad. En una carta dada a conocer ayer, Arslanian no sólo negó recibir personalmente un peso de esos fondos, sino que señaló que los fondos reservados existen desde hace once años y que los últimos doce ministros los tuvieron, siempre por aproximadamente la misma cifra. El uso es, por ejemplo, para alquilar de forma urgente una casa para vigilar a una banda. Arslanian prepara querellas contra esas acusaciones.
u La compra de diez automóviles Audi blindados. El informe oficial del ministerio es que no hay un solo Audi en esa cartera. Arslanian usa un Volkswagen Passat y los secretarios Toyota Corolla, ninguno de ellos blindado. Las unidades fueron compradas por licitación.
u Que el estudio Arslanian tiene un contrato con el Banco Provincia. También fue asignado por licitación en el año 2001 y en el 2003, antes de que Arslanian fuera designado ministro. Las cifras son muy menores –el banco habla de unos 800 pesos por mes–, pero además Arslanian, por sus funciones, no tiene relación con el banco.
Hasta hace un mes Blumberg estaba acompañado por el camarista Fernando Maroto, quien en forma permanente denuncia la complicidad policial en los delitos de San Isidro. Ahora, el padre de Axel ha cambiado de óptica y se concentra en atacar a Arslanian de forma furibunda, oponiéndose a los desplazamientos policiales y a casi cualquier otra medida del ministro. En La Plata sostienen que el ingeniero se ha convertido en vocero de los que se resisten a los cambios dentro de la Bonaerense.