Desde impedir la construcción de un reactor nuclear, frenar la explotación de una mina de oro que trabaja con cianuro, trabar la tala de árboles en tierras de una comunidad aborigen, hasta realizar audiencias con 600.000 chicos de 43 países para que cuenten cuáles son sus preocupaciones. Estas son algunas de las iniciativas que encaró el biólogo Raúl Montenegro en los últimos 20 años. Son las que pesaron para que este cordobés de 54 años fuera elegido para recibir en diciembre próximo, en Suecia, el Premio Nobel Alternativo por su “trayectoria” en el trabajo con comunidades vecinales e indígenas y en la defensa del medio ambiente en numerosos países del mundo.
“El premio abre ventanas para decir con letra más grande y ruidosa lo mismo que decía con letra pequeña. Es un gigantesco y bienvenido megáfono, que creo que ayudará a apurar soluciones que iban demasiado lentas. Para mí el Premio Nobel Alternativo era lo máximo, lo más sensible, lo más cercano a la gente simple, al trabajo en el barro”, cuenta a Página/12 Montenegro, quien compartirá el galardón con la organización rusa Memorial y con la nicaragüense Bianca Jagger, la ex esposa de Mick Jagger.
Montenegro compartirá con ellos el monto que corresponde al “Right Livelihood Award”, una cifra sensiblemente inferior a las de los Nobel convencionales, pero nada despreciable: 268.000 dólares. “El dinero servirá para nuevas tareas pendientes, como la producción de documentales para difundir diversas problemáticas”, explicó Montenegro, quien preside la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam).
El galardón será otorgado el próximo 9 de diciembre durante una ceremonia en el Parlamento sueco. El Nobel Alternativo es otorgado a personas que, por su actividad, “no ingresan en la lista de candidatos para el Nobel convencional”, detalló Montenegro. Pero los ganadores de este premio no están exentos de alzarse con un Nobel tradicional. De hecho, la ambientalista africana keniata Wangari Maathai, flamante ganadora del Nobel de la Paz, había recibido el Alternativo en 1984.
El biólogo combina las clases en las universidades de Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata con su costado “activista”, como él mismo define. Actualmente, trabaja con la comunidad de Jáchal, en San Juan, para “frenar los trabajos de la compañía Barrick Gold, que explota allí una mina de oro con cianuro, además de utilizar plomo y zinc, lo que puede generar múltiples enfermedades”.
Otro de los trabajos encarados por el titular de Funam tiene como protagonista a la comunidad mbya guaraní, que vive en la reserva de la Biosfera de Yabotí, en Misiones. “Hace unos dos años, la Pastoral Aborigen de la Iglesia, con el visto bueno de las comunidades, me vino a buscar para que los ayudara. Trabajando con ellos, definimos su territorio de vida –más de 6500 hectáreas–, que contrastaba con las 300 hectáreas en que quería concentrarlos la empresa Moconá Forestal. Como consecuencia, iniciamos una activa campaña nacional e internacional que todavía continúa”, señaló el biólogo.
Sobre la base de ese trabajo se hizo el documental Mbya Guaraní, de 17 minutos, que fue elegido para exhibirse en el Festival de Pamplona, en España, en noviembre próximo. El biólogo cordobés realizó otros 36 documentales para la televisión sobre diversos problemas ecológicos.
El Nobel Alternativo no es el primer premio que obtiene Montenegro. Ya recibió el galardón Global 500 de Naciones Unidas. Incluso, fue recomendado para recibir el Nobel por organizaciones internacionales como WISE París, de Francia.

Informe: Maricel Seeger