SOCIEDAD
Carlos Carrascosa hizo méritos para no quedar con falta de mérito
Casación ordenó que se revea la decisión del juez Barroetaveña, que lo dejó con un pie fuera del caso. El viudo apelará.
› Por Horacio Cecchi
A comienzos de noviembre, la Cámara de Casación había decidido confirmar a Diego Molina Pico como fiscal en el caso García Belsunce, rechazando además la nulidad del pedido de elevación a juicio. En aquel momento, Página/12 anticipó que, sin embargo, nada estaba dicho porque Casación todavía debía definir si el viudo célebre Carlos Carrascosa debía seguir en la causa con falta de mérito o si su situación variaba de algún modo. El jueves pasado, Casación se expidió sobre la cuestión: decidió que el viudo tiene méritos suficientes para no seguir con falta de mérito y ordenó a la Cámara de Apelaciones que volviera a resolver sobre el tema. Nada dijo si el viudo quedaba totalmente fuera del caso o si marchaba preso. De todos modos, la causa seguirá masticando chicle: el letrado de Carrascosa, José Scelzi, ya anunció que apelará lo decidido.
El jueves pasado, los camaristas Benjamín Sal Llargués, Carlos Natiello y Horacio Piombo, de la sala I de Casación, decidieron sobre una cuestión de fondo entre todas las cuestiones que debían dirimir en el caso García Belsunce: en qué condición debía continuar Carlos Carrascosa o, mejor dicho, si debía continuar en la condición en que había quedado desde abril pasado: con falta de mérito.
En términos simplistas, la falta de mérito implica que en una causa no hay más que sospechas contra alguien con lo que queda en libertad de acción, pero se le anuncia que existen esas sospechas por lo que seguirá siendo motivo de investigación. No es lo mismo que el sobreseimiento, con el que el imputado deja de formar parte de la causa.
Continuando con el riesgo de ser simplista (que en este caso ya se trata de una cuestión de salud mental), habrá que recordar brevemente que Carrascosa había sido procesado y detenido por el juez Diego Barroetaveña con las pruebas que había aportado Molina Pico. Una semana después, con esas mismas pruebas, el mismo Barroetaveña lo liberó (libertad morigerada), aunque lo mantuvo como procesado.
O bien Barroetaveña había decidido livianamente una detención injusta, o bien la decisión de liberarlo pasaba a deslizarse a un terreno tan ambiguo como el pantano por el que deambulaba el resto del caso. La libertad morigerada fue apelada por la fiscalía y, en determinado momento, se le dio lugar a la apelación, con lo que Carrascosa hubiera tenido que volver a prisión. El determinado momento fue nada menos que una instrucción de la Suprema Corte bonaerense, a la que había llegado el esquizofrénico caso de Pilar. Pero Barroetaveña no siguió los cánones habituales, que consisten en tomar en cuenta la decisión del tribunal superior de la provincia, sino que saliéndose con una verónica, en lugar de cumplir la orden de la Corte sobre la libertad/prisión del viudo, simplemente lo desprocesó, con lo que Carrascosa debía quedar libre y, por lo tanto, la decisión de la Corte pasaba a ser una entelequia imposible de cumplir. Para no ir tan a fondo, Barroetaveña dictó la falta de mérito. No terminó ahí. También apartó al fiscal del caso y dio lugar a la nulidad del pedido de elevación a juicio.
A principios de noviembre, Casación decidió sobre estos dos últimos temas, revirtiendo la posición de la defensa y la coincidente decisión de Barroetaveña: ordenó la reposición del fiscal y la nulidad de la nulidad. Seguía pendiente la situación de Carrascosa o, mejor dicho, su falta de mérito. El jueves pasado, la Sala I de Casación ordenó a la Cámara de Apelaciones de San Isidro rever la resolución en la que dejaba firme la falta de mérito del viudo célebre. Casación no indicó cuál deberá ser la nueva situación del viudo, si vuelve a ser procesado, si vuelve a prisión, o si queda sobreseído. Lo que queda claro es que Carrascosa tuvo suficientes méritos como para tener falta de ellos.