Dom 21.04.2002

SOCIEDAD

En Buenos Aires, contra el gatillo fácil de EE.UU.

A la misma hora, familiares del hijo de argentinos fusilado por la policía de Los Angeles reclamaron en esa ciudad y en Buenos Aires. Pedirán al embajador James Walsh el cese de la persecución actual a esa familia. Y que la Cancillería se ocupe del tema.

› Por Andrés Osojnik

El reclamo de justicia por el hijo de un matrimonio argentino fusilado por la policía de Los Angeles llegó al país. Ayer, a la misma hora en que familiares y amigos de Gonzalo Martínez marchaban en Estados Unidos para pedir castigo a los policías implicados, el hermano del joven –que vive en Buenos Aires– se plantó con un cartel frente a la embajada palermitana de ese país: “Justice for Gonzo”, fue el reclamo que esgrimió junto a un grupo de familiares y miembros de Cofavi, una organización contra la violencia policial. La entidad hará en los próximos días un reclamo formal ante el embajador James Walsh por la persecución e intimidación policial de la que es objeto ahora la familia Martínez en Los Angeles. Y pedirá también a la Cancillería argentina que se ocupe del tema.
Gonzalo, a quien llamaban “Gonzo” sus amigos, era un joven de 25 años hijo de los argentinos Norma y Norberto Martínez. El 15 de febrero pasado iba con su auto en una autopista y presumiblemente cometió una infracción de tránsito. La policía del distrito de Downey, en el condado de Los Angeles, lo intimó a parar, pero él apretó el acelerador. Sus padres suponen que quiso evitar que le volvieran a sacar su carnet de conductor. Fue lo peor que pudo hacer: varios patrulleros comenzaron a seguirlo a toda velocidad durante unos 30 kilómetros hasta que se vio obligado a parar. Salió con los brazos en alto, pero los policías descargaron una balacera contra el muchacho. Ocho balazos impactaron en su cuerpo y otras decenas fueron a parar a las paredes de las casas vecinas, en las que un chico se salvó de milagro.
Los Martínez comenzaron entonces su peregrinar en reclamo de justicia. La policía nunca reconoció el error y hasta ahora se mantiene en sus trece: asegura que el muchacho hizo un movimiento sospechoso que los obligó a disparar. A Gonzalo nunca le encontraron arma alguna. El caso causó conmoción en la comunidad hispánica de Los Angeles: el hecho recordaba al sufrido por Rodney King, aquel motorista negro apaleado ferozmente por la policía, cuyo caso derivó en un violento estallido racial. Como ocurrió en ese episodio, toda la maniobra policial en torno de la muerte de Gonzalo también está filmada por un aficionado.
Ayer, los familiares del joven y sus antiguos compañeros de la Downey High School organizaron una marcha hacia la sede del gobierno local y la Jefatura de Policía, dos edificios contiguos en el centro de la ciudad. Además del reclamo de justicia por el fusilamiento de “Gonzo”, los Martínez denunciaron que la policía local montó una campaña de persecución en su contra.
“Pasan patrulleros por nuestra casa todo el tiempo, nos enfocan con linternas, nos sacan fotos, quieren intimidarnos para que nos vayamos del país y dejemos de protestar –contó a este diario–. Después de lo que nos hicieron, nosotros nos queremos volver a la Argentina, pero antes tenemos que lograr que se haga justicia para Gonzalo.” De la marcha participaron una 300 personas. La familia recibió el apoyo de varias organizaciones contra el gatillo fácil estadounidense.
A la misma hora –las 16 de Argentina– en que Downey se asombraba por lo inusual de la convocatoria, el hermano de Gonzalo, Sebastián Martínez, protagonizó un reclamo paralelo en Buenos Aires, frente a la embajada de su país, Estados Unidos. Lo acompañó un puñado de familiares argentinos y miembros de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Violencia Institucional (Cofavi). Aquí como allá, el movimiento puso nerviosos a la custodia de la embajada: pese a que solo se trataba de un pequeño acto simbólico, en la zona se armó un llamativo despliegue policial. Y la operación incluyó la poco disimulada presencia de dos servicios de inteligencia que se dedicaron a fotografiar la situación.
Por el hostigamiento de los Martínez en Estados Unidos, María Teresa Schiavini, de Cofavi, adelantó a Página/12 que presentará un pedido de entrevista al embajador en Buenos Aires: “Es una familia argentina que está siendo perseguida en ese país. Vamos a pedir que se ocupen del tema para que cese el hostigamiento. Y también vamos a reclamar a la Cancillería para que la embajada argentina en Estados Unidos se ocupe del tema”. Cofavi ya nombró a Norma Martínez, la madre de Gonzalo, como representante de la entidad en estados Unidos. Y estudia además llevar el caso a Human Right Watch, un organismo internacional de Derechos Humanos.

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