SOCIEDAD
› UN COMISARIO ACUSADOR EN RAMALLO II
“Ordenes superiores”
› Por Horacio Cecchi
En realidad, no fue el esperado No sabe/No contesta el papel representado ayer por el comisario Rubén Isaías, sentado en el banquillo de los acusados del caso Ramallo II. En todo caso, fue un Ellos me ordenaron/No vi nada/Pregúntele a la superioridad. Isaías, encargado de la preservación de las pruebas, adujo que “órdenes superiores” que no pudo precisar lo retuvieron tras el tiroteo dentro de la escuela, ubicada junto al Banco Nación, durante unos 15 minutos. Cuando llegó al Polo del gerente Chaves, habían pasado 20 minutos y “el lugar ya estaba precintado y modificado por los grupos operativos”, sostuvo el acusado.
Isaías, ex jefe de la DDI de San Nicolás, era el responsable de precintar y preservar el lugar por orden del juez Carlos Villafuerte Ruzo. Lo que declaró ayer no hizo más que subrayar que, para la Bonaerense, aquello del brazo auxiliar de la Justicia es un mero tecnicismo. La cuestión toma relevancia porque esos 20 minutos fueron suficientes para hacer desaparecer un bolso del baúl del Polo. En el bolso los tres asaltantes habían guardado una ametralladora y el famoso handy por el que se comunicaron con la policía y debería haber sido la prueba de la conexión policial. Un bolso de casual y curiosa similitud al desaparecido fue fotografiado por Página/12 en manos del cabo Alberto Castillo, a una cuadra del Polo y corriendo en sentido contrario a la que corrían todos sus compañeros, o sea, alejándose de la escena y en dirección al patrullero en el que lo esperaba su colega Aldo Cabral, ahora condenado por pertenecer a la banda que asaltó el banco. Siempre según Isaías, ¿quiénes fueron los que impidieron que él se acercara al Polo?: los comisarios Claudio Reynoso y el archiconocido Claudio Smith.