SOCIEDAD
› COMO SE MOVIA CON TOTAL LIBERTAD EL SECUESTRADOR MAS BUSCADO
Un prófugo que iba de país en país
Está acusado por el secuestro de Schaerer. Se alojaba en hoteles de lujo. Las claves para encontrarlo. Las pruebas en su contra.
› Por Carlos Rodríguez
Era conocido en el mundo del hampa por una multitud de apodos, pero el más usado era “El dueño de la pelota”. Esto hace suponer que Cristian Carro Córdoba, acusado de haber participado en el secuestro de Cristian Schaerer y sospechoso de tener alguna vinculación con el de Patricia Nine, es el hombre clave de una organización delictiva que se movía como pez en el agua tanto en Argentina como en el Paraguay. Durante mucho tiempo, el prófugo detenido el martes en Vicente López en un control de rutina fue un fantasma que existía, aunque carecía de rostro y de nombre real. Se lo había seguido a distancia, a partir de la identificación del celular que usaba y que podría demostrar que participó en forma activa en el secuestro de Schaerer, a quien habría acompañado por varias ciudades correntinas: Paso de la Patria, Corrientes capital, Saladas y Paso de los Libres. Viajero incansable, se sabe que estuvo en Venezuela, en Río de Janeiro, en Asunción de Paraguay, siempre alojado en hoteles de lujo. La policía busca ahora a otros cuatro prófugos, pero se cree que Carro será una tumba a la hora de declarar en la causa Schaerer.
A pesar de la presunción de los investigadores, la mamá de Cristian Schaerer, el estudiante correntino secuestrado hace 13 meses y del que aún se ignora el paradero, confía en que se produzca alguna novedad importante. “Ojalá que se le ablande el corazón y que nos diga dónde está Cristian. Ya está preso, no tiene nada que perder. Yo tengo optimismo y expectativa por encontrar alguna punta importante en la causa”, dijo Pompeya Gómez, la mamá del chico que sigue sin aparecer. “Es difícil que hable. Se trata de un sujeto que está preparado para guardar silencio. Es un peso pesado difícil de quebrar”, confió una fuente cercana a la investigación que fue consultada por Página/12.
“Es lamentable lo que pasó, porque Carro Córdoba circulaba libremente con documentos paraguayos. Hay que preguntarse cómo fue posible que esto sucediera sin despertar sospechas entre quienes controlan la emisión de documentos y el tema migraciones”, dijo ayer a los periodistas el fiscal correntino del caso Schaerer, Oscar Resoagli. La existencia de Carro Córdoba y su relación con la causa están comprobadas desde hace un año, pero hasta hace cuatro meses se ignoraban tanto el nombre como su rostro. “Al menos cuatro celulares habían sido identificados, a partir de un trabajo de la policía de Corrientes, que interceptó un mensaje enviado por e-mail”, relató una fuente.
El celular de Carro Córdoba fue uno de los que fueron identificados y se pudo establecer el itinerario que hizo el 21 de septiembre de 2003, cuando fue secuestrado Cristian Schaerer. En las horas previas, el ahora detenido viajó de Entre Ríos a Corrientes. Por medio del seguimiento satelital de los cuatro celulares detectados, se puede afirmar hoy que Carro Córdoba estuvo por la mañana en Paso de la Patria, más tarde en la capital correntina y por la noche en Saladas, una localidad ubicada a 90 kilómetros de la ciudad de Corrientes. Claro que, por entonces, apenas se lo conocía por apodos o nombres falsos: “El Gordo Marcelo”, “El dueño de la pelota”, “Marcelo Iturmendi”, “Cabrera” o “González”.
“En esos momentos, era un personaje que no tenía rostro ni nombre”, dijo la fuente consultada por este diario. De todas maneras se sabía que era uno de los tres miembros importantes de la banda, junto con los todavía prófugos Rodolfo “Ruso” Lorhman y José “Potrillo” Maidana. “Lo que se piensa es que fue uno de los que intervino directamente en el secuestro y que también acompañó al joven Schaerer cuando estuvo en Paso de los Libres”, en la frontera con Brasil. “Cuando Cristian ya estaba secuestrado, Carro Córdoba estuvo comiendo tranquilamente en Paso de los Libres con una familia del lugar que ahora está muy asustada, porque ignoraba que se trataba de un secuestrador”, explicó el vocero.
Los celulares fueron identificados a partir de un e-mail interceptado por la policía correntina que decía: “Hablale a fulano en el teléfono tal y en el número cual”. Una consulta en el registro satelital y el entrecruzamiento de llamados establecieron el itinerario. Los mensajes en clave serían lo suficientemente explícitos como para determinar que los cuatro celulares estaban en manos de al menos otros tantos secuestradores. Hasta ahora se pudo establecer que, además de Carro Córdoba, Lorhman y Maidana “hay al menos otros dos prófugos, muy jóvenes, que integraban la misma banda”, precisó la fuente.
Hace cuatro meses pudo establecerse la verdadera identidad del falso “Marcelo Iturmendi”. Y hace apenas 20 días, el fiscal Resoagli aportó el dato clave que permitió la detención de Carro Córdoba en Vicente López: se movilizaba en un Peugeot 306 que –vaya curiosidad– había sido comprado legalmente. El prófugo tenía documentación falsa que lo acreditaba como ciudadano paraguayo. Se supo que estuvo en hoteles de gran nivel en varios países y se lo acusa de varios secuestros, uno de ellos el de Cecilia Cubas, hija del ex presidente del Paraguay Raúl Cubas.