SOCIEDAD
› UN BANCO DE DATOS GENETICOS PARA FRENAR EL ABIGEATO
ADN contra bandidos rurales
El banco guardará muestras de sangre del ganado bonaerense. Ante un robo, se comparará el ADN del animal sustraído con el de la carne secuestrada en una carnicería bajo sospecha.
› Por Pedro Lipcovich
Se extraerán muestras de sangre a dieciséis millones de vacas, todas las que constituyen la población ganadera bonaerense, a fin de construir un registro que permita combatir el robo de ganado mediante análisis de ADN. El paso inicial se dio ayer, con la firma de un convenio entre la Universidad de La Plata y la Policía de la provincia de Buenos Aires. El registro (cuya financiación todavía no está asegurada) servirá también para fines de igual o mayor importancia: mejorará las perspectivas de exportación, al cumplir con el “pasaporte” que la Unión Europea solicita para cada animal, y contribuirá a evitar la evasión fiscal, al proporcionar un censo completo del ganado. Cierto que va a servir también para botonear a quienes practican el “hurto famélico”, el robo hormiga de animales para carnearlos, que según la policía es la única modalidad de abigeato que creció, y mucho, en el último famélico año.
El convenio fue firmado ayer entre el ministro de Seguridad y Justicia bonaerense, Luis Genoud, y el decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de La Plata (UNLP), Eduardo Pons. “Permitirá la aplicación de modernos sistemas de tipificación del ADN para elaborar un banco de datos genéticos de todos los bovinos y equinos de la provincia, para identificar con certeza a cada animal y utilizar en las pericias por denuncias de robo de ganado”, anunció el ministerio.
Pons destacó que “nuestro trabajo permitirá una identificación genuina de todos los animales, que podrá funcionar como prueba fehaciente en casos de robo”. El proyecto estará a cargo del Centro de Investigaciones en Genética Básica y Aplicada (CIGEBA) de aquella facultad.
Pilar Peral García –profesora de genética en aquella facultad y a cargo del proyecto– explicó que “se trata de tomar una muestra de sangre de cada animal, bovino o equino, de la provincia: las muestras se guardarán bajo control policial. En caso de robo, se establece el perfil genético de la muestra correspondiente al animal sustraído y se lo compara con el de la carne secuestrada en una carnicería bajo sospecha: si coinciden, se ha obtenido una prueba con validez legal”.
El problema es cómo convencer a dieciocho millones de vacas para que se dejen sacar sangre. “Pensamos dar charlas en toda la provincia”, no directamente a las vacas, sino “para que los criadores conozcan el método y den su consentimiento”, anunció Peral García. En principio, la incorporación de los ganaderos será voluntaria: “Hay muchos que pagan sus impuestos y están interesados en resguardar su ganado”.
El detalle de que paguen sus impuestos no es casual, ya que el sistema, aplicado a pleno, funcionaría como un censo de la cantidad real de ganado que “contribuiría al control fiscal en la provincia”, señala la profesora de la Universidad de La Plata, y comenta que “cuando tuvimos que vacunar contra la aftosa apareció una cantidad de bovinos que no estaban registrados”.
El registro por ADN también favorecerá las exportaciones, ya que “la Unión Europea tiende a exigir que cada animal tenga una especie de ‘pasaporte’ en el que conste su tipificación de ADN; la Argentina todavía lo está haciendo por métodos más primitivos como el grupo sanguíneo”.
Además, el registro genético pondrá fin a los casos llamados de “paternidad dudosa”. Los toros que se nieguen a hacerse responsables del ternero concebido en una noche de extravío, ya no podrán zafar. Peral García señala que “a veces, tratándose de animales reproductores muy costosos, cuando fracasó la preñez el propietario le atribuye una cría que es de otro animal”. También habrá certeza en los casos, “frecuentes, en que un criador se ha llevado animales de campos vecinos, cuyo color o pelaje son similares a los de sus propio ganado”, agrega la especialista.
En cuanto a los equinos, la situación de muchos de ellos es como la de los bovinos porque “en la Argentina hay un mercado muy grande de venta de caballos; muchos se crían para ser consumidos y varios frigoríficos exportan legalmente su carne a países como Italia y Francia”, señaló laprofesora de la UNLP. En cuanto a los caballos de montar, Pons anticipó que “podrían ser identificados mediante un microchip en su cuerpo”.
Otro aspecto novedoso del proyecto es que incluirá el adiestramiento de personal policial en métodos científicos de investigación, en contacto con la Universidad: “Vamos a ir a los distintos distritos para que el personal se familiarice con la técnica”, anticipa Peral García. Lo que todavía no está asegurado es la financiación requerida por este vasto proyecto: “Habíamos hablado de que, a cambio del servicio, el gobierno provincial suministre el equipamiento, que a su vez nos será útil para otras investigaciones –se esperanza Peral García–; lamentablemente no contamos hoy con una fuente de financiación específica, pero estamos acostumbrados a empezar trabajando a pulmón”.